La depreciación del peso parece comenzar a impactar diversos precios como se observa en la inflación subyacente a mayo que hila tres meses consecutivos al alza. Analistas coinciden que el desplome de la moneda mexicana podría acelerar la inflación y afectar a los consumidores mexicanos más vulnerables. Los temores de que Gran Bretaña está a punto de votar para salir de la Unión Europea la próxima semana y la reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos, en la que probablemente anuncie un aumento a las tasas de interés, han afectado ya el tipo de cambio en México.
Ciudad de México, 13 de junio (SinEmbargo).– El desplome del peso en los últimos dos años ya influyó en los precios de todos los productos, desde joyas hasta medicinas, que aumentaron 3.5 por ciento en mayo respecto al mismo mes de 2015, la cifra más alta desde noviembre de 2014, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Esto podría acelerar la inflación y afectar a los consumidores mexicanos más vulnerables, coincidieron analistas.
“La depreciación de la moneda mexicana se traduce en inflación y la inflación se traduce en el aumento de los precios. El impacto para los consumidores se da en los sectores más vulnerables”, mencionó Arturo Carranza Güereca, especialista en energía del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) en entrevista con SinEmbargo.
Este lunes el peso se desplomó por tercer día consecutivo a su nivel más débil desde febrero y cerró hasta en 19.14 por uno en bancos. Desde abril, la moneda mexicana ha caído un 7.5 por ciento, el cuarto peor desempeño entre alrededor de 150 monedas de todo el mundo rastreados por Bloomberg.
Los temores de que Gran Bretaña podría estar a punto de votar para salir de la Unión Europea la próxima semana y la reunión de la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos donde probablemente anuncie un aumento a las tasas de interés han afectado ya el tipo de cambio en México.
“El tema de la depreciación del peso frente al dólar es un tema coyuntural, la posible subida en las tasas de interés de la Fed y la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea han afectado al peso”, expuso Arturo Carranza.
Para Jorge Gordillo Arias, analista de CI Banco, los eventos que tienen al dólar disparado vienen de afuera.
“Pasado mañana hay una reunión muy importante en Estados Unidos de la Reserva Federal que tiene a los mercados nerviosos sobre si subirá o no las tasas. La semana que entra hay un referéndum en Gran Bretaña, toda la población de ese país votará si se quiere salir o no de la Unión Europea y las últimas encuestas han puesto los números muy parejos”, explicó el analista.
Bank of America y BBVA Bancomer están aconsejando a los clientes a comprar bonos vinculados a la inflación de México con vencimiento en 2025 y vender bonos a tasa fija a 10 años.
“El desplome del peso en los últimos dos años está empezando a reflejarse en un aumento en los gastos de vida en la segunda mayor de América Latina economía”, dijo a Bloomberg el jefe de Bank of America México, el economista Carlos Capistrán.
AMENAZA DE UNA INFLACIÓN
El año pasado, la tasa de inflación de México se mantuvo muy por debajo del objetivo del 3 por ciento del Banco de México (Banxico) e incluso llegó a ser la más baja en cuatro décadas a pesar del deslizamiento de la moneda.
Ahora, analistas esperan que los responsables de las finanzas en México aumenten la tasa de interés de referencia del 3.75 por ciento a finales de este mes para preservar la estabilidad financiera y mantener la inflación controlada.
"Es el comienzo de un mayor traspaso del peso", dijo a Bloomberg Capistrán. "Estamos comenzando a ver un efecto más marcado en los precios de las mercancías”.
Especialistas pronostican que la inflación anual se acelere hasta 3.3 por ciento a finales del año desde el 2.6 por ciento en mayo.
La inflación en México continúa con su comportamiento favorable a tal grado que se ha mantenido por debajo de la meta de 3.0 por ciento durante 13 meses consecutivos a pesar de la depreciación cambiaria.
Sin embargo, las preocupaciones por el ciclo global y las expectativas sobre el ritmo de normalización de la política monetaria en Estados Unidos se han combinado con algunos intervalos de clara diferenciación negativa del peso mexicano para llevar al dólar nuevamente a niveles por encima de los 18 pesos, lo que la mantiene como la segunda moneda más depreciada entre las divisas emergentes.
Analistas de BBVA prevén que el aumento de los precios se acelere a 2.9 por ciento a fin de año.
De acuerdo con Arturo Carranza, si el Banco de México aumenta las tasas de interés para poder contrarrestar cualquier impacto de la inflación, esto significaría que dejaría de estimular la actividad económica, lo cual tendría un efecto negativo.
“Los productos que aumentarían su precio con un dólar caro son los electrodomésticos, la ropa, televisiones, que en algún momento podrían incidir en el consumo”, señaló Jorge Gordillo Arias.
El peso ha caído un 7.7 por ciento este año, el mayor retroceso entre las monedas de los mercados emergentes.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) dijo ayer en su comentario semanal que la depreciación del peso parece comenzar a impactar diversos precios como se observa en la inflación subyacente a mayo que hila tres meses consecutivos al alza.
“El indicador subyacente, que refleja de mejor manera la evolución de los precios de la economía, ha comenzado a mostrar una tendencia ascendente, que lo ha llevado por tres meses consecutivos a superar el alza del indicador general de precios. Esto puede ser una señal del efecto de la depreciación del tipo de cambio, que al parecer comienza a impactar diversos precios, especialmente del segmento de mercancías no alimenticias, que ya en mayo muestra incrementos anuales de 3.35 por ciento, después de que precisamente el mismo mes de año pasado reportó una alza de 2.44 por ciento”, explicó en su comentario semanal.
El CEESP recordó que proteger el poder adquisitivo de los salarios es una tarea permanente para que se consolide como un motor del consumo y del crecimiento del país.
Asimismo, señaló como otro tema fundamental la salud de las finanzas públicas, para lo que es necesario revertir el déficit primario y reducir rápidamente los elevados niveles de deuda.
“Se debe cuidar la salud de las finanzas públicas y para evitar que la deuda siga creciendo, se necesita un recorte de 300 mil millones de pesos al gasto”, expuso.
El peso mexicano ha caído dramáticamente desde que Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), llegó a la Presidencia de México, aunque acumula presión desde los últimos años de Felipe Calderón Hinojosa, de Acción Nacional (PAN).