CHILPANCINGO. Gro., (apro). El diputado local con licencia del PRI Rubén Valenzo Cantor denunció que un grupo de sujetos armados “intentó levantarlo” cuando se desplazaba sobre la carretera Chilpancingo-Tixtla, al oriente de esta capital.
No obstante, el priista se negó a presentar una denuncia ante las autoridades ministeriales, indicaron fuentes oficiales consultadas por Apro.
El hecho registrado ayer por la noche ocurrió después de que Valenzo Cantor informó en conferencia de prensa en esta capital que la Tercera Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) determinó regresarle la candidatura a la alcaldía de Tixtla, que le fue retirada meses antes por la dirigencia estatal del PRI.
En primera instancia se difundió la versión de que Valenzo Cantor habría sido ejecutado en el mismo trayecto carretero, ubicado al oriente de esta capital.
Enseguida se generó una intensa movilización policíaca de búsqueda que cesó por la noche, luego de que autoridades estatales lograron comunicarse con Valente Cantor, quien dijo haber sido víctima de “un intento de levantón”, indicaron las fuentes consultadas por Apro.
Por la madrugada, cerca de las 02:00 horas, el priista fue trasladado bajo resguardo policíaco a la sede de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) para que interpusiera una denuncia ante el Ministerio Público del fuero común, pero se abstuvo de declarar, refirieron las mismas fuentes.
A principios de mayo el diputado local priista con licencia irrumpió en la sede estatal del PRI y mantuvo tomadas las instalaciones por tres días, en protesta porque la dirigencia estatal de su partido le había retirado la candidatura a alcalde de Tixtla y decidió otorgarla a Saúl Nava Astudillo.
Valenzo Cantor responsabilizó al dirigente estatal del tricolor, Cuauhtémoc Salgado Romero, de esta decisión y denunció que las candidaturas locales fueron “vendidas al mejor postor”.
Enseguida, el priista inconforme acudió a instancias electorales que resolvieron a su favor al devolverle la candidatura, determinación que el PRI tendrá que acatar a tres días de la elección y en el último día para hacer campañas.
