Una campaña de Greenpeace "echó de cabeza" a varias marcas de cerveza de los dos grandes monopolios dominantes en México, al decir que usan granos genéticamente modificados para hacer la bebida. Ante ello, productores de birra artesanal continuaron con su posicionamiento de privilegiar la calidad en su manufactura.
Por Javier Cabral, Munchies
Ciudad de México, 10 de abril (SinEmbargo/ViceMedia).- Hoy, en la edición pesimista de las noticias sobre cerveza, probablemente arruinaremos un poquito tu amor por la cerveza mexicana.
La campaña de Greenpeace México “Sabes lo que Comes” recientemente informó que Corona, Victoria, Pacífico, Tecate, Indio, Modelo y muchas otras cervezas deliciosamente refrescantes del Grupo Cuauhtémoc Moctezuma y Grupo Modelo están elaboradas con granos genéticamente modificados. Si bien todavía esperamos un veredicto oficial sobre si los transgénicos suponen un riesgo para la salud, muchos medios nos quieren hacer creer que consumir transgénicos es tan malo como beber lejía.
No obstante, no todo son malas noticias. Greenpeace publicó una lista de las pocas cerveceras artesanales mexicanas que se niegan a usar granos transgénicos en sus elaboraciones: Baja Brewing Company, Bayernbrau, Calavera, Cosaco y Minerva.
Como cervecero habitual, quien igual se puede Negra Modelo como una IPA de Minerva, tuve curiosidad por saber por qué el rebelde Jordan Gardenhire, fundador de la cervecería BBC, está yendo contracorriente.
“Nada de nuestro material es transgénico”, me dice desde Baja California. “Si eres un pequeño fabricante probablemente no usas esos granos, pero los grandes fabricantes están utilizando todo lo que pueden”.
Esto generó una duda importante: ¿Puede uno distinguir el sabor entre la cerveza elaborada con granos transgénicos de la elaborada sin ellos? De acuerdo a Gardenhire, se puede.“Definitivamente cambia el sabor. He usado granos no transgénicos desde que empecé. Si empezara a usar granos transgénicos ahora, cambiaría el sabor de mi cerveza y nuestros clientes lo notarían”. Él usa malta de cebada producida por Great Western Malting Co., una compañía con sede en Vancouver, porque es difícil encontrar granos no transgénicos en México. No le importa que sea un poco más caro usar granos no transgénicos, el sabor lo vale.
Cuando le pregunto a Gardenhire qué lo hizo rechazar el uso de transgénicos y a final de cuentas acabar por perder utilidades, dice: “Soy un fabricante de cerveza y éste es un producto artesanal. Es algo que amo. Solo quiero hacer el producto de mayor calidad posible”. Reconoce que la cerveza no es exactamente comida saludable, pero eso no significa que se valga hacerla con malos ingredientes. “Es como cocinar una buena comida; entre mejores sean los ingredientes, mejor será el producto resultante”.
Los transgénicos en México últimamente han sido un tema polémico.En agosto del año pasado, un juez federal mexicano derogó una prohibición de dos años sobre el maíz modificado genéticamente, dictaminando que los que la apoyaron no habían podido demostrar que la siembra de semillas transgénicas causara daño. Para las empresas de biotecnología detrás de la demanda (incluyendo a Monsanto, Syngenta, Dow, y Dupont), la decisión del juez fue una victoria momentánea; pues los opositores —principalmente Demanda Colectiva Maíz—, rápidamente reaccionaron y finalmente lograron que el maíz transgénico siga prohibido en tierras mexicanas.
El argumento en contra del uso de granos transgénicos en la cerveza no es válido cuando se trata de lo económico, lo cual probablemente explica por qué los dos gigantes cerveceros de México escogieron utilizar los transgénicos sobre los granos regulares, de acuerdo a Greenpeace. Gardenhire tiene la teoría de que es sólo cuestión de hacer más dinero. “Para estas grandes cerveceras todo se trata de ahorrar centavos. Recuerda, estamos hablando de grandes compañías, así que si pueden ahorrarse un centavo por botella, tienen el potencial de convertirlo en millones o miles de millones de dólares. ¡Quién sabe!”.
No obstante, Gardenhire permanece necio en usar transgénicos aunque pierda dinero, y parece que le funciona. Está a punto de introducir su cerveza IPA y “Peyote Pale Ale” al mercado mexicano y estadounidense (y no, no está hecha con peyote). “No vamos a vender para un millón de personas. Serviremos a nuestro grupo de gente y eso está bien para nosotros”.
Así tan apasionado y obstinado que es Gardenhire contra los transgénicos, no es, sin embargo, completamente negro o blanco para él. Admite que aún beberá cerveza elaborada con granos transgénicos. “Definitivamente prefiero deliciosa cerveza artesanal, pero cuando hace calor en la playa y lo único que hay es una cerveza industrial mexicana, pues no le digo que no”.
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