Hermosillo, 4 Jun. (Notimex).- Las familias de los menores con lesiones externas e internas por el incendio de la guardería ABC buscan superar las secuelas físicas y mentales que enfrentan las niñas y niños, para recuperar su salud e integrarse a sus actividades.
Los padres y madres señalan que su vida cambió a partir de aquel 5 de junio del 2009, tras el siniestro en la estancia infantil subrogada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aun cuando no perdieron a sus pequeños.
Los más de 70 sobrevivientes de la tragedia que resultaron con heridas externas por quemaduras, así como internas por respirar humo y gases tóxicos durante la conflagración, han sido sometidos a múltiples operaciones, además de tratamientos médicos y psicológicos.
Es el caso de Héctor Manuel, quien a sus tres años y tres meses de edad fue una de las víctimas del incendio en la estancia infantil y fue rescatado entre el fuego por un joven que bajo los influjos de las drogas salvó la vida de algunos menores.
Su madre, Adriana Villegas, relató que su hijo presentó quemaduras en el 60 por ciento de su cuerpo y fue el más afectado entre los niños que resultaron heridos en la conflagración, que también quitó la vida a 49 infantes.
El pequeño ha sido sometido a 17 cirugías de injerto en el transcurso de estos años, se le reconstruyó casi la mitad del rostro, también desde el hombro hasta la punta de los dedos, los dos brazos y las piernas completas.
Asimismo, la rehabilitación física de Héctor Manuel ha llevado tres años, pues aprendió a caminar de nuevo, a agarrar los objetos y también a comer, “pero lo más difícil ha sido la aceptación de su físico y la integración a la sociedad”.
Durante casi dos años el menor utilizó un traje especial para cubrir todo su cuerpo, así como una máscara en el rostro, lo cual le ocasionó una gran frustración, por lo que ocasionó reclamos a su madre por haberlo llevado a la guardería aquel 5 de junio.
El año pasado, explicó Adriana, el menor empezó a ir a la escuela portando la máscara y un día sus compañeros se la quitaron, al descubrir las cicatrices en su cara le llamaron “monstruo”, lo cual ocasionó daños psicológicos al pequeño.
Por su parte, Rubén Guillermo presenta lesiones internas a consecuencia del incendio en la guardería ABC, porque las afectaciones tienen secuelas en su mente y los pulmones sólo le funcionan al 60 por ciento de su capacidad.
Su madre, Diana Córdova, señaló que el menor de siete años de edad debe tener cuidados especiales y no exponerse al sol, al polen, ácaros ni a las hormigas, porque le ocasionan alergias.
Cada noche debe tomar un medicamento que le ayuda a abrir sus pulmones para que pueda realizar sus actividades diarias y si el desgaste físico es mayor, debe utilizar un inhalador, explicó la mamá de “Memito” como lo llaman en su familia.
Asimismo, ha recurrido a terapias psicológicas para superar los miedos que le dejaron esos momentos que vivió la tarde del 5 de junio del 2009, al percatarse de lo que ocurría mientras jugaba junto a su mejor amigo, quien no sobrevivió.