Cuando hace 6 años el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, destapó a Felipe Calderón como precandidato a la Presidencia del país por el PAN, el hoy inquilino de Los Pinos intuía lo que le venía de parte de su jefe el Presidente, de la “señora” Marta y de su partido. Vicente Fox materialmente lo despidió al día siguiente. Calderón, hombre de mecha corta, agarró sus cosas y se fue a hacer campaña. No era el candidato de Fox y menos de Marta, pero poco o nada le importó. Se echó para adelante y al final de la historia terminó ganando sin ser el candidato de Fox y de su “afamada” esposa; sin embargo, la paradoja es que sin ellos no hubiera ganado.
Hace algunos días, Calderón le mando decir a los “suspirantes” de su gabinete que, si están tan interesados en ser candidatos del PAN, dejen sus cargos y se lancen al ruedo. No dijo que como él le hizo, pero lo insinuó. Como era de esperarse, los 3 “suspirantes” de su gabinete se quedaron callados. Muy probablemente pasó por su cabeza aquella frase de los tiempos del PRI, los cuales no se han ido y están asomándose de regreso a plenitud: “vivir fuera del presupuesto es un error”.
De los tres “suspirantes” del gabinete sólo quedan dos. El controvertido, altanero y provocador Secretario del Trabajo a sabiendas de que no llegará, ya le mandó un guiño al candidato “oficial”, Ernesto Cordero, en medio de una banal competencia de elogios mutuos. Ni Lujambio ni Cordero van a renunciar hasta que tengan amarrado su futuro. Uno, para ganarlo, y el otro, para sumarse a la cargada con el que gane. Nadie le va a jugar “a la Calderón” porque la diferencia entre ellos y el Presidente es que éste sabía lo que es la lucha en los intestinos política del partido y más allá, en tanto que los dos “suspirantes” más bien tienen una buena dosis de aprendices de brujos.
Ni Cordero ni Lujambio han estado dentro de la tripas del PAN, y menos, de los espacios en donde crujen los huesos, como es el legislativo. Uno, anda diciendo que nos alcanza con 6 mil pesos mensuales al mes y que ya no somos pobres aunque haya más de 45 millones de ellos. El otro, supone que la entrada al futuro la da una mujer que se ha apoderado de un sindicato y que la semana pasada confesó lo que sabíamos: al igual que a Fox, empujó a Calderón para que ganara las elecciones del 2006.
Lo que los dos “suspirantes” deben tomar en cuenta es que por ahí andan otros panistas que también aspiran. En este momento, crecen día con día amplios sectores panistas los cuales los apoyan y además no están conformes ni con el Presidente ni con su equipo.
Calderón se apoderó majaderamente del PAN. Primero envió al del departamento de 7 millones, que en realidad costaba entre 15 y 20. No tenía ni un minuto en el cargo cuando fue a Los Pinos para decirle al Presidente: aquí esta su partido y “a sus ordenes jefe”. Posteriormente, Calderón llevó a su “compadre”, el vociferante Martínez, quién, al igual que el anterior, fue a “ofrecer” el partido ante la inconformidad nunca escuchada de los viejos y ortodoxos y de los que quieren ver un partido diferente y crítico al tiempo que solidario, que no sometido al Presidente.
El futuro de Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota se cruzará con el de Cordero. Llevan un camino avanzado, pero Cordero y el aparato oficial puede revertirlo. Por lo pronto, el de las declaraciones para que lo conozcan, según dicen sus defensores, está ampliamente metido en el ánimo del hombre de la mecha corta. A ver cuanto dura, pero sobre todo, a ver que dicen los panista, -senadores, diputados, gobernadores-, que están hartos de un Presidente que se mueve en “equipito”. “Trajo a puros muchachos que no saben hacer ni un café con leche”. El futuro es incierto por lo que ha hecho y no ha hecho el PAN en el poder, y porque muchos panistas no quieren que por ningún motivo el Presidente meta las manos en un proceso que desde ya se ve sesgado y desde ya los tiene en un máscara contra cabellera.