“Gracias a los representantes de todas las religiones presentes. Dedicamos su vida a los muchachos como ella, gracias a quien no se rinde”, dijo Albeto Solesin, padre de Valeria, al abrir esta mañana las exequias que paralizaron a la ciudad de los canales.

El féretro con el cuerpo de la muchacha, de 28 años -asesinada en el ataque al teatro Bataclan de París- llegó a bordo de una góndola cubierta con un cojín de flores blancas.

Fue recibido por sus padres, su hermano y su novio, Andrea Ravagnani, quien resultó levemente herido en los atentados y que durante más de dos horas estuvo abrazado al cuerpo de Valeria fingiéndose muerto para evitar recibir el tiro de gracia de los terroristas.

“Valeria es una víctima de la locura y la barbarie”, declaró el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, luego de que una banda entonara el himno de Mameli italiano y La Marsellesa francesa.

Señaló que la chica vivía en la capital francesa, donde estudiaba un doctorado en la Universidad La Sorbona, porque Venecia no ofrece empleo a sus jóvenes.

“Venecia, ciudad del diálogo y de la acogida, sabrá encontrar fuerzas de este gran dolor y demostraremos saber estar unidos contra el odio y el terror, con respeto de todas las libertades”, agregó.

Mattarella, presente en la plaza de San Marco, se reunió en privado con los padres de la muchacha, a los que presentó sus condolencias en nombre de todo el país.

Durante la ceremonia la ministra de Defensa, Roberta Pinotti, leyó un mensaje del presidente francés, Francois Hollande.

“A nombre de Francia digo solemnemente que no olvidaremos a Valeria, que vino a vivir con nosotros por amor a la vida y a la cultura y que encontró la muerte bajo el fuego de los terroristas”, destacó el texto del mandatario galo.

En los funerales estuvieron presentes el Patriarca (católico) de Venecia, Francesco Moraglia; el rabino en jefe de la ciudad, Scialomon Bahbout, así como el imán veneciano, Hamad Al Mohamad.

“Su cultura nos horroriza pero no nos intimida, nos causa consternación porque es indigna del hombre, pero nos fortalece para oponernos a ella con todas nuestras fuerzas en el plano cultural, espiritual y humano”, declaró Moraglia, que pidió a los fundamentalistas “cambiar en nombre de Dios”.

Por su parte, el rabino en jefe de Venecia dijo que “los justos no mueren nunca” y que Valeria “será un grande ejemplo para nosotros”, mientras que el imán pidió “que Alá tenga a Valeria y a todas las víctimas en su gloria, ayude a su familia y proteja a Europa y a Italia de esta ciudad del mal”.

Al término de la ceremonia, a la que llegaron miles de personas, el padre de Valeria envió un mensaje de apoyo a “las muchas familias que como nosotros buscan superar el dolor por la pérdida de un familiar”.