Los de esta elección podrían ser los mejores resultados que obtiene el PAN desde 2006, cuando obtuvo menos de medio millón de votos por encima de su principal contrincante: el PRD. La presidencia de Felipe Calderón significó una década de derrotas panistas. En 2009, por ejemplo, Germán Martínez se convirtió en el primer líder nacional en la historia del PAN que renuncia por la debacle: esa elección intermedia dio de nuevo el poder al PRI como primera fuerza en la Cámara de Diputados y cinco de seis gubernaturas disputadas. El blanquiazul parece haber roto la “década maldita”, en la que no sólo perdió la presidencia sino que pasó a un tercer lugar nacional.
Ciudad de México, 6 de junio (SinEmbargo).- El Partido Acción Nacional (PAN) le disputaba al Partido Revolucionario Institucional (PRI) la ventaja por al menos seis de las doce gubernaturas que se renovaron con los comicios de ayer, incluyendo las de entidades en las que el tricolor ha sido el único partido en el Gobierno, como Quintana Roo, Durango y Tamaulipas.
También, de acuerdo con encuestas de salida difundidas en la prensa nacional, el Blanquiazul podría haber recuperado los estados de Chihuahua y de Aguascalientes, que había perdido ante el PRI, además de retener el estado de Puebla, donde es Gobierno.
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), por su parte, al cierre de esta información encabezaba las preferencias en el Estado de Veracruz, el tercer estado con la mayor cantidad de electores del país y, también, uno de las nueve entidades del país en las que no ha habido más gobiernos que los emanados del PRI.
Morena aventajaba también los resultados en la elección para la creación de la Asamblea que redactará la Constitución de la Ciudad de México, desplazando al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y anotándose un segundo triunfo en lo que es también su segunda participación desde que se formó este partido político.
El PRI, así, retendría sólo los estados de Hidalgo, Tlaxcala y Zacatecas, además de recuperar las gubernaturas de Sinaloa y Oaxaca, que hace seis años había perdido frente a coaliciones PAN-PRD. Pero esas gubernaturas no tienen el peso electoral de las que estaría perdiendo el partido del Presidente Enrique Peña Nieto.
LA “MALDICIÓN DE CALDERÓN”
Los de esta elección podrían ser los mejores resultados que obtiene el Partido Acción Nacional desde 2006, cuando Felipe Calderón ganó la Presidencia con menos de medio millón de votos.
En 2009, sin embargo, la derrota del Blanquiazul en la elección federal intermedia dio de nuevo el poder al PRI como primera fuerza en la Cámara de Diputados y cinco de seis gubernaturas disputadas entonces, motivando la renuncia de su dirigente nacional, Germán Martínez.
“En política se deben asumir las consecuencias del desempeño propio. Siempre tuve claro que de no lograrse esa meta, en la persona del presidente nacional (del PAN) recaerían las consecuencias. Mi gestión no alcanzó el éxito esperado en la conducción del esfuerzo generoso de los panistas”, dijo Martínez en julio de 2009.
En 2012, y después de dos sexenios al frente del Ejecutivo Federal, el PAN quedó en tercer lugar de las preferencias por la elección a la Presidencia, por lo que los resultados de ayer fueron calificados como “históricos” por el actual dirigente nacional, Ricardo Anaya.
“Se los anticipo: logramos recuperar estados que ya habíamos gobernado y que estaban en manos del PRI. Ganamos también en estados que nunca habían sido gobernados por un partido distinto al PRI. Logramos romper el monopolio autoritario que por 86 años había dominado el PRI”, dijo el dirigente en un mensaje difundido desde la sede nacional del partido.
La elección de ayer domingo ha sido considerada como un “ensayo” o medición de fuerzas políticas de cara a la elección presidencial de 2018.
“Visto desde las alturas, más allá de lo local, es un ensayo de 2018, en donde lo que se juega básicamente es que el PRI renazca, y si tuvo 71 años seguidos en el poder, su proyecto es quedarse más o menos lo mismo en el siglo XXI y, entonces, nos podemos despedir varias generaciones de la vida democrática en México. Si el PRI regresa y se consolida en el 2018, no habrá quien lo saque”, opinó Lorenzo Meyer.
En ese contexto, dijo el catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Isaí González Valadez, el resultado de la elección en Veracruz podría ser considerado el fiel de la balanza para saber cómo le irá al partido del Presidente Enrique Peña Nieto dentro de dos años.
“Si el PRI logra siete u ocho gubernaturas, y entre ellas Veracruz, queda muy fortalecido, sobre todo su líder nacional (Manlio Fabio Beltrones). Pero si logran siete u ocho, y pierden Veracruz, pueden tener problemas, porque Veracruz es el tercer estado con más peso en el padrón electoral, y perderlo contra Morena sí sería un problema”, dijo el académico.
Por separado, el sociólogo Arturo Alvarado, del Colegio de México, mencionó que la poca distancia que se vislumbraba entre cada partido muestra que no habrá una mayoría absoluta en las entidades disputadas, lo cual, explicó, podría generar problemas de gobernabilidad.
“Lo importante es que vemos que no hay una mayoría absoluta en ninguna entidad, la proporción está muy distribuida”, dijo el investigador.
“Estamos frente a un problema serio de legitimidad y gobernabilidad (…) estos gobernadores tienen un gran reto de gobernabilidad y de imposición del Estado de Derecho. No pueden reclamar que tienes toda la fuerza política cuando lo que vemos es que no traen la fuerza sustantiva, y obviamente esto generará un problema de gobernabilidad”, agregó.
