El 84 por ciento de los cultivos que se realizan para consumo humano -desde frutas y verduras hasta nueces y girasoles- deben ser polinizados por abejas. La muerte se debe a los pesticidas llamados neonicotinoides.
Washington, 26 junio (dpa).- Un camión cargado con 2.6 millones de abejas muertas llega a su destino final: la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), ubicada en el centro de Washington.
El camión llegó el miércoles pasado luego de un viaje de dos semanas por todo Estados Unidos con el patrocinio de un grupo llamado Keep the Hives Alive (Mantengan vivas a las colmenas).
James Cook, un apicultor de Minnesota, condujo el camión llevando a las abejas muertas desde California con el objetivo de llamar la atención sobre la preocupante muerte de abejas en Estados Unidos.
Cook dijo que a pesar de estar trabajando con abejas sólo desde hace cinco años ya experimentó varias muertes masivas y considera que es necesario realizar un cambio "monumental" en las políticas medioambientales que afectan a las abejas y a otros polinizadores.
"Algo realmente profundo y preocupante está sucediendo en el medio ambiente", señaló Cook. "Es evidente que tenemos que prestar mayor atención a las abejas".
Las abejas son importantes porque el 84 por ciento de los cultivos que se realizan para consumo humano -desde frutas y verduras hasta nueces y girasoles- deben ser polinizados por abejas u otros inscetos para mejorar su rendimiento y su calidad.
Las 2.6 millones de abejas muertas podían verse a través de contenedores de plástico cargados en la parte de atrás del camión que condujo Cook.
Los organizadores del grupo Keep the Hives Alive dijeron que son sólo una porción de las abejas que murieron entre abril de 2015 y abril de 2016 en Estados Unidos.
De los 2.8 millones de colmenas en el país, 840 mil murieron en ese período, dijo Cook.
El Gobierno de Estados Unidos reconoció el problema, que es causa de preocupación en todo el mundo desde hace más de una década. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) definió el problema en 2006 como síndrome de colapso de las abejas tras recibir informes sobre muertes de abejas a gran escala en Estados Unidos.
Según un estudio apoyado por el USDA, los apicultores de Estados Unidos perdieron el 44 por ciento de sus colmenas el último año.
SEGÚN LOS ECOLOGISTAS
Los ecologistas sospechan desde hace tiempo que los pesticidas tienen un papel importante en esta mortandad. La protesta del miércoles buscaba que se tomaran medidas contra determinados pesticidas que dañan a las poblaciones de abejas.
Según los ambientalistas, la muerte de abejas se debe a los pesticidas llamados neonicotinoides, cuyo uso está ampliamente extendido. La EPA está realizando actualmente un estudio sobre estos pesticidas y confirmó en enero que uno de ellos, el imidacloprid, efectivamente daña a las abejas.
Pero la EPA no propuso oficialmente ninguna restricción al uso de neonicotinoides, y, más allá del imidacloprid, no difundió aún información sobre otros tres pesticidas de este grupo.
Los ecologistas piden que se restrinja su uso de inmediato. "Lo que está sucediendo en la actualidad con los polinizadores no es diferente a lo que pasó hace 50 años con el colapso del águila pescadora, el águila americana y otros pájaros y animales acuáticos a causa del DDT", dijo Scott Nash, director de una pequeña cadena de mercados de alimentos orgánicos.
Nash, que habló en el acto del miércoles, se refería al pesticida cuyo uso estaba ampliamente extendido en Estados Unidos durante décadas hasta que fue proscrito en 1972.
Mientras que la EPA aún no dijo si cambiará las reglamentaciones actuales, sí señaló que acelerará el proceso de revisión de los neonicotinoides.
EN EUROPA
En Europa, en tanto, las autoridades están analizando sus propias respuestas al síndrome de colapso de las abejas. La Unión Europea prohibió los neonicotinoides en 2013 por las mismas preocupaciones vinculadas a la muerte de abejas.
Científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) están trabajando actualmente en la actualización de los análisis sobre estos pesticidas. Sus conclusiones se conocerán en enero de 2017.
La EPA, en tanto, considera que también deben tomarse en cuenta otros factores que pueden llevar a la muerte de lasabejas como pestes y patógenos y problemas en la alimentación y la reproducción.
Pero según Madeleine Carnemark, del Centro de Seguridad Alimentaria, citar otros factores no debe ser excusa para descuidar el control de los pesticidas.
"Necesitamos ver acciones de la EPA ahora. Si continuamos sin hacer nada, pronto será demasiado tarde para intentar algo", señaló.