Este día, el cine mexicano conmemora el 108 aniversario del natalicio de Emilio "El Indio" Fernández, considerado el máximo representante del “nacionalismo cinematográfico”.
Emilio Fernández Romo, quien nació el 26 de marzo de 1904 en Sabinas, Coahuila, se inició en el cine mexicano con un papel de extra. Después, con su empeño y dedicación, logró protagonizar una película de Carlos Navarro, "Janitzio" (1934), en el papel de "Zirahun", y con la cual descubrió su interés por la naturaleza y la fotografía.
Años más tarde consiguió algo que ningún director mexicano hasta entonces había logrado, "crear una estética propia", pese a que para lograr su sueño antes de ser director de cine tuvo que ser extra, actor, argumentista y ayudante de dirección, experiencias que le permitieron familiarizarse con el Séptimo Arte.
Su debut como director fue en 1941 con la película "La isla de la pasión" (Clipperton). Entonces, el trabajo singular del director mexicano fue influenciado por personajes que dejaron historia en el mundo, tales como Sergéi Eisenstein, John Ford y los muralistas mexicanos Diego Rivera y José Clemente Orozco.
A este trabajo se unieron grandes actores y actrices como Dolores del Río, Pedro Armendáriz, María Félix y Columba Domínguez, quienes contribuyeron para que "El Indio" creara la imagen de un México cinematográfico de nubes y hermoso cielo azul, magueyes y haciendas.
Ganador del premio Ariel en múltiples ocasiones, Fernández contribuyó en gran medida al despliegue de esas imágenes de México por todo el mundo.
Enamorado y apasionado del arte mexicano y sus escenarios naturales, mostró en sus filmes los aspectos tradicionales del pueblo y su ambiente rural, además de personaje de recio carácter e icono del legendario "macho mexicano", en la actuación de Pedro Armendáriz.
Al decir de los conocedores, la "fórmula" del cine que desde entonces nadie ha podido rebasar logró sobrevivir más allá de una década, pero su inolvidable trabajo lo convirtió en un símbolo dentro de la industria cinematográfica mexicana.
Fernández se involucró en este quehacer de manera especial durante su estancia en Hollywood (Estados Unidos), donde su labor como extra en la Meca del Cine lo llevó a relacionarse con varios de los mexicanos que trabajaban allá, muchos de los cuales volverían a México años después para integrarse a esta naciente industria en el país.
Entre los filmes que dirigió también destacan: "Bugambilia" (1944), "La perla" (1947), "Salón México" (1948), "La malquerida" (1949), "Acapulco" (1951), "Paloma querida" (1962), "Un dorado de Pancho Villa" (1966) y "La red" (1953).
Emilio "El Indio" Fernández, reconocido a nivel internacional por películas que marcaron la historia de México, murió el 6 de agosto de 1986.
En su vida sentimental, fue pareja de la actriz Columba Domínguez, a quien descubrió el cine mexicano, y pese a que trabajó por igual con María Félix y Dolores del Río, consideradas entre las más bellas y famosas de su época, siempre se dijo que el gran amor de su vida fue la artista Olivia de Havilland, una de las estrellas de Hollywood más admiradas en la década de 1940.
Aunque su carrera actoral fue corta, Fernández trascendió sobre todo como cineasta, con más de 60 películas, como "Los de abajo" y "María Candelaria", así como con "La noche de la iguana", filmada en Puerto Vallarta, México, del director John Huston y donde el mexicano Emilio Fernández era uno de los productores.
Colaboró con grandes figuras del ámbito, como el fotógrafo Gabriel Figueroa, el guionista Mauricio Magdaleno y la editora Gloria Schoemann. No obstante un evento marcó su vida al conocer el trabajo del gran cineasta ruso Sergéi Eizenshtéin, la obra inconclusa "¡Que viva México!", durante su residencia en Estados Unidos, y luego de lo cual regresó a su país natal.
En 2011 se montó la exposición "Espectrografías: Memoria e historia", en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).
Con información de Notimex.