La mala administración del Estado ha generado una deuda que representa que cada familia deba al menos 300 mil pesos. De esto, y aún más del silencio que hay entorno al manejo de la política económica, se sorprende el Senador del Partido Acción Nacional Francisco Búrquez Valenzuela, quien es un hipercrítico de casi todo, pero en especial del Gobierno y la clase política, que asevera, se han encargado de beneficiar a unos pocos empresarios en vez de a los ciudadanos.
Ciudad de México, 13 de marzo (SinEmbargo).– El Senador panista Francisco Búrquez Valenzuela aseguró que el Gobierno se ha encargado de monopolizar negocios en el campo petrolero, aéreo y financiero, dejando a un lado a los ciudadanos e iniciativa privada.
Para quién lo escuchara por primera vez, Búrquez podría ser calificado como un “anarcocapitalista”. Una teoría que pretende la eliminación del Estado y antepone por encima del Gobierno la protección de los derechos individuales. Pero más bien, Búrquez parece defender soluciones prácticas a problemas actuales. Y que le han valido para sustentar, no sólo un hipercriticismo, sino autocríticas a los sexenios encabezados por integrantes del instituto político al que pertenece, Acción Nacional (PAN).
En una conversación con SinEmbargo el Senador habló sobre el peligro de la deuda pública, el mal manejo de Petróleos Mexicanos (Pemex), el costo político del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y de la situación de los derechos humanos en su natal Sonora.
EL FANTASMA DE LA DEUDA
—El subtitular de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Fernando Aportela Rodríguez, compareció esta semana ante la Cámara de Diputados. El discurso sigue siendo que la deuda es aún manejable. Usted ha calificado la deuda una bomba de tiempo. ¿Qué incidencia tiene la deuda en el país?
–Estamos hablando de un problema sumamente grave. La deuda directa este año llegará al 50 por ciento del PIB [Producto Interno Bruto], y no es la más grave. Las deudas contingentes pueden llegar a ser cuatro veces superiores. Incluyen pensiones no cubiertas que son deuda , y también, están los servicios de salud que no tienen una reserva para el envejecimiento de las personas cuando se van retirando.
—¿Cómo afecta la deuda a los mexicanos?
–La deuda directa ha subido 50 por ciento desde 2012 a la fecha, esa deuda significa más de 300 mil pesos por familia. Y si habláramos de la deuda contingente, cada familia mexicana debe más de un millón de pesos. Imagínate en un país donde más del 40 por ciento de la población es pobre.
–¿Qué nos dice esta situación? ¿por qué el Gobierno sigue contratando deuda?
–Habla de la quiebra de las finanzas públicas. En el Gobierno se están endeudando como locos, porque si no tuvieran esos ingresos, se quedarían sólo con los presupuestos públicos que están hechos añicos, están gastados en puro gasto corriente y no tienen la capacidad de invertir ni siquiera un peso. No habría inversión.
–En los Gobiernos del PAN también hubo adquisición de deuda…
–Yo soy un autocrítico del PAN. No cambiamos el país. Hicimos cosas buenas, y malas,. Pero una de las cosas buenas fue la buena administración de las finanzas públicas, por eso después de 30 años no hubo crisis financiera. Hoy regresa el PRI, y del 2012 a la fecha, ya aumentó 50 por ciento el endeudamiento.
–¿Qué se hace desde el Senado para subsanar esto?
–Presentamos una iniciativa en donde pedíamos cero deudas para los gobiernos, que no puedan endeudar a los ciudadanos, y cárcel para los gobernantes que deben deudas. El Gobierno actual ha hecho que los mexicanos paguen 80 por ciento más de impuesto per cápita por cada persona, cada mexicano paga más para mantener a los políticos y al Gobierno.
LA CARGA TRIBUTARIA
–Estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestran que México es el país que menos impuestos paga.
–No se puede comparar México con los países desarrollados. Los países exitosos en vías de desarrollo nunca cobran más del 20 por ciento de impuestos sobre la renta como tasa máxima a las personas y empresas, y aquí en México estamos en tasas máximas del 35 por ciento.
– Según Hacienda, mientras la economía se ha despetrolizado, pero los impuestos de gasolinas aumentaron
–Imagínate, las gasolinas en el mundo bajan la mitad de precio. Todos los competidores en el mundo se están beneficiando de gasolina más barata. Ya sea que tengan un vehículo, o que tengan transporte público más barato. Aquí en México son 230 mil millones de pesos, adicionales, los que se están cobrando de gasolina porque no bajaron de precio. El Gobierno se quedó con el beneficio de la bajada en costos. Por eso nos tiene a los políticos luchando en el sótano de los desprestigios.
PEMEX: UN PROBLEMA DE TODOS
–Usted hablaba de la necesidad de invertir. ¿Cómo ve que Pemex pueda recuperarse con el recorte de 100 mil millones de pesos? El 46 por ciento fue para el Pemex Exploración y Producción.
–El 80 por ciento fue un recorte al gasto de inversión. Se está quitando el músculo y no la grasa. Mira, Pemex como empresa que es propiedad de los Gobiernos, no de los mexicanos, ya perdió todo su capital. No vale nada, lo debe todo y más. El año pasado perdió 521 mil millones de pesos. ¿Quién pierde? el Gobierno no, cada mexicano lleva una parte de todas esas pérdidas.
–¿Qué tendría que hacer el Gobierno para remediar esta situación en la empresa productiva del Estado?
–Pemex debe ser cuánto antes declarada en quiebra. Tienen el doble de trabajadores, el doble de costo de operación. Cada trabajador produce 16 barriles diarios, mientras en el mundo, cada trabajador produce el doble, 35 por trabajador. Los activos de Pemex se tienen que destinar a hacer alianzas con las mejores refinadoras en el mundo.
–Con 153 mil empleados, el pasivo laboral asciende a más de un billón 200 mil pesos. ¿Cómo se agravan estos pagos con la crisis que afronta Pemex?
–Son deudas a futuro que al fin de cuentas son deudas para los mexicanos. Por cada barril, el Gobierno cobra una regalía, por cierto, que Pemex no se las está pagando al Gobierno. Las empresas que están entrando si van a pagar, porque sino les quitan la concesión.
–Lo que plantea suena ideológico, pero también es técnico. ¿Cómo garantizar que la entrada de la competencia privada no cree monopolios?
–Los monopolios siempre están al amparo de las regulaciones del Gobierno. Por ejemplo: en el sector financiero cinco grandes bancos controlan el ahorro del sector nacional. Esos cinco grandes bancos, tienen una regulación propia para su modelo de negocio. Si hay un banco pequeño que quiera participar, por la regulación termina siendo un banco que va morir. La regulación los obliga a trabajar como los cinco grandes bancos. Lo mismo ocurre en el transporte y aerolíneas, son camisas de fuerza para evitar que entren nuevos competidores.
EL AEROPUERTO
– Hablando del Aeropuerto. El actual está saturado, se realizan una maniobra cada 53 segundos, pero por otro lado, en medio de la crisis, el Gobierno ha cancelado varios proyectos de infraestructura, menos el Nuevo Aeropuerto Internacional. ¿Debería ser replanteado?
–El NAICM es un ejemplo de una decisión centralista, de un grupo de expertos del Gobierno con una sola visión. Con una sola alternativa, que me recuerda a una visión central de la Unión Soviética. Es un Aeropuerto operado por el Gobierno. Y de entrada ya tienen grandes ineficiencias, y el Gobierno no es el mejor para operar.
–¿En qué lo puede notar?
–Hay un acaparamiento de slots (autorizaciones para entrada y salida de los vuelos) para uso de sus propios aviones de ejecutivos de políticos. Yo me pregunto si el 20 por ciento del aeropuerto está operado para beneficios no de los ciudadanos, sino de dependencias del Gobierno o de militares. Pues hay un amplio espacio para mejorar la eficiencia.
–¿Cómo garantizar entonces la descentralización del NAICM?
–Las soluciones de aeropuertos en el mundo son diversas. Hay que permitir que inversionistas y no el Gobierno con el riesgo del dinero de todos los mexicanos, tome ese tipo de decisiones. Tienen que ser múltiples, y ser inversiones de privados. Debería permitirse que en algún espacio el Valle de México, y podría ser Hidalgo, en donde inversionistas privado hagan un aeropuerto de carga. El 56 por ciento de los vuelos son de carga. Por qué no sacamos la carga y le permitimos a una empresa esa opción.
–¿Y por qué piensa que no lo han permitido?
–El Gobierno trata de centralizarlo todo. Y está ofreciendo una solución única que está 10 kilómetros más lejos, las personas van a hacer más del doble del tiempo y que vamos a perder una inversión multimillonaria que tiene todo un ecosistema alrededor. Vamos a acabar millones de fuentes de empleo. Debemos de permitir que alternativas de inversiones privadas lleguen a otro tipo de aeropuertos como el de Toluca, hacer una negociación con el Ejército para que sus vuelos se vayan a otra parte y ese espacio quede a disposición de otros inversionistas. Un sistema aéreo en donde compitan empresas para que el gane sea el usuario en costos.
–Mencionó la pérdida de miles de empleos. ¿Cómo afectará el entorno urbano el Nuevo Aeropuerto?
–Se pensó como un aeropuerto, pero debió haber sido con base a un plano urbano, es tan importante como el aeropuerto, todo el sistema logístico para mantener la interconexión con el resto de las poblaciones aledañas. Yo que soy presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano no veo que haya ningún plan logístico para desarrollo urbano.