Ciudad de México, 17 de mayo (SinEmbargo).– La violencia contra las mujeres ha sido una de las principales consecuencias de la discriminación y el machismo en nuestro país. Los feminicidios forman parte de la agenda nacional y resultan alarmantes los altos índices que se registran.
De acuerdo con cifras de la Fundación Thomsom Reuters, México ocupa el puesto 15, de 19 países analizados, entre los de mayor violencia física y sexual contra las mujeres, debido al machismo y el complicado acceso al sistema de salud de las zonas rurales.
La fundación destacó que “las excepciones o avances no han logrado hasta ahora extirpar el machismo, enquistado en una sociedad en la que dos de cada cinco mujeres casadas tienen que pedir permiso a sus maridos para salir solas de día y en la que dos tercios ha sufrido algún tipo de violencia doméstica, según una encuesta oficial de 2010".
De acuerdo con el doctor René Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) , el problema del machismo y la violencia contra las mujeres se debe a una misoginia social, como es el caso de Ciudad Juárez, en Chihuahua, y del Estado de México.
“El feminicidio es la expresión de una misoginia machista”, afirmó.
También explicó que el machismo es una cuestión aprendida en las familias, "algo que se aprende: si un padre enseña con violencia, su hijo tiende a ser violento". Aunque el investigador también reconoció que no es una regla.
Sin embargo, para otros especialistas, el hombre mexicano es sumiso y paternalista.
De acuerdo con el doctor Rolando Díaz Loving, académico del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana, el mexicano de ahora es un macho light .
El especialista, quien fue presidente de la Sociedad Interamericana de Psicología, explicó durante la conferencia “Psicología del mexicano” que el hombre mexicano se orienta al colectivismo (lo que se refleja en la importancia que tiene la familia), la automodificación, la abnegación y la obediencia afiliativa.
El experto en Psicología expuso que se debe al modelo familiar que tiene la cultura mexicana: "Los mexicanos, aunque sean machos, son paternalistas; es decir, desde pequeños se enseña a los hijos a ser obedientes, por lo que un adulto espera lo mismo por parte de su familia nuclear, el cuidado como algo aprendido y, a la vez, una obligación moral".
El especialista dijo que paulatinamente ha surgido una especie de machismo "benevolente" en México, donde ese ser acepta que sus hijos lo cuestionen y que una mujer trabaje, pero al mismo tiempo mantiene la idea de que ésta es débil y dócil, lo que refuerza por medio de ideas como la de "a la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa”.
Por su parte, el doctor Jiménez Ornelas insistió en la definición del machismo como "una expresión en donde se reflejan las características de una sociedad patriarcal; es decir, de una sociedad donde el varón es el que domina y determina las situaciones. En términos de del rol de género, el hombre es el que ejerce el poder […] la mujer se supedita y es determinada por el varón”, precisó.
PERFIL DEL HOMBRE MEXICANO
La personalidad que desarrollan los hombres dependen de dos aspectos: las características genéticas y el lugar donde se desarrollan.
El especialista de la Universidad Iberoamericana dijo que la mayoría de los mexicanos tienden a desarrollarse en pareja y a manejar las situaciones de estrés de manera productiva. “El hombre mexicano es sereno, conciliador y pacífico. Así son la mayoría de los mexicanos”, dijo.
Explicó las tres clases de hombres mexicanos que hay actualmente:
“Por un lado, hay un grupo pequeño que ha recogido aspectos negativos de la parte afectiva de la cultura; son personas más autoritarias y agresivas, pero al mismo tiempo son sumisos con los de arriba y autoritarios con los de abajo, y tienden a ser manipuladores y a aprovecharse de los demás.
"Existen otros grupo de hombres (alrededor del 5 por ciento de la población) que combina unas características positivas del desarrollo personal, como ser inteligente y eficaz, además de tener la parte afectiva de la cultura (ser flexible y afectuoso). Estos son híbridos que podríamos llamar rebeldes con causa.
"Un tercer grupo lo conforman aquellos hombres que sólo están interesados en el logro personal, independientemente de que éste afecte o no a otros, es más egoísta", explicó.
El doctor afirmó que los hombres machistas están en la parte de la negativa de la cultura mexicana; es decir, aquel que es autoritario y agresivo, al mismo tiempo que sumiso.
El macho mexicano tiene la parte de agresividad, de imposición, la diferencia de género muy marcada y, según la interpretación de este especialista, es porque los hombres son superiores y las mujeres deben ser dóciles y abnegadas. "Pero este macho también sabe que para poder cuidar a una familia, debe ser protector", expuso.
Díaz Loving dijo que el problema con este tipo de hombres radica en su interpretación de protección, pues confunden el amor y el poder en afirmaciones como: “ te pego porque te quiero”.
El ser cortés y amable era hace 30 años importante para la definición del machismo.
“El macho de ahora, ha afianzado las características de agresión, es más brutal, en el sentido de que actualmente éste es más egocéntrico y que se quiere ‘salir con la suya’ a como dé lugar”, agregó.
Sin embargo, también existe otro tipo de macho que es un poco más benevolente: el que piensa que se deben dar más oportunidades a los hijos, así como a las mujeres, pero piensa que ellas, por ser “más débiles”, hay que cuidarlas. “Eso es lo que llamaríamos un machismo light”, reiteró.
Asimismo, el doctor de la UNAM dijo que antes el hombre determinaba la conducta de la mujer. Sin embargo, “todavía subsisten algunas líneas de machismo, dependiendo del sector social”.
A pesar de la idea de la sociedad machista que prevalece en México, Rolando Díaz detalló que las mujeres creen menos en que los varones sean supremos, aunque esta última premisa ha disminuido en los hombres de forma más lenta.
“Los hombres con mayor educación tienen una idea más abierta a lo que llamaríamos sexismo en los estereotipos de género”, abundó.
JÓVENES MACHOS
Según los resultados obtenidos de una encuesta realizada en jóvenes de secundaria (realizada por el doctor de la Universidad Iberoamericana), más de 30 por ciento de los chicos opinan que los hombres son quienes deben “llevar los pantalones en la familia” y 40 por ciento considera que el mejor lugar para las mujeres es el hogar.
De los estudiantes encuestados, 20 por ciento señaló preferir a una “mujer dócil” como pareja, mientras que 50 por ciento expuso que le gustaría casarse con una que nunca haya tenido relaciones sexuales.
Además de la virginidad, para los jóvenes de secundaria es muy importante que la mujer obedezca a sus padres y sea leal a su familia, según dejaron ver 90 por ciento de los participantes en el estudio.
En caso de desobedecer las premisas socioculturales y “deshonrar” a su familia (perder la virginidad o ser promiscua), la mujer debe ser castigada severamente, opinó 5.20 por ciento. De la misma forma, los hombres que “deshonren” a su familia (al ser homosexuales) también merecen castigo, arrojaron los resultados de la investigación de Díaz Loving.
El especialista recordó que hace 50 años, los datos reflejaban que el 80 por ciento de los hombres pensaban que la mujer debería de ser dócil, sin embargo, actualmente esta idea sólo prevalece en un 40 por ciento de los hombres .
–¿Por qué a los jóvenes de esta edad les importa más la virginidad?
El psicólogo explicó que este sector le da más importancia a una mujer dócil porque cree, que de alguna manera, garantiza de este modo el bienestar de su familia.
“Los jóvenes de secundaria son los más representativos de la población general” dijo, porque tienen las costumbres más arraigadas. Sin embargo reconoció que entre mayor educación van perdiendo ese tipo de ideas ya que forma un “criterio propio”
La disminución de este planteamiento está relacionado con el proceso de desarrollo que tienen las mujeres en los ámbitos sociales, económicos, educativos y políticos. “El hombre, al observar a la mujer en estos espacios empieza muy lento a cambiar la perspectiva que tiene de la mujer. El problema es que en este cambio visión el hombre va a tener que ceder poder y eso le cuesta trabajo y hace que sea más lento el proceso”, expuso
El machismo de ahora tiene que ver con autoritarismo, pero a la vez conserva la fuerte idea de procurar y proteger a la familia. El hombre, al tener estas dos variables cae en una situación de ansiedad, que el doctor definió también como neurosis “¿Cómo se combinan esas dos cosas y todavía ser un ser completo?”, finalizó.
Asimismo, el investigador de la UNAM agregó que el machismo y otros cambios sociales no tienen una temporalidad fija. Por ello, dijo, “el caso del machismo ha permanecido, y viene desde la Colonia. El papel de las mujeres con los españoles era secundario y se manifestaba sólo en términos reproductivos”.
MISOGINIA Y DISCRIMINACIÓN
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay 57 millones 481 mil 307 mujeres; 9 de cada 10 creen que hay discriminación por parte de la sociedad mexicana hacia ellas.
Al respecto, el doctor René Ornelas detalló que “una sociedad machista es una sociedad donde las condiciones de la mujer son inferiores a las del hombre; esto ha ido variando, sin embargo subsiste”, pues “de acuerdo con las encuestas se ha notado que hay mujeres y hombres que ejercen exactamente la misma profesión, o el mismo puesto, sin embargo, el pago es menor para las mujeres".
En septiembre pasado, el Consejo para Prevenir la Discriminación (Conapred) afirmó que en este país existe “una distinción sistemática que persiste entre hombres y mujeres cuando se trata de estar al frente de un espacio de decisión” lo que resulta como un obstáculo para que las mujeres ejerzan en igualdad de condiciones sus derechos políticos.
El organismo detalló que el estado más afectado con este problema es Chiapas que donde el 98 por ciento de las presidencias municipales son ocupadas por hombres.
En 2005 el Conapred, en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Social realizaron la primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, dicho estudio reveló que existe discriminación hacia las mujeres y prevalece una cultura machista.
Los resultados demostraron que uno de cada cinco mexicanos considera como una práctica “normal” que a las mujeres se les prohiban más cosas que a los hombres, mientras que el 40 por ciento cree que ellas deben encargarse de las tareas propias de su género.
La Segunda Encuesta Nacional de Violencia Contra las Mujeres –realizada en 2006 por el gobierno federal– dio a conocer que uno de los problemas del machismo en México es la violencia intrafamiliar, pues 60 por ciento de las mujeres que acude a clínicas y hospitales públicos lo hacen a causa de violencia dentro y fuera del hogar.