La homofobia latinoamericana, un asunto resguardado entre futbol y cánticos

04/02/2016 - 12:05 am

Los tiempos dicen que el mundo es cada vez más incluyente. Sin embargo, en el futbol latinoamericano los cánticos dirigidos al rival dicen otra cosa e incluso encubren una realidad aún más cruel.

Los aficionados mexicanos se dieron a conocer en el Mundial pasado por el grito de "puto". Foto: Cuartoscuro
Los aficionados mexicanos se dieron a conocer en el Mundial pasado por el grito de "puto". Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 4 de febrero (SinEmbargo).- La historia de la homofobia en el futbol latinoamericano es casi tan vieja como sus orígenes, pero es en los últimos años en los que se ha convertido en un dolor de cabeza para la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), sobre todo después del Mundial de Brasil 2014, en el que el ambiente que impera en los estadios del continente fue mostrado al resto del mundo.

Mientras que en el resto del mundo se hacen esfuerzos por volver al deporte más popular del mundo en una disciplina cada vez más incluyente, los usos y costumbres que rondan a los estadios de América Latina no sólo no se ajustan a los vientos de cambio que el organo rector del futbol del orbe trata de venderle a una nueva generación de aficionados e inversionistas, sino que quedan fuera de toda correción política, además de ser ofensivos y discriminatorios.

Recientemente la FIFA castigó a cinco federaciones latinoamericanas de futbol por cánticos homofóbicos. La decisión, por parte del organismo rector del balompié a nivel mundial sorprendió a muchos, menos a aquellos familiarizados con el deporte en la región.

Las sanciones se desprenden de la última ronda clasificatoria de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Futbol (Concacaf) y la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol), siendo Chile la federación que recibió la multa más alta (69 mil 500 dólares), seguido por Argentina, Honduras, México y Uruguay.

"La FIFA ha estado luchando contra la discriminación en el futbol durante muchos años y una parte de eso ha sido a través de sanciones", dijo Claudio Sulser, presidente de la Comisión Disciplinaria de la organización mundial. "Pero los procedimientos disciplinarios por sí solos no pueden cambiar el comportamiento de ciertos grupos de fans que, lamentablemente, van contra los valores fundamentales de nuestro juego."

Sin embargo, la FIFA puede tener una lucha cuesta arriba en la batalla contra las canciones homófobicas en América Latina, donde los factores culturales implican que tales cantos a menudo no sean vistos como ofensivos. Ese fue ciertamente el caso durante la Copa del Mundo de 2014, cuando los seguidores de la seleción de México alcanzaron los titulares en el partido México-Brasil, correspondiente a la fase de grupos, por gritar "¡puto!" cada vez que el portero de Brasil, Júlio César, realizaba un saque de meta. Para no sentirse menos, los aficionados locales regresaron el favor a los del "Tri" cuando el mexicano Guillermo Ochoa despejaba.

La FIFA decidió no multar a ninguna federación en esa ocasión, al parecer tras decidir que la palabra no era ofensiva. Sin embargo, los opositores de la postura tomada por la asociación mundial declararon que "si la decisión de que el uso de la palabra 'puto' no es homofóbica, entonces es decepcionante y contradictorio al asesoramiento de expertos del propio cuerpo contra la discriminación del gobierno mexicano... y muchos otros expertos."

Un número de comentaristas culturales y lingüísticos, por su parte, argumentaron que la palabra no tiene el peso ofensivo de otros insultos homofóbicos mexicanos como "maricón", por ejemplo. Sin embargo, avalados o no por los expertos defensores de la tradición verbal en las gradas, los números en México son más ofensivos que lo que ellos se esfuerzan por minimizar.

De acuerdo con el último informe de la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia (CCCOH), publicado en mayo de 2015, en los últimos 19 años se han registrado mil 218 homicidios por homofobia en México, aunque se estima que por cada caso reportado hay tres o cuatro más que no se denuncian.

De cualquier manera, el cántico más famoso de la Copa Mundial, como demuestra la acción de la FIFA de este mes, no fue más que el reflejo de una cultura en donde la homofobia es más amplia y arraigada, y la discriminación es disfrazada de bromas regionales.

UNA "COSTUMBRE" EXTENDIDA

México no es único en este tipo de cánticos. Meses después de terminada la Copa del Mundo, la hinchada del Corinthians le gritaba "bicha" ("maricón") al guardameta del São Paulo, Rogerio Ceni, en cada saque de meta.

La historia cayó de vuelta en lo mismo y, aunque un grupo en pro de los derechos de los homosexuales y lesbianas de São Paulo presentó cargos contra el Corinthians en el Tribunal de Justicia Deportiva de Sao Paulo (TJD-SP), el caso finalmente se vino abajo luego de que el presidente del órgano, Mauro Marcelo de Lima e Silva, describiera alegremente la ofensa como "simple euforia colectiva motivada por la tensión del juego ".

Al mismo tiempo, varios clubes brasileños son conocidos por insultar con apodos teñidos de insultos homofóbicos o sugerencias de la feminidad. los jugadores de São Paulo, por ejemplo, son conocidos como "Bambis", un juego de palabras basado en la similitud entre el ciervo bebé de Disney y una palabra despectiva utilizada para referirse a los homosexuales. De igual manera, los aficionados del Atlético Mineiro llaman sus rivales del Cruzeiro "Marías", mientras que el Náutico, de la ciudad nororiental de Recife, son conocidos como las "Barbies."

Los juegos de palabras con insultos en ellos se encuentran de igual manera en el resto del continente. Así, los fans del River Plate argentino cantan en la tribuna “mirá, mirá, mirá, sacá una foto, se va para La Boca con el culo roto”, una canción obviamente dedicada a sus rivales "Xeneizes" y con una alusión clara a la penetración anal.

Los usuarios de tales términos afirman que se trata de diversión ofensiva y, en cierta medida podría decirse que están en lo correcto. Después de todo, se puede asumir que el objetivo de muchos de los aficionados que corean no es para expresar el odio a los homosexuales o dar a entender que todos los jugadores y simpatizantes del equipo rival son gais, pero también es cierto que existen alternativas a los cánticos "tradicionales" y ofensivos.

Sin embargo, lo relevante en este caso en el que lo importante es provocar e irritar al oponente es que en lugar de las cientos de alternativas que existen para hacerlo se prefiere recurrir al insulto abierto y en las sociedades de América Latina, a menudo, no hay mayor insulto para un hombre que insinuar su homosexualidad.

Los gritosde los aficionados mexicanos no fueron tan bien recibidos, pero también muchos los imitaron. Foto: AP
Los gritosde los aficionados mexicanos no fueron tan bien recibidos, pero también muchos los imitaron. Foto: AP

Es en este punto en donde la defensa de este tipo de cánticos e insultos tiene un gran punto en contra, y este es el de contribuir al mantenimiento de un prejuicio que, alimentado por el tipo de machismo imperante mediante el uso de palabras despectivas para los homosexuales que además son de uso corriente en muchos otros rubros además de los estadios.

El extravagante delantero del Flamengo, Emerson Sheik, quizás mejor conocido por tener un mono como mascota llamado Cuta, fue objeto de abusos el año pasado después de la publicación en redes sociales de una fotografía suya en donde aparece besando a un amigo en los labios. Las reacciones que desató la imagen fueron tales que incluso un tribunal multó a una torcida por alrededor de 5 mil dólares después de que protestaran fuera del campo de entrenamiento del Corinthians (el equipo en el que entonces militaba Sheik) con pancartas que rezaban "este es un lugar para hombres" y "viado não" ("no hay maricones").

Si situaciones como las anteriores parecen exageradas y lejanas a la realidad del mexicano hay que tener en cuenta antes que de acuerdo con el informe de la CCCOH, México ocupa el segundo lugar a escala mundial en crímenes por homofobia, sólo después de Brasil.

En el caso del grito de "bicha" el mismo Corinthians hizo un llamado a frenar dicha reacción de la concurrencia. Así mismo, torcidas gay organizadas también han surgido en el país sudamericano. Desde Coligay, grupo pionero del Grêmio en la década de 1970 hasta el Atlético Mineiro Galo Queer, que defienden no sólo a los homosexuales, sino también los derechos de la mujer dentro del futbol.

Sin embargo, la recepción que estos grupos han recibido muestra que hay un largo camino por recorrer. Así, los miembros de la hinchada gay han sufrido amenazas de muerte si son vistos en los estadios durante los partidos. No obstante, un punto de apoyo para la lucha por el incluyentismo puede residir en la lucha del futbol brasileño contra el racismo, sobre todo porque dicho comportamiento rara vez ha estado fuera de vigilancia en el último par de años.

Si bien, el racismo está lejos de ser erradicado pese a los esfuerzos, los insultos de este tipo en un estadio de futbol son ampliamente más condenado en muchas partes del continente y, con suerte, no es pasará demasiado tiempo antes de que los cantos homofóbicos reciban el mismo tratamiento.

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