Una organización que da seguimiento a los grupos extremistas en Estados Unidos alerta sobre el peligroso discurso del multimillonario anti-mexicano y anti-musulmanes. Trump termina 2015 liderando las encuestas, sin que ningún otro precandidato de su partido haya podido destronarlo. Con 39 por ciento de intención de votos, es el favorito para hacerse con la candidatura republicana para las presidenciales de noviembre de 2016, según la encuesta de CNN-ORC.
Ciudad de México, 24 de diciembre (SinEmbargo/DPA/EFE).– The Southern Poverty Law Center, una organización no gubernamental que se encarga de monitorear actividad extremista y racista en Estados Unidos, contabilizó 784 grupos de odio activos hasta 2014, aunque estos números podrían cambiar por un renacimiento de su ideología, alentada por el discurso del candidato presidencial Donald Trump.
Varios de estos grupos están identificados con actos de violencia, y la mayoría utiliza un discurso contra afroamericanos, mexicanos, latinos en general, asiáticos e incluso judíos, a quienes no consideran “totalmente blancos”.
De acuerdo con The Southern Poverty Law Center, existen 72 grupos activos del Ku Klux Klan (KKK) operando en Estados Unidos. California, donde viven millones de mexicanos, en la estado estadounidense con la mayor presencia de estas agrupaciones de odio: 57.
La organización civil indica que el mayor número de grupos es el de aquellos que profesan la ideología neonazi.
“Las actividades de los grupos de odio pueden incluir actos criminales, marchas, mítines, discursos, reuniones, distribución de folletos o publicaciones”, dice la ONG, que identifica a los grupos neonazis que comparten un odio por los judíos y su amor por Adolfo Hitler y el nazismo alemán, pero que no terminan allí: rechazan otras minorías como a los gays y lesbianas, latinos, asiáticos, negros; también ven una “conspiración en curso” entre judíos y gobiernos, instituciones financieras y hasta medios de comunicación.
Algunos de estos grupos apoyan la idea de un nuevo gobierno “de y para blancos” en Estados Unidos, y allí es donde el discurso de Donald Trump se ancla.
Heidi Beirich, director del Intelligence Project de The Southern Poverty Law Center, dijo recientemente que el llamado de Donald Trump a cerrar las puertas a los musulmanes es simplemente el último ejemplo de la retórica anti-musulmana que ha tocado su cúspide este año. “Llevar a las tribunas el odio y el extremismo es peligroso para millones de musulmanes pacíficos y dañino para el tejido social. Los líderes políticos de Estados Unidos deberían condenarlo”.
En su discurso contra los musulmanes, trump citó a Frank Gaffney, un intelectual que trabajó en el gobierno del presidente Ronald Reagan durante la década de 1980. De ahí salió en 1988 para formar el Centro para las Políticas de Seguridad (CSP, por sus siglas en inglés), después de que el Senado rechazara su nominación como secretario asistente de Defensa.
“Alguna vez fue un respetable miembro de los círculos de poder de Washington”, dijo el Southern Poverty Law Centre, citado por BBC. Pero Gaffney se convirtió en “uno de los islamófobos más notorios del país”. Ha pedido que los musulmanes sean investigados por una nueva “comisión legislativa de actividades antiestadounidenses”, recordando a la controversial entidad anticomunista que en la década de 1950 fue encabezada por el Senador Joseph McCarthy, la misma que dio lugar a la expresión "macartismo" como sinónimo de intolerancia política.
EL RETORNO DEL EXTREMISMO
Hace apenas unos días, el 21 de diciembre, el diario estadounidense The Washington Post alertó que “grupos supremacistas que sostienen que la raza blanca es superior a otras, viven un despertar en Estados Unidos”. Los que promueven el racismo contra los negros, indígenas o amerindios, mexicanos, mestizos o judíos están de regreso en las calles gracias al discurso de odio de Trump.
El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acusó ese mismo día magnate extremista de aprovecharse del miedo, la angustia y la rabia de la clase trabajadora para impulsar su campaña política.
“Hacer amigos no es tarea fácil para los nacionalistas blancos modernos. En una era de matrimonios homosexuales y con un Presidente negro, más de medio siglo después de la Ley de Derechos Civiles de 1964, los separatistas no pueden moverse con facilidad en conversaciones con extraños acerca de la causa del poder blanco. Pero Rachel Pendergraft, la organizadora nacional del Partido de los Caballeros, abanderado del Ku Klux Klan, dijo a The Washington Post que el KKK, por su parte, cuenta con un nuevo tema de conversación a su disposición: pueden llamarlo la ‘carta Trump’”, dice el diario.
Esto es –cita como ejemplo– entrar en un café o sentarse en un tren con un periódico en el que aparece Donald Trump de titular. El candidato presidencial republicano, dijo Pendergraft, se ha convertido en una gran herramienta de divulgación para promocionar a los supremacistas.
“Una de las cosas que nuestra organización subraya a nuestra membresía es que queremos que se eduquen sobre los problemas, pero también queremos que ellos sean capaces de aprender cómo abrir una conversación con otras personas”, explicó Pendergraft. El uso de Trump como un tema de conversación ha sido discutido en un sitio web privado, sólo para miembros, y en chats de afiliados.
LÍDER INDISCUTIBLE
Trump termina 2015 liderando las encuestas para las primarias republicanas, sin que ningún otro precandidato de su partido haya podido destronarlo desde que en julio se situara a la cabeza de la carrera hacia la Casa Blanca, según una encuesta publicada hoy. Trump, con el 39 por ciento de intención de votos, es el favorito para hacerse con la candidatura republicana para las presidenciales de noviembre de 2016, según la encuesta de CNN-ORC.
Los votantes republicanos consideran que es el precandidato más capacitado para manejar la economía (el 57 por ciento confía en él), la inmigración ilegal (el 55 por ciento) y luchar contra el autoproclamado Estado Islámico (41 por ciento).
Aunque a los líderes del partido no les gusta Trump, los votantes republicanos se están haciendo ya a la idea de que el polémico multimillonario puede acabar siendo su candidato a las presidenciales.
El 46 por ciento de los votantes considera que el partido republicano tiene más posibilidades de llegar a la Casa Blanca con Trump como candidato, mientras que el 50 por ciento considera que tendría más posibilidades de ganar las elecciones si fuera otro el candidato republicano.
En agosto, sólo el 38 por ciento de los votantes republicanos creía que Trump era el candidato que más posibilidades tenía de ganar en los comicios presidenciales.
El multimillonario saca 21 puntos de ventaja a su más cercano competidor: el senador por Texas, Ted Cruz. El senador de origen cubano se consolida en segunda posición con un 18 por ciento de apoyos, aupado por su buena actuación en los últimos debates.
Seis de cada diez votantes republicanos (el 66 por ciento) considera que el ultraconservador Cruz comparte sus valores y es alguien a quien estarías orgullosos de tener como presidente.
En tercera posición aparecen empatados con el 10 por ciento de apoyos el neurocirujano afroamericano Ben Carson y el senador por Florida Marco Rubio, también de origen cubano.
El resto de precandidatos republicanos no logra superar el listón del 6 por ciento de votos.
AVERGONZADOS POR TRUMP
La mitad de los votantes estadounidenses se sentirían avergonzados de tener a Trump como Presidente de Estados Unidos, según los resultados de una encuesta divulgada también hoy, seis semanas antes de que comiencen los caucus (asambleas electivas) de Iowa.
Solo el 23 por ciento de los encuestados se sentirían orgullosos de que Trump fuera su presidente, según precisa la encuesta de la universidad de Quinnipiac.
El 53 por ciento de los votantes piensa que el multimillonario tiene pocas posibilidades de llegar a la Casa Blanca, mientras que el 59 por ciento de los encuestados considera que la precandidata demócrata Hillary Clinton tiene buenas posibilidades de ganar las elecciones en noviembre de 2016.
En el caso de que Clinton y Trump se enfrentaran en los comicios en noviembre, la ex secretaria de Estado ganaría con el 47 por ciento de los votos frente al 40 por ciento que obtendría el multimillonario. El senador independiente por Vermont Bernie Sanders, que se presenta a las primarias demócratas, también ganaría por 51 a 38 por ciento a Trump en un hipotético enfrentamiento.
"La mitad de los votantes estadounidenses dicen que se sentirían avergonzados de tener a Donald Trump como su comandante en jefe y la mayoría piensa que no tiene buenas posibilidades de ganar en las elecciones, pero sigue estando a la cabeza del pelotón republicano", explicó Tim Malloy, director adjunto de la encuesta de la universidad de Quinnipiac.
"Hillary Clinton le ganaría. El senador Bernie Sanders lo machacaría. ¿Puede un candidato del que la mitad del electorado piensa que sería una vergüenza ganar en noviembre?", se pregunta Malloy.
A pesar de ello, Trump, con 28 por ciento de apoyos, sigue liderando las encuestas de intención de voto en las primarias republicanas, seguido de cerca por el senador de origen cubano Ted Cruz, con un 24 por ciento.
En tercera posición se sitúa con el 12 por ciento el senador Marco Rubio, también de origen cubano, y en cuarto lugar el neurocirujano afroamericano Ben Carson, con un 10 por ciento de apoyos.
Ningún otro precandidato republicano superaría el listón del 6 por ciento de votos.
En el bando demócrata, la ex secretaria de estado y ex primera dama Hillary Clinton sigue siendo, con un 61 por ciento de intención de voto, la favorita para hacerse con la candidatura de su partido a las elecciones presidenciales de noviembre de 2016.
El senador Sanders cuenta con el 30 por ciento de apoyos, mientras que el ex gobernador de Maryland, Martin O'Malley, solo tiene un 2 por ciento de intención de voto.
Para realizar esta encuesta, la universidad de Quinnipiac entrevistó del 16 al 20 de diciembre a 1.140 votantes registrados en todo el país. La encuesta tiene un margen de error del 2,9 por ciento.
Los caucus (asambleas electivas) de Iowa darán en febrero el pistoletazo de salida a las primarias, en las que se elegirá los candidatos de cada partido a la Casa Blanca. Las elecciones presidenciales se celebrarán el 8 de noviembre de 2016.