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Alejandro Páez Varela

04/01/2016 - 12:05 am

El hombre más grande del continente

La Historia no es implacable y tampoco es justa. Hoy, como es sabido, el dictador Díaz y el ex Presidente Salinas tienen el viento a su favor: al primero quieren ponerle un altar; el segundo intenta ponérselo con sus propias manos con libros y conferencias y declaraciones.

El Presidente. Serie de filtros de Photoshop sobre una foto de Cuartoscuro
Serie de filtros de Photoshop sobre una foto de Cuartoscuro

Recuerdo cuando, en su momento, las redacciones de muchos medios mexicanos –y sus periodistas– veían al Presidente como un salvador. Era 1993. Lo aplaudían con fervor los que, más adelante, le hincarían los colmillos.

Pero el aplauso más fuerte venía del extranjero. De Estados Unidos, de sus políticos y medios.

El redentor de México, decían. Eso era en ese momento Carlos Salinas de Gortari.

Recuerdo también cómo la prensa mexicana aplaudió a Enrique Peña Nieto y al Pacto por México, que marcó el inicio de las llamadas “grandes reformas”. Pero el aplauso más fuerte vino del extranjero: el “Saving Mexico” de Time lo resume todo. Pero no sólo fue Time. Al menos Financial Times e incluso The Economist hablaron de un gran reformador.

Me caen como bomba los recuerdos de esto que es inmediato cuando releo, ahora, aquél texto del periodista norteamericano James Creelman sobre el Presidente Porfirio Díaz.

Es una entrevista emblemática con el dictador; una que primero sirvió para apuntalarlo y después para hundirlo.

Es esa entrevista en la que prometió llamar a elecciones libres en 1910. Luego, como sabemos, violaría su propia promesa. Y le iría como en feria aunque, mejor dicho, nos iría como en feria: una serie de guerras civiles seguirían a su necedad y ambición.

La entrevista fue titulada por el New York Herald como “La emocionante historia del Presidente Díaz, el hombre más grande del continente, visitado y descrito por James Creelman”.

El periodista dijo:

“Yo, que he viajado cerca de cuatro mil millas desde Nueva York para ver al maestro y héroe del México moderno, vi al esbelto, erguido de forma, al fuerte, al soldado comandando a la cabeza aunque sensible, con el semblante de un interés más allá de lo que las palabras pueden expresar… Eso es Porfirio Díaz, el hombre a la cabeza del hemisferio americano. Lo que él ha hecho, casi en solitario y en tan poco tiempo, por gente desorganizada y degradada por la guerra, sin leyes y con políticos de caricatura, es una gran inspiración del Panamericanismo, la esperanza de las repúblicas latinoamericanas”.

El “Saving Mexico” de hace un siglo, pues. O esa imagen del Congreso de Estados Unidos, de pie, ovacionando a Salinas de Gortari.

Curioso que estos tres presidentes, tan ovacionados por la prensa de Estados Unidos o británica y por sus políticos, son los “grandes reformadores”, los “modernizadores” de México.

Los que abrieron las tierras al capital extranjero y pusieron a disposición de los inversionistas la mano de obra barata de los mexicanos; los que hicieron un nuevo reparto de los bienes nacionales “desaprovechados” por “falta de inversión”, los que dejaron “a las leyes del mercado” la fuerza laboral, la tenencia, las mismas estructuras del gobierno.

Los tres que dieron el banderazo al enriquecimiento de las camarillas cercanas. Los tres que hicieron “grandes reformas” para que un puñado se volviera obscenamente rico en pocos años a costa del resto.

A las reformas de Díaz le sobrevino una Revolución.

A las de Salinas, más pobreza y una nueva y poderosa clase de ricos voraces que está encima de todos los demás, hasta hoy.

¿Qué será de México después de Peña? ¿Cómo veremos este periodo, digamos, dentro de cinco o diez años?

La Historia no es implacable y tampoco es justa. Hoy, como es sabido, el dictador Díaz y el ex Presidente Salinas tienen el viento a su favor: al primero quieren ponerle un altar; el segundo intenta ponérselo con sus propias manos con libros y conferencias y declaraciones.

¿Qué será el México que quedará después de Peña? ¿Cómo nos irá, después de él?

No lo sé, porque no soy adivino. Pero viendo las señales puedo decir: si ya lo aplaudieron en la prensa extranjera y si ya lo llamaron prohombre y salvador del mundo mundial, entonces nos irá de la fregada.

“La emocionante historia del Presidente Peña, el hombre más grande del continente, visitado y descrito por Time”.

Ja. Qué cosa.

“Eso es Enrique Peña Nieto, el hombre a la cabeza del hemisferio americano. Lo que él ha hecho, casi en solitario y en tan poco tiempo, por gente desorganizada y degradada por la guerra, sin leyes y con políticos de caricatura, es una gran inspiración del Panamericanismo, la esperanza de las repúblicas latinoamericanas”.

Cien años después, lo mismo.

Alejandro Páez Varela
Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx

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