Somos el país de la eternización de los líderes. Cuando Francisco Hernández Juárez llegó a la dirección del sindicato de Teléfonos de México en los setenta, y Carlos Slim aún no se asomaba, aseguró que su estancia sería corta. Han pasado más de 30 años y sigue por ahí. Cuando Carlos Salinas metió a la cárcel a Joaquín Hernández Galicia, quien era líder del Sindicato de PEMEX, se aseguró que era parte de un cambio en la paraestatal. Nunca ha quedado muy claro si la “Quina” fue objeto de la justicia o de la “justicia” a la manera de Salinas. Estaban de por medio profundas rencillas por lo que se dijo que la falta de apoyo a Salinas en las elecciones del 88 eran la verdadera razón tras la detención.
A esto se sumó la publicación de un líbelo contra quien era el candidato del PRI, y hasta se dice que a Salinas le molestaba que la “Quina” le dijera “pelón”. Vaya usted a saber, lo cierto es que quien sustituyó a Hernández Galicia, se eternizó en el cargo y no lo metieron a la cárcel en el PEMEXGATE por falta de lo que bien sabemos.
Con la afamada e inquieta maestra pasó lo mismo. Carlos Salinas instruyó a quien era su secretario de Educación, Manuel Bartlett, que le informara a el líder eterno del SNTE, Carlos Jonguitud, que tendría que dejar el cargo. El potosino insinuó que no lo permitiría. Bartlett lo frenó con algo así como “no sabe en lo que se mete y si lo duda pregúntele a la Quina”. Su reemplazo estaba en ese mismo momento en Los Pinos. Era ni más ni menos que su alumna favorita, la maestra Elba Esther Gordillo. Veintidós años después, sigue en el cargo bajo los mismos métodos que su antecesor. Algunos dicen que más refinados y otros que más burdos.
La constante en el sindicalismo mexicano es la eternización en el cargo de los líderes. No importa si son sindicatos universitarios, independientes u oficiales. Los líderes se quedan enquistados en el cargo y algunos hasta se dan el lujo de durar en el mismo 50 años, como fue el caso de Fidel Velázquez. ¿Qué puede tener que ver con el país que hoy somos uno de sus reemplazos como Joaquín Gamboa Pascoe? No es un problema de edad, es sobre todo un asunto de visión, expectativas y la construcción de nuevas realidades. En un país en donde el 40% de la población es joven, ¿qué tienen que ver los líderes con ellos?
Decía el sociólogo estadounidense Wright Mills, que cuando los líderes acceden al poder se lo deben a sus “bases”, pero que cuando se trata de conservar esos liderazgos dejan de valerse de las “bases” para construir complicidades con el poder. En el caso mexicano la cuestión tiene sus variables. Algunos líderes, cuando llegan, se la deben a Los Pinos, y cuando dejan de ser instrumentos de uso y complicidad, también se lo deben a Los Pinos. Como fue el caso de Salustio Salgado, la “Quina”, Carlos Jonguitud, y, por lo que se dice y se ve, más le vale a la afamada maestra que se vaya cuidando porque, según rumores, están tras ella. Quizá a esto se deba que aparezca tan inquieta, disparando declaraciones para todos lados, y recordando lo que le deben.
Anda inquieta
11/07/2011 - 12:00 am
Javier Solórzano
Es periodista. Conductor de radio y televisión.
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