«Todas las mujeres tenemos un chip financiero», asegura Regina Reyes Heroles-C., autora del libro Vivir como reina y gastar como plebeya, sin embargo al igual que ella, la mayoría de las féminas entrevistadas por ella en los últimos seis años «hacen malabares con el dinero para lograr lo que quieren».
Por esta y otras razones, Regina nos entrega en este interesante y nutrido trabajo literario, una guía sobre cómo tener un mayor control de las finanzas personales, dedicado principalmente para aquellas mujeres que «un día abren la cartera y se preguntan: «¨¿Y los 500 pesos que traía?¨».
La autora llegó al mundo del periodismo de finanzas personales por descuido y suerte. Licenciada en Literatura por la Universidad Iberoamericana y con una maestría en periodismo en Boston University, Reyes Heroles-C., inició su carrera en revistas de cultura de Grupo Expansión, pero terminó en las de negocios donde descubriría que el mundo económico no era tan lejano a cómo manejaba su dinero. Entonces fue así como encontró su una segunda pasión, las finanzas personales.
En CNNExpasión.com inició su blog «Vivir como reina y gastar como plebeya» y desde 2009 es periodista independiente y colaboradora especializada en finanzas personales.
A través de su experiencia personal donde no todo fue color de rosa en cuanto a gasto y presupuesto, y la de otras tantas mujeres que han compartido sus vivencias, Regina llegó a la conclusión de que en la vida hay etapas para todo, pero si se lleva un control se puede vivir mejor. Es así como este libro fue hecho una realidad y nos comparte un adelanto de uno de sus capítulos en exclusiva para SinEmbargo SD.
Capítulo del libro Vivir como reina y gastar como plebeya de Regina Reyes-Heroles, (Diana, 2014), reproducido con autorización de Editorial Planeta Mexicana.
MI PRIMERA CHAMBA
El primer trabajo es un proceso lleno de emoción y responsabilidad, lo que hace que se deje a un lado la parte administrativa. Mis amigas Marisol y Ami tomaron su primera chamba casi al mismo tiempo que yo y recuerdo que años más tarde, platicando sobre finanzas en distintas conversaciones, me dijeron que a ellas les había pasado igual.
Firmaron contratos, códigos de ética y pólizas de seguros sin prestar mucha atención.
Con el tiempo las tres aprendimos que se debía enfrentar este proceso con mucho más colmillo para que en el futuro no nos agarraran en curva eventualidades personales. Y con esto no solo me refiero a la primera chamba, sino a cada vez que firmas un contrato por un proyecto o un trabajo nuevo.
¿Qué debimos haber hecho desde el inicio para que siete años después nuestra salud financiera estuviera mejor establecida?
Escoger la mejor Afore
Sentada en mi nuevo escritorio, en lo que me parecía el sótano más lindo de Grupo Expansión, sonó mi extensión para avisarme que un señor de Afore ing —en ese entonces todavía existía— me buscaba.
Nos sentamos en una mesa en el patio central de las oficinas junto a la fuente y me dijo que la Consar —yo no sabía ni qué era eso, pero es la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro— les había asignado mi Afore y debía firmar el contrato. Antes se asignaban trabajadores para que las Afores los buscaran y convencieran de firmar con ellos. Ahora funciona un poco diferente.
Un poco incrédula, le pedí un par de minutos y fui a preguntarle a mi jefe directo si en serio debía firmar. Su respuesta: “Sí, firma y luego ves qué haces”. Firmé.
Hoy cuando entras a tu primer trabajo si no buscas tú a la Afore que quieres en los primeros 12 meses de tu trabajo la Consar te asigna una, siempre de las mejores en términos de rendimiento neto. Mientras tanto, estás en una cuenta concentradora con rendimientos que establece el Banco de México.
Cuando yo firmé, no era una mala opción, pero esto es lo que debí haber hecho antes de firmar (y lo que debes hacer tú al inicio de tu primer trabajo):
1) Entra a la página de la Consar (www.consar.gob.mx) y revisa la tabla de rendimientos netos de las Afores, en la Siefore correspondiente a tu edad, para ver cuál es la mejor opción.
Por cierto, la persona que pide que firmes el contrato asignado debe por ley mostrarte antes esta tabla comparativa.
El rendimiento neto es el indicador que integra las comisiones que cobra la Afore por administrar tu dinero con los rendimientos obtenidos en el pasado. Entre más alto sea el número, mejor la posición de la Afore y mejor para tu dinero.
Hay cuatro Siefores, según la edad del trabajador, entre más joven seas más riesgo se toma en las inversiones. Lo más probable es que caigas en la Siefore 4, que es para personas de hasta 36 años. Busca esa tabla comparativa.
2) Revisa el sitio web de las tres Afores que estén en los primeros lugares. Analiza los servicios adicionales que ofrecen, como el proceso para depositar dinero en el ahorro voluntario, cómo contactarlos, dónde tienen oficinas, etcétera.
3) Escoge la que más te guste en términos de rendimiento neto y servicios, y llama para afiliarte.
4) Si entras a trabajar al gobierno serás asignado a la Afore del issste, solo hay una y ahora es administrada por XXI-Banorte.
A mi amiga Ami le pasó igual que a mí y firmó en la que le asignaron y se olvidó del tema. Un día un asesor de su cuenta de nómina le preguntó dónde tenía su Afore y si no le interesaría cambiarla con ellos para que todo estuviera en la misma institución financiera. A Ami eso le pareció muy lógico y cambió su Afore a la institución con la que tenía su cuenta de nómina. A ella le pareció una estrategia cómoda “tener todo en el mismo lugar”. Si bien por ley no te puedes cambiar de Afore a una con menores rendimientos netos, si Ami hubiera puesto atención se hubiera dado cuenta de que ella estaba en la Afore número 5 de la lista y la pasaron a la 4. Pudo haber escogido la 1.
Lo que Ami nunca supo es que escoger una Afore que no es la de mejor rendimiento neto tiene un impacto real en su ahorro. Según datos de Consar, un punto de diferencia en el rendimiento neto equivale a 30 puntos porcentuales más a la hora del retiro. En otras palabras, si tuviera un millón de pesos en su Afore a la hora de su retiro, en una con mejor rendimiento podría tener 1.3 millones de pesos, 300 000 pesos más. Y solo por esa diferencia vale la pena fijarte en qué Afore estás.
El que la Afore no te importe es como si no te interesara en dónde guardas tu dinero, al final es una cuenta a tu nombre con tus aportaciones.
Es una cuenta que en el futuro puede ayudarte a tener independencia como viejita y forma parte de tu patrimonio.
Te pedí que te fijaras en el proceso de cómo hacer aportaciones voluntarias para que si puedes empieces a hacer un ahorro extra en esta bolsita porque la Afore no te va a alcanzar para retirarte.
El ahorro voluntario de las Afores te permite entrar con poco dinero —no hay un monto mínimo, en principio te aceptan desde un peso en las ventanillas de tu Afore— a instrumentos que de otra forma no tendrías acceso porque tu ahorro entra con el de muchos otros. Vale la pena reflexionar si deberías hacer un esfuerzo de ahorro extra e invertir tu dinero aquí. Además, si no lo sacas hasta que cumplas 65 años obtienes beneficios fiscales, es decir, pagas menos impuestos porque ahorras para cuando seas viejita. Ahora, que si decides sacarlo antes porque quieres cumplir otra meta que no sea necesariamente tu retiro, no pasa nada, solo pagas los impuestos correspondientes. (Para enterarte más de esto lee el capítulo 10 antes de que te salgan canas.)
Pensar en los seguros y potenciarlos
El seguro de gastos médicos era lo menos importante para Marisol el día que llegó a trabajar a Grupo Expansión unas semanas antes que yo. Para mí tampoco fue algo esencial. Firmamos las dos y nunca lo comentamos más. Incluso recuerdo haberle preguntado algo sobre la Afore, pero el seguro de gastos médicos o el de vida nunca lo mencionamos hasta mucho tiempo después.
Estas dos prestaciones son muy importantes. En el caso de Marisol, haber tenido la información correcta a la hora de iniciar su trabajo hubiera hecho una diferencia ocho años más tarde cuando le dijeron que tenía insuficiencia renal y tendría que hemodializarse cada tercer día.
Una sesión de hemodiálisis cuesta 1 586 pesos y Marisol paga al mes 19 032 pesos. Además, hay otros gastos de la enfermedad renal que ha podido pagar con su seguro médico, como la Eritropoyetina que le ponen cada mes de 8 400 pesos o la fístula que tiene para hemodializarse y que costó unos 40 000 pesos. El problema hoy es que en su seguro no queda mucho más dinero, pues la suma asegurada que tienes es de unos tres millones de pesos y Marisol está por toparlo. ¿Qué debimos de haber sabido al firmar nuestro contrato de trabajo? Que debíamos tener una póliza individual que nos permitiera mantener la antigüedad y un seguro en caso de dejar el trabajo. A esta póliza algunas aseguradoras llaman “de exceso”, es decir, que te cubre a partir de que se acaba la que te ofrece tu empresa.
¿Cómo funciona?
Las empresas ofrecen un seguro de gastos médicos al puesto, no a la persona que lo ocupa, esto es lo primero que debemos entender. Si dejas de trabajar con ellos, pierdes toda prestación, antigüedad y servicio. Hay que tener una póliza individual siempre.
En general, los planes de las compañías tienen sumas aseguradas de entre 1 y 5 millones de pesos. Tu póliza individual debería tener un deducible muy alto para que te salga económica y cubrirte, si es posible, a partir de lo que la empresa te ofrece y hasta lo que más puedas pagar. El límite hoy en día son sumas aseguradas de hasta 50 millones de pesos. Y esto lo puedes adquirir con la aseguradora que te guste, no necesariamente con la que tu empresa te tiene asegurado.
Cuando Marisol llegó a trabajar debió haber adquirido una póliza que la cubriera a partir de los tres millones de pesos hasta —en ese entonces sí se podía— un monto ilimitado. Este tipo de pólizas son bastante económicas, no más de un par de miles de pesos al año.
Con esta previsión hoy en día Marisol estaría más tranquila financieramente hablando. No tendría que preocuparse por el costo de las hemodiálisis por el resto de su vida. Cuando iniciamos nuestra vida laboral no sabíamos que esto existía y nadie nos lo dijo.
Recuerda que las aseguradoras cubren riesgos y la eventualidad de una enfermedad, si adquieres una mientras tienes el seguro, será cubierta; pero si no tienes la suma en exceso o tu póliza individual y la quieres adquirir cuando ya sabes que tienes una enfermedad, el seguro no te cubrirá los gastos de esa preexistencia.
En cuanto al seguro de vida, Recaredo Arias, director general de la AMIS, siempre me ha dicho que el seguro de vida es una prestación que debemos tomar en cuenta pensando en eventualidades más allá del fallecimiento. Digamos que no es solo para cubrir gastos de tu familia si llegaras a faltar, también tiene la opción de ayudarte si quedas inválido, por ejemplo.
A la hora de firmar por esta prestación debes establecer quién será tu beneficiario, es decir, a quién quieres dejarle un dinero si llegas a faltar. Si no tienes hijos, quizá pienses en hermanos o padres. No importa por quién decidas, lo que debes hacer es decirle a la persona que tienes un seguro de vida y enseñarle dónde están los papeles para reclamarlo.
Lo que te van a ofrecer en tu empresa es un seguro de vida temporal, solo pagan si mueres en el tiempo establecido por el contrato. Como el seguro de gastos médicos, el de vida es una prestación al puesto no a ti. Revisa si hay una cláusula por invalidez parcial o total.
Cuando dejes el puesto puedes continuar con tu seguro de vida, pero lo vas a pagar tú, así que pregunta a la aseguradora por las otras modalidades de este tipo de seguros, pues algunos no solo pagan si falleces, también si sobrevives, es decir, que puedes recibir la suma asegurada si vives hasta la fecha predeterminada en el contrato. Revisa
esto en el contrato antes de firmar porque hay muchas modalidades de seguro de vida, algunas incluyen también un apartado de ahorro.
Finalmente, si tienes automóvil que vas a utilizar para ir y regresar de tu nuevo trabajo es necesario que lo tengas asegurado. Pregunta en tu empresa si tienen seguros de automóviles por flotilla. Si lo tienen, entonces ingresa tu coche con ellos en su seguro para que te salga más económico. Te descontarán de nómina el monto determinado, y así se aseguran de que pagues tu parte de la prestación.
Ahorrar hasta el tope en el plan de pensión
No todas las empresas ofrecen planes de pensión, de hecho, solo las triple A o multinacionales cuentan con este beneficio. Así que es un tema bastante elite y si cuentas con esta prestación eres una suertuda y no solo lo debes tomar, sino potencializar, es decir, firma para que tu aportación a este plan sea el más alto posible. Además, ahora con la reforma fiscal esta prestación es menos atractiva para los empleadores y se espera que las empresas cambien sus formatos, así que está al pendiente.
Lo que te digo desde ahora es que hoy eres joven y bella y tienes un sueldo y pocas responsabilidades financieras, estás en un muy buen momento para ahorrar todo lo que puedas para que después puedas tomar decisiones de acuerdo con lo que más quieres en la vida; por ejemplo, dejar de trabajar un tiempo para cuidar a tus hijos o emprender un negocio. Si cuando llegues a este momento sabes que tienes un buen colchón que iniciaste con tu primer ingreso, la decisión de alejarte de un sueldo fijo la tomarás más tranquila.
Eso es lo que le pasa a Ami. Desde el inicio optó por aportar el máximo a su plan de pensiones y fondo de ahorro y ahora que quiere emprender un negocio propio está tranquila de que tiene algo que le va a ayudar a enfrentar el retiro con menores presiones, además de que tiene todavía muchos años por delante para hacerlo crecer y lograr pasarla muy bien.
Empezar un fondo de emergencia a la vista
Todo mundo habla del fondo de emergencia, pero pregunta a tus conocidas quién de verdad tiene uno y la respuesta será: “Bueno, lo estoy empezando desde hace un tiempo, pero no he podido ponerle lo que quería porque se me cruzó ——————————————— ”.
El fondo de emergencia —en serio— es necesario y es un dinero que debe sumar entre tres y hasta seis meses de tus gastos para que en una eventualidad (emergencia) tengas de dónde echar mano sin tocar ahorros para otras metas.
¿Qué es una emergencia? Un accidente automovilístico, te despiden del trabajo, una enfermedad o accidente, tu hermana te pide un préstamo y no puedes decirle que no (aunque ojalá pudieras decirle o por lo menos establecer un contrato firmado de cómo te va a pagar), tu hijo recién nacido lo deben internar y no lo diste de alta a tiempo en el
seguro, tu padre es internado en el hospital y no tiene seguro. Hay mil y un ejemplos de cosas que no puedes prever y que sí pueden mermar tu situación financiera. Y para eso es este fondo, casos extremos.
Para que este dinero esté “a la mano” en una emergencia debes tenerlo en un instrumento con liquidez, es decir, que lo puedas sacar el día que lo necesites, pero no en tu cuenta de banco porque te lo vas a gastar. Busca un fondo de inversión que proteja el dinero de inflacióno incluso dé un poquito de rendimiento, algo que no implique riesgos.
Este dinero no es para hacer ganancias, no es el que vas a poner en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), es el que va bajo el colchón sin estar literalmente ahí perdiendo valor.
Asegúrate de que sabes a detalle en qué estás invirtiendo tu dinero, es decir, no lo hagas a ciegas. Esto, por cierto, debe aplicar en cualquier inversión que estés haciendo con tu patrimonio, ya sea en la Bolsa Mexicana de Valores, en ladrillos al comprar una casa o en la caja de ahorro de tu empresa.
¿Cómo conseguir entre tres y seis meses de tus gastos fijos? Sé que esto suena muy complicado de lograr. Y lo es. Esta debe ser una de las primeras metas de ahorro que te pongas. Te juro que me lo vas a agradecer el día que te llegue una emergencia.
Escoger una buena cuenta de nómina
Un beneficio que se tiene ahora es que puedes escoger la cuenta de nómina que mejor te convenga. La empresa en la que entres a trabajar no te puede exigir que la obtengas con una institución financiera en particular. En otras palabras, hay portabilidad en las cuentas de nómina que se utiliza con poca frecuencia porque nadie en la empresa en la que entres a trabajar te dice que puedes hacerlo.
Para elegir la mejor, entra al sitio de la Condusef o al de cada banco que ofrezca este producto y compara lo siguiente: número de retiros que puedes hacer al mes sin que te cobren; monto de saldo mínimo y la comisión por mantenerlo, el costo anual total o cat; la comisión por apertura y los seguros que ofrecen incluidos sin costo extra.
Con esa información puedes definir cuál es la que más te conviene. Por ejemplo, si eres de las que les gusta usar el cajero, entonces busca una tarjeta que no te cobre por usar el cajero las veces que lo necesites y un banco que tenga cajeros por donde tú te mueves.
Otra cosa en la que puedes fijarte es qué otros productos tiene la institución que puedan interesarte. Si tienes una cuenta de nómina con un cierto banco es más probable que puedas recibir tasas de interés preferencial en otro tipo de instrumentos, como tarjetas de crédito, hasta un crédito hipotecario o un préstamo. Por lo tanto, si quieres adquirir un departamento pronto y usar una hipoteca, revisa los bancos que tengan este tipo de instrumentos y podrías escoger la cuenta de nómina según tus intereses a futuro.
Aguas con los créditos de nómina. Antes de escoger la cuenta de nómina revisa qué tipo de crédito de nómina ofrecen —sobre todo si te interesa este producto— porque hay diferencias terribles. Entre dos bancos puede haber diferencias de 15 puntos porcentuales en las tasas de interés y hasta 70 puntos porcentuales en el cat. Entra al sitio de la Condusef y utiliza el comparativo.
Tu primera tarjeta de crédito
No hay una mejor tarjeta de crédito para todos. Así que para escoger una buena, además de fijarte en la tasa de interés, debes tomar en cuenta quién eres y cómo gastas.
Si eres de los que no hay mejor premio que viajar, busca una que te ofrezca esos beneficios. Pero si eres de los que no pueden pagar el total de sus gastos cada mes, entonces olvida los beneficios y fíjate en la tasa de interés. (No ser totalero y no pagar el saldo completo de la deuda cada mes, por cierto, no se lo recomiendo a nadie, pero entiendo que suceda, así que solo hay que aprender cómo regresar al buen camino y utilizar el plástico correcto.)
Define qué es lo que quieres de la tarjeta, para qué la vas a usar y cómo le quieres sacar provecho. Con esto podrás encontrar la que mejor resuelva tus necesidades y se ajuste a tu estilo de vida.
Recuerda que para tener una buena tasa de interés deberás tener un buen historial crediticio, así que en tu primera tarjeta no recibirás la tasa más baja porque la institución financiera te estará calificando por primera vez, es decir, iniciarás con ellos para crear un historial. Ya con el tiempo y un buen comportamiento de pago podrás obtener una mejor tasa.
¿Por qué sacar una tarjeta cuando obtienes tu primer trabajo? Porque estás iniciando tu vida como sujeto financiero y el crédito te permitirá crear un historial y con el tiempo tener acceso a otro tipo de instrumentos, como una hipoteca o un crédito. La idea es que la saques pero aprendas a usarla con responsabilidad, no es tener el plástico para usarlo sin límite o de manera inconsciente.
Compara quién te ofrece la mejor tasa y anualidad, primero, y después si tiene un sistema de recompensas por puntos que te sea atractivo y te funcione. Y como bien me ha dicho Mario di Costanzo, titular de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en general el plástico que ofrece mucho premio o recompensa viene de la mano con un mayor costo. Si de verdad quieres los premios o los puntos y las recompensas, entonces debes comprometerte a pagar a tiempo todos los meses. Y para esto debes conocerte muy bien y nunca dejar que tus deudas, todas juntas, pasen del 30% de tus ingresos brutos. Si ganas 8 000 pesos al mes antes de pagar impuestos, tus deudas no deben ser de más de 2 400 pesos. Esta regla te ayudará a tener control.
Si tienes miedo a pasarte de lanza y sobrepasar tu límite, busca una tarjeta que no permita sobregirarte, que no te deje sacar efectivo de cajeros y, si se puede, que no te cobre anualidad o comisión por apertura. Y siempre pide un límite de crédito que vaya acorde con tus ingresos. Si ganas 8 000 no puedes tener un límite de crédito de 10 000 pesos por simples matemáticas.
La tarjeta no es una obligación; si no estás lista para este instrumento porque no te controlas con las compras o no te interesa el producto, no lo pidas o lo aceptes.
Sección masculina: Gastos de novios
Hay quien cree que tener novia o novio puede llevarte a la quiebra y por eso dicen que en términos económicos nunca conviene tener una pareja.
¿Se gasta más cuando se tiene novi@? Sí, pero no es algo exclusivo para los hombres, las mujeres también y eso hay que tomarlo en cuenta, incluso cuando son de las que no abren la cartera jamás.
¿Cómo? El enamoramiento resulta en un incremento de gastos porque de alguna forma u otra se demuestra afecto con obsequios o detalles grandiosos que cuestan. No importa si gastan 15 pesos en 2 500 papelitos adheribles que pegan en tu automóvil con lindos mensajes o le inviertas a los boletos de cine y tacos en la cena. Por eso es indispensable que desde ya tengas un presupuesto. Si tú igual que ella has iniciado con un primer empleo y eres un nuevo asalariado, un ingreso fijo puede llevarte a sentirte con la capacidad de gastar más.
Y por cierto, hombres, las chicas gastan mucho en verse bien, créanme que salir con ustedes implica horas de arreglo personal, un par de visitas a los salones y miles de productos de belleza. Eso sale caro.
Analicen el comportamiento de la cartera enamorada y hablen con su contraparte. Hablar de dinero en pareja debe comenzar desde que se está en el proceso de enamoramiento. Sean honestos. Como hombres no crean que deben pagar todo, como mujeres no esperen ahorrar porque el novio paga. Los dos deben aprender a decir “no me alcanza” y aclaren el porqué: “acabo de pagar el seguro de mi coche”, eso es mucho más importante que la cena después del cine, y “le puse algo de dinero extra a mi Afore” también debe ser una explicación válida para quedarse en casa un viernes.
Aprendan a compartir gastos pero solo los que son para ustedes como pareja, no le ayudes todavía a poner su primer negocio o le inviertas a su nuevo sitio web que le traerá miles de clientes. Estos son gastos personales que cada uno debe afrontar. No le prestes para pagar el mínimo de la tarjeta de crédito a menos de que le hayas pedido que pusiera ahí los boletos de camión del fin de semana que salieron juntos.
Son novios y el dinero en esta etapa es de cada uno de ustedes, aquí no aplica “lo mío es tuyo y lo tuyo es mío”.