En un verdadero desafío a las autoridades y las leyes migratorias, un inmigrante mexicano, quien ha vivido indocumentado en Estados Unidos por más de una década, se resiste a ser deportado y se ha refugiado en una iglesia de Tucson, Arizona, de acuerdo con la agencia Reuters.
En abril de este año, Daniel Neyoy Ruiz, de 36 años, le ordenaron deportación voluntaria. Sin embargo, él tomó otro camino: la resistencia a tener que abandonar su familia.
Neyoy se instaló en una iglesia en Tucson, Arizona, cuyos líderes religiosos, históricamente, han estado involucrados en la defensa de migrantes, especialmente de aquellos centroamericanos que tuvieron que abandonar sus países de orígenes por los conflictos políticos en la región en la década de los 80.
"Haré cualquier cosa por permanecer junto a mi familia" dijo Neyoy Ruiz a Reuters y quien tiene un hijo de 13 años de edad ciudadano estadounidense.
"Yo lo único que quiero es estar con mi familia y apoyarla en todo lo que pueda", enfatizó Neyoy Ruiz en entrevista con el periódico Washington Times.
Arellano logró regresar al país después de una intensa lucha legal en la que se expusieron razones humanitarias de por qué la mujer debía permanecer junto a su hijo menor de edad en Estados Unidos.
El abogado Margo Cowan explicó que Neyoy Ruiz y su esposa emigraron de México hace 14 años y que éste fue detenido en el 2011 por la policía por una infracción menor de tráfico.
Neyoy Ruiz no pudo mostrar pruebas de su status legal en Estados Unidos, al ser interceptado por las autoridades, y por esa razón terminó en un centro de detención de inmigración.
Hasta el momento, Southside Presbyterian Church es la nueva casa de Neyoy Ruiz y la Reverenda Allison J. Harrington confirmó a HuffPost Voces que "ofrecerán todo el apoyo necesario a la familia y que allí encontrarán el refugio de amor que puede ofrecer una comunidad de hermanos unidos por la fe".
"Hemos abierto no sólo las puertas de nuestra iglesia, hemos abierto también nuestros corazones", añadió la pastora.
Más del 20 por ciento de los inmigrantes deportados o sujetos a deportación tienen hijos nacidos en Estados Unidos.