El mezcal es una bebida que en los últimos años ha ganado terreno en el gusto de los mexicanos y los extranjeros. Debido a su popularización y falta de previsión por parte de los agricultores, esta bebida podría verse amenazada por su gran explotación.
Ciudad de México, 1 de abril (SinEmbargo).– El consumo de bebidas destiladas de agave tiene su origen desde la época prehispánica, en donde se utilizaba en rituales y únicamente la realeza y las órdenes religiosas lo podían beber.
En los últimos años ha ganado popularidad entre mexicanos y extranjeros, en 2013 se produjeron más de 2 millones de litros de esta bebida. Para producir esta bebida se debe arrancar la planta de agave la cuál tarda en crecer de siete a once años.
El miércoles, asociaciones civiles, académicos, productores y comercializadores de bebidas de agave y ciudadanos entregaron una carta urgiendo a la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) a detener el proyecto de Norma Oficial Mexicana 199 por representar un acto de discriminación contra miles los productores campesinos e indígenas de destilados de agave en gran parte del país.
El proyecto de norma prohíbe a los productores de destilados de agave que se encuentran fuera de la Denominación de Origen de Mezcal (DOM) usar el término “Agave”, señalar que su producto ha sido elaborado con agave y además les prohíbe también llamarlos “Destilados de Agave”.
La propia DOM representó una violación a los derechos de las comunidades que ancestralmente han producido mezcal, al prohibirles usar ese término. Ésta se elaboró de manera totalmente arbitraria. Por esta razón, decenas de miles de productores de mezcal ya no pueden usar este término y deben llamar a su producto “Destilado de Agave”. Ahora se les quiere prohibir usar el término “Agave” y obligarlos a referirse a su bebida como “Komil”. De esta forma, ni el productor podría informar al consumidor ni el consumidor recibir información sobre la materia prima utilizada para elaborar esta bebida.