El equipo de Islandia sorprendió a todos por llegar a octavos en la Eurocopa, sin embargo hoy terminó su buena al ser goleado por el equipo francés y Islandia, aunque llegó a disparar hasta en cinco ocasiones a lo largo del primer acto no pudo hacer nada.
París, 3 julio (dpa).- La selección francesa de fútbol acabó hoy con la epopeya de Islandia en la Eurocopa de la manera más cruel, aplastando a los vikingos por 5-2 en París, y se dio un festín de goles camino de unas semifinales en las que se medirá a la poderosa Alemania.
Olivier Giroud (al minuto 12 y 59), Paul Pogba (20), Dimitri Payet (43) y Antoine Griezmann (45) dieron forma a la gran goleada de la actual edición de la Eurocopa en el partido más convincente de anfitriona. Justo en el momento preciso para desatar la euforia en su afición de cara al final del torneo.
Francia se enfrentará el jueves en Marsella a Alemania, que el sábado superó a Italia en los penales tras empatar 1-1. La otra semifinal la jugarán un día antes en Lyon Portugal y Gales.
Les Bleus no tuvieron piedad de Islandia, que fue la víctima perfecta ante la que afilar los cuchillos de cara al choque frente a Alemania. Fue un mensaje de autoridad de los de entrenados por Didier Deschamps después de tres semanas de máxima tensión.
Islandia, por su parte, dejó escrita en Francia la página más gloriosa de su historia a pesar de la derrota. En su primera participación en un gran torneo, la selección dirigida por Lars Lagerbäck y Heimir Hallgrimsson superó la fase de grupos por delante de Portugal y Austria y eliminó a Inglaterra en octavos. Hoy no tenía nada que perder, pero el fin de su cuento de hadas fue atroz.
Nada pudo hacer la selección vikinga ante una Francia que explotó por fin en el torneo. Hasta hoy había ganado todos sus partidos sudando y sufriendo hasta el último suspiro. Ante Islandia se fue al descanso con una ventaja de cuatro goles y el partido en el bolsillo.
El peligro de los vikingos estaba en los balones largos y en la pelota parada. Cosas del destino, así llegaron los dos primeros goles de Les Bleus.
Giroud abrió el marcador en el minuto 12 con una volea dentro del área tras un balón largo de Blaise Matuidi desde su campo. Cuando el balón toco las redes Francia sintió una liberación. Quizás hoy ya no tocaba sufrir: por primera vez en el torneo los de Deschamps habían marcado un tanto en la primera parte.
El gol no sentó bien a Islandia, que acabó de perder el norte en el minuto 20, cuando Pogba se elevó por encima de todos en el área para marcar de cabeza su primer gol en el torneo. El festín parecía servido: Islandia estaba hundida a los 20 minutos y Francia, hambrienta, ansiosa por reivindicarse en su torneo.
Los vikingos pudieron meterse en el partido después, cuando Jon Dadi Bodvarsson rozó el gol en la jugada que más éxitos le dio a Islandia en el torneo. Un saque de banda peinado en el primer palo que deja el balón muerto en el punto de penal. Esta vez, a diferencia de ante Austria e Inglaterra, no hubo gol.
Según se acercaba el descanso el 2-0 parecía ser la mejor noticia para la pequeña selección atlántica, la número 34 del ranking FIFA, pero tres minutos fatídicos terminaron de apagar el volcán que fue Islandia en la Eurocopa.
Payet, con un zurdazo cruzado desde fuera del área, y Griezmann, con una sutil vaselina, pusieron un lazo al encuentro justo antes de que el árbitro señalara el camino al túnel de vestuarios.
El partido estaba sentenciado. Faltaba por ver si el orgullo vikingo intentaría maquillar al menos el adiós al torneo de su vida. Y lo hicieron.
En el minuto 56, Kolbeinn Sigthorsson anotó el tanto del honor para los islandeses, mucho más activos en la segunda mitad. Islandia, de hecho, fue la dueña del balón en los 45 minutos finales. Francia se reservaba para sus eléctricos contragolpes.
Cualquier atisbo de reacción islandesa quedó hecho añicos segundos después del gol con un cabezazo marca de la casa de Giroud, ovacionado cuando dejó el campo reemplazado por André-Pierre Gignac.
El partido enloqueció en ese momento. Francia perdió cualquier tipo de orden táctico, pero lanzaba contras que bien pudieron haber aumentado su renta. Islandia también se quitó los grilletes y se lanzó al ataque. Quería que los 8.000 islandeses desplazados pudieran celebrar algún gol más.
Se lo dio Birkir Bjarnasson en el 84' para que la hinchada vikinga, ruidosa como pocas, estallara en un Stade de France que asistió a una fiesta de goles desenfrenada justo cuando más peliagudo se pone el torneo para la anfitriona.