Darío Ramírez
24/04/2014 - 12:00 am
El secuestro de la ley telecomunicaciones
La iniciativa sobre la ley secundaria de telecomunicaciones que envió el Presidente Enrique Peña Nieto es un insulto a la sociedad mexicana. Es de preocuparse que un Presidente que dice ser respetuoso del marco legal, nacional e internacional, se atreva a mandar una iniciativa como la que mandó recientemente a la Cámara de Senadores. De […]
La iniciativa sobre la ley secundaria de telecomunicaciones que envió el Presidente Enrique Peña Nieto es un insulto a la sociedad mexicana. Es de preocuparse que un Presidente que dice ser respetuoso del marco legal, nacional e internacional, se atreva a mandar una iniciativa como la que mandó recientemente a la Cámara de Senadores. De aprobarse tal cual la iniciativa presidencial nuestro país se colocaría en los niveles de Vietnam, Turquía, Egipto, Paquistán y Siria, en lo que se refiere a la libertad de expresión y el mantenimiento del internet como una red neutral. Tal vez sobra preguntarlo, pero ¿acaso eso quiere, Señor Presidente? Lo que nos debe de tener claro es que tenemos un presidente que osa mandar una iniciativa con un infame contenido.
El Presidente decidió tomar postura en el tema de telecomunicaciones, y lo que prometía ser un acierto, después de la reforma constitucional que él mismo promovió, hoy es una de las grandes preocupaciones de la comunidad internacional y nacional. No solo no ha sido suficiente mandar la iniciativa, sino que funcionarios como el El subsecretario de Comunicaciones y Transporte, José Ignacio Peralta, salen en la radio defendiendo y desinformando sobre el contenido de la propuesta presidencial. Lo que convenientemente omite el Sr. Peralta es el contenido de los artículos: 197 fracción VI se refiere al bloqueo de señal por razones de seguridad pública y nacional; 189 sobre localización geográfica en tiempo real y obligación de concesionarios de telecomunicaciones de proporcionarla sin previa orden judicial; artículos 218, 224, 227, 229 que se refieren al control de contenidos por parte de SEGOB amparada en ridículos preceptos como el uso correcto del idioma, desarrollo de la niñez y la unidad nacional. Conveniente omisión, señor Peralta.
Estamos acostumbrados a que los políticos digan cualquier cosa en campaña con tal de ganar votos. Total, una vez que llegan al puesto muchas de sus propuestas quedan en buenos deseos. Así ha sucedido con varias de las propuestas de Peña. Aquella intención de regular las telecomunicaciones en su discurso inaugural hoy es mera anécdota. Lo mismo con el tema de regular la publicidad oficial en medios de comunicación. Su compromiso fue para salir del paso en ese momento, nada más. El castigo por mentirle a la sociedad hoy no existe. Una vez en el poder sufren de un profundo alzhéimer.
Desde hace unos años, varios especialistas advertían de la formación de la “telebancada” en el Congreso de la Unión. Dicha bancada está compuesta por senadores y diputados cuyos intereses están claramente vinculados al duopolio televisivo. Por ejemplo: Ninfa Salinas Sada (PVEM): Hija de Ricardo Salinas TV Azteca; Juan Gerardo Flores (PVEM): Ex asesor de Televisa, actual diputado y presidente de la Comisión de Radio y TV en San Lázaro; Arely Gómez (PRI): Hermana de Leopoldo Gómez, Vicepresidente de Noticieros Televisa; Luis Armando Melgar (PVEM).- Ha estado al frente de Seguros Azteca, es presidente de la Fundación Azteca Chiapas desde 2011 y Director de Proyecto 40; Carlos Puente (PVEM): En Televisión Azteca ha ocupado los cargos de Jefe de Administración de Convenios Públicos, y los diputados, entre otros, Antonio Cuéllar Steffan (PVEM): Ex director Jurídico de Televisa y Patricio Flores Sandoval (PRI): Dirigente del Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio (Sitatyr); se dice que cuenta con plaza en Televisa.
¿Cómo llegamos a tener un telebancada? Lo único que se me ocurre es pensar que las televisoras se movieron mucho antes que nosotros y lograron pactar con el PRI y el PVEM y así conseguir espacios en ambas cámaras a personajes claves para salvaguardar los intereses de las televisoras. Y no hablo de ficción, ahí están los personajes votando una ley secundaria de telecom con posturas que claramente defienden los negocios de las televisoras. La perversidad está en esa relación productiva entre los partidos políticos y el poder de manipulación de la televisión. La televisión tal vez no crea realidades, pero sí crea políticos.
El objetivo de reformar el sector de las telecomunicaciones no es deshacer o desaparecer a Televisa y TV Azteca. La reforma tiene que partir por el interés público de las telecomunicaciones el cual abarca la competencia económica, diversidad de actores en diferentes plataformas, el reconocimiento legal de radios comunitarias e indigenistas y transformar de medios gubernamentales a verdaderos medios públicos, entre muchos otros temas. La inexistente discusión en Senadores (porque lo que vemos en la televisión es una mera simulación, no un debate legislativo que tenga por objeto el interés de la nación) sucede porque las televisoras ganaron la partida desde hace muchos años cuando los monopolios tomaron control de la toma de decisiones legislativas gracias a trueque político con el PRI y el Verde. Desde ahí habíamos perdido.
El cinismo legislativo, cargado de altas dosis de irresponsabilidad, nos tiene en un alud de reformas. Está la reforma político electoral (de enorme trascendencia), está le energética (de enorme trascendencia), está nombramientos al IFAI (de enorme trascendencia). Resulta humanamente imposible poder monitorear y rastrear el trabajo legislativo como está ahora mismo. No podemos ser tan ilusos y pensar que “se les juntó la chamba”. La estrategia radica en esa imposibilidad para verdaderamente hacer procesos legislativos transparentes e incluyentes.
Los Senadores tuvieron 48 horas para revisar, proponer y modificar, el dictamen de las comisiones unidas. Un documento de más de 400 páginas. Un tema tan trascendental para el futuro del país, parece secuestrado por una prisa sin sentido (o con todo el sentido para ciertos intereses). Hay senadores que están en contra de la iniciativa de Peña Nieto y el senador Javier Lozano. Son pocas las voces pero las hay. Donde también hay pocas voces es en los medios de comunicación. Parece ser que los intereses son más grandes que la reforma que podría cambiar el rumbo del país. Durante el 2006, cuando la Ley Televisa estaba siendo analizada por la SCJN, la prensa escrita jugó un papel importante ante el ominoso silencio de la televisión. Hoy no es el caso. La información es escaza de acuerdo a la envergadura de lo que se está discutiendo y está en juego. Las notas esporádicas las comprendí, cuando me confirmaron reporteros de la fuente de telecomunicaciones, que sus “editores” deliberadamente no estaban publicando mucha de la información recabada. El interés periodístico es obvio, por lo que para explicar esto solo nos queda pensar que el silencio es a cambio de algo.
Mientras en México intentamos salvar lo más que podamos de la intentona gubernamental, En Brasil se inaugura la cumbre NetMundial, dónde Dilma Rousseff ha firmado en directo la Ley del Marco Civil sobre los derechos en Internet, aprobada la víspera por el Senado brasileño. La presidenta se ha pronunciado por una web que respete los derechos humanos, en particular la libertad de expresión y la privacidad. Las palabras de la presidente sobre el espionaje de Estados Unidos fueron severas y directas. Mientras nosotros defendemos, los brasileños protegen Internet. Aquí nos secuestran las telecomunicaciones, allá las promueven.
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