La tierra donde nació y murió el autor de Las venas abiertas de América Latina ha sido la primera en publicar sus últimas palabras. En su obra póstuma, los relatos divididos en tres capítulos traen un anexo sobre la muerte, escritos cuando su enfermedad ya estaba avanzada
Por Carlos Castillos, dpa
Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo).- Según la óptica del escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015) "el siglo XXI no está resultando ser un gran siglo; los abusos de un sistema formado por ricos cada vez más ricos y jodidos muy jodidos están a la orden del día".
"Siguen soñando las pulgas con comprarse un perro y los nadies con salir de pobres" escribió Galeano para la que resultó ser su obra póstuma, El cazador de historias, que esta semana llegó a las librerías de su país, cuando está por cumplirse el primer año de su muerte, ocurrida el 13 de abril del año pasado.
En el libro, que ya despertó el interés de los lectores uruguayos, Galeano "sale a cazar en esa jungla para mostrar, con crudeza, con humor y con ternura, el mundo en que vivimos, desnudando ciertas realidades que, pese a estar al alcance de la mano, no todos llegan a ver".
Infancia, juventud y viajes son parte de los relatos que integran la obra, divididos en tres capítulos, con un anexo sobre la muerte que Galeano "garabateó" cuando su enfermedad ya estaba avanzada y que guardaba en su computadora con el nombre de "Garabatos".
"Yo creo que estaba preparado para la muerte", dijo a dpa Jorge Rizzo, de la Distribuidora América Latina, que se encarga de la publicación de la obra en Uruguay, donde se vende a un precio de 21 dólares aproximadamente.
El argentino Carlos Díaz, editor de El cazador de historias, escribió que Galeano "siempre fue un hombre sobrio, quizás haciendo honor a sus genes galeses de los que tanto renegaba, y no solía hablar en tono grave de sus enfermedades o dolencias, ni siquiera en los últimos tiempos".
SUS PENSAMIENTOS SOBRE LA MUERTE
El puñado de textos que dejó escritos y que su esposa rescató "parecían ser una huella de lo que imaginaba o pensaba sobre la muerte". "Son tan bellos e impactantes que quisimos incluirlos, y para eso nos permitimos sumar una cuarta parte al libro original", explicó Díaz.
Galeano trabajó en este libro entre 2012 y 2013, pero la publicación se demoró justamente por su delicado estado de salud, aunque trabajó hasta días antes de su muerte.
El cazador de historias devela también al narrador que acecha detrás de todos los relatos. Y así, aunque siempre fue reticente a hablar de sí mismo, Galeano cierra este libro con un puñado de bellas y poderosas historias que sorprenden tanto porque ofrecen pistas de su biografía, de sus años de infancia y juventud y de los primeros viajes por América Latina.
"Lejos de cualquier lamento, con el puro impulso de la curiosidad y la imaginación, se pregunta cómo será el final, qué deseos, afectos o necesidades aparecerán entonces", concluyen los editores de la obra.