México, 21 Jul. (Notimex).- Cinco instalaciones, tres de ellas creadas ex profeso para el recinto, se exhibe en el Ex Teresa Arte Actual, como “Manifiesto” artístico del salvadoreño Ernesto Bautista, quien reflexiona así sobre el individuo y lo social.
Se trata de una especie de conversación íntima entre lo que se ve y el espacio que puede convertirse en el mundo de cualquier persona, destaca el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), al dar cuenta de la exposición que podrá ser visitada en el recinto del Centro Histórico, hasta el 7 de septiembre.
“Imaginario”, “Oratorio” y “Habeas corpus” son los títulos de las tres piezas inéditas, que se complementan con “Constelaciones menores” (2014) y “Diálogos” (2010).
Las cinco son propuestas que aunque en lo individual parecen inconexas, en conjunto dialogan y reflexionan acerca del individuo y su relación con lo social, lo político y lo religioso.
Para Edith Medina, curadora de la muestra, “son trabajos que se integran en un relato en primera persona y en el que cada espectador crea el mundo que quiere para sí mismo, pero en el que no hay manera de perpetuarlo más que asumiendo su carácter social y colectivo”.
En la Capilla de las Ánimas está “Imaginario”, un espacio de cuatro metros cuadrados cercado por malla ciclónica repleto de tierra húmeda, en el que se vislumbran huesos incinerados, “retrato de acumulación y deterioro; esquema de relaciones poéticas, políticas e históricas”.
En el vestíbulo 1, Bautista comparte “Constelaciones menores”, serie de cuatro paneles blancos impactados con balas, cuyos orificios se unen por líneas negras de grafito.
“Dibujar sobre lo destruido aquello que no se puede ver”, dice el expositor, toda vez que hacen referencia a aquellas constelaciones que a partir de 1928 fueron “oficialmente” borradas de la bóveda celeste al reagruparse, por órdenes de la Unión Astronómica Internacional, en una lista de sólo 88 constelaciones.
En el vestíbulo 2 está la instalación “Diálogos”, compuesta por un incinerado juego de comedor con cuatro sillas que yacen sobre una alfombra redonda hecha de carbón y cenizas.
“Es el centro de reunión familiar, donde lo único que no acontece es la comunicación, que puede extenderse hacia otros campos de la vida contemporánea”, explica el artista.
En la nave principal del recinto, el público puedo acercarse, después de un largo y obscuro camino refrigerado, a “Oratorio”, instalación que consiste en un reclinatorio de madera y tela roja, “propuesta semántica de lo sensorial y lo poético, de la oración como descarga: la existencia de un fantasma que nos habita”.
En tanto que en el presbiterio, Ernesto Bautista presenta la proyección de “Habeas Corpus”, filme de escasos cinco minutos que presenta la incineración de huesos en forma de cruz, una forma de presencia donde la carne inmola su deseo como una promesa, posibilitando un diálogo con la memoria y la esperanza”.
“Ernesto Bautista sólo coloca una serie de fragmentos para ser completados por quien los ve; al final del día, la realidad de todos nosotros también se ha vuelto realista… y cómplice”, considera la curadora de la muestra.
