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Darío Ramírez

10/07/2014 - 12:00 am

La ley Telecom que no fue

¿Se puede mentir y manipular la información en el noticiero más visto en México? Imagino dos respuestas, los escépticos que dirán que no y los pragmáticos que dirán que sí se puede porque sucede. La noche del 4 de julio, Joaquín López Dóriga, hizo alarde del poder de la televisora. Sin empacho ni penas, realizó […]

¿Se puede mentir y manipular la información en el noticiero más visto en México? Imagino dos respuestas, los escépticos que dirán que no y los pragmáticos que dirán que sí se puede porque sucede. La noche del 4 de julio, Joaquín López Dóriga, hizo alarde del poder de la televisora. Sin empacho ni penas, realizó uno de las más tendenciosas coberturas que he visto en muchos años. Al dar la nota sobre la aprobación en el Senado de la Ley Telecom, el noticiero informó como uno de los puntos más importantes de la ley aprobada los beneficios de poder checar el saldo de tu celular (no estoy exagerando). Continuó describiendo otros beneficios que la reforma arroja en materia de telefonía. Sobre el debate alrededor de la minuta discutida, nada. Sobre artículos que violan derechos humanos, nada. Sobre pluralidad y diversidad de medios, nada. Sobre la controversia entre la definición de preponderante, nada. Según Televisa, lo relevante eran los avances en telefonía, tómese en cuenta que es una ley que abarca muchísimos otros sectores. Pero lo importante es que podremos checar nuestro saldo y cambiar de compañía.

Al día siguiente de la aprobación, con esa curiosidad que a veces me toma por sorpresa, revisé las primeras planas de los diarios. Para ser justó pensé que estarían llenas de tonos alegres por la aprobación. La mayoría fueron sobrias al señalar únicamente el hecho: la aprobación. No lo digo como algo positivo, porque al final, el trabajo periodístico debería arrojar el contexto mínimo indispensable para entender qué está pasando. Esto implica reconocer las voces a favor y en contra, y darle voz y contexto (dígase hacer periodismo). Parece que era demasiado pedirle a nuestra prensa. De hecho para la mayoría de las coberturas de la minuta aprobada y enviada a la Cámara de Diputados no existía ningún punto de vista en contrario, no había ninguna portada que advirtiera la controversia del debate. Otra vez, el ya conocido nado sincronizado de nuestra prensa. En su gran mayoría, la cobertura sobre Ley Telecom en radio, televisión y prensa escrita optó por renunciar a su labor social informativa y juntó la línea editorial con el interés comercial.

Portadas Telecom. Artículo 19.
Portadas Telecom. Artículo 19.

Después de una somera revisión de la cobertura me di cuenta que los Senadores y medios de comunicación e tenían el mismo guión de defensa, se reconocía como un bloque.  El mensaje que se tenía que dar se basaba en resaltar los avances en telefonía. Desde el Consejero Jurídico de Presidencia hasta los más devotos legisladores que defendían el dictamen. Parecía un coro de iglesia perfectamente afinado. Es de reconocer que afinaron su estrategia de cuando en Semana Santa intentaron pasar casi el mismo texto y la presión pública fue tal que se paró. Entre el silencio y fuerza de la opinión pública, entre el secretismo con el que se trabajó  en el Senado por parte del PRD, PRI y PAN, y el la tendenciosa cobertura mediática. La ley ha pasado sin el cambio de una coma.

 Todos hablan de “derechos de los usuarios” y nadie (o pocos) habla cómo artículos claros violan principios de “derechos humanos”. Repito, parecería que lo importante es que podemos checar nuestro saldo y que se ahorrará 22 mil millones en telefonía y nada importa el régimen de vigilancia, la asfixia de los medios comunitarios que por mensaje de la CIRT siguen condenadas a la ilegalidad y persecución. Nadie lazó la boca para crear la tercera cadena de televisión con carácter público, es decir, nuestra BBC, no vaya a ser que le haga competencia al duopolio. O bien, la institucionalización de un régimen de vigilancia y espionaje legal, cuide sus comunicaciones porque ahora las instituciones de seguridad nacional podrán hurgar en ellas.

Y sin discusión, sin ejercicio parlamentario, sin público en el recinto y sin escuchar a las voces que advierten graves retrocesos se aprobó y mandó a la Cámara de Diputados, donde al cabo de unas horas (menos de 48rs) el dictamen ha sido aprobado en lo general. Aquel Poder de la Unión, el legislativo, encargado de crear el marco normativo más garantista, desapareció y se cambió por una masa aplanadora llamada PRI-PEVM-PAN enmarcada en una cobertura como la de López Dóriga.

Por la irresponsabilidad legislativa (porque que quede claro que los que alzaron la mano para aprobar la nueva ley son servidores públicos que según esto nos representan) y la falta de interés de estado, hemos perdido una oportunidad valiosísima para verdaderamente igualar la cancha y crear un sistema de medios comerciales, públicos y privados que abone a nuestra raquítica democracia. La desilusión y preocupación es obvia. Hace dos años #yosoy132 nos dictó una lección. Hoy, los Senadores y Diputados les dieron la espalda a esos jóvenes y al resto de la sociedad. Si hubiera un sistema de rendición de cuentas para los legisladores y para los medios, sería diferente. Debemos seguir trabajando para ello.

Darío Ramírez
Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana y Maestría en Derecho Internacional Público Internacional por la Universidad de Ámsterdam; es autor de numerosos artículos en materia de libertad de expresión, acceso a la información, medios de comunicación y derechos humanos. Ha publicado en El Universal, Emeequis y Gatopardo, entre otros lugares. Es profesor de periodismo. Trabajó en la Oficina del Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), en El Salvador, Honduras, Cuba, Belice, República Democrática del Congo y Angola dónde realizó trabajo humanitario, y fue el director de la organización Artículo 19.

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