Las referencias personales están demodé. La carta de presentación de un individuo, ya sea para una cita personal o de negocios, se basa principalmente en las redes sociales. Nuestro perfil de Facebook, el currículum en Linkedin o los comentarios en Twitter hoy son las recomendaciones básicas para una empresa o bien para quien está en búsqueda de una pareja o de amigos, como es bien sabido. Sin embargo, estos medios sociales han contribuido a que quienes buscan mayor información sobre su objetivo/persona se formen una idea preconcebida sobre su forma de pensar, inclinaciones religiosas, políticas, gustos o incluso, su conducta, situaciones que no siempre llevan a un buen comienzo.
Es de esta manera como la primera impresión que se tiene de una persona empieza a navegar en el ciberespacio. Esto nos habla también de un planeta o de una vida paralela colgada de la red. Debido a que ahora la gente se conecta, literalmente hablando, por una línea digital antes de darse la oportunidad de conocerse en un primer contacto personal. De hecho, a la hora del flirteo, parece que la persona está más interesada en el personaje digital que en la que tiene enfrente, pues se formula la pregunta de cajón: ¿tienes Face, Instagram o Twitter?
Estas redes sociales se convierten en la mayoría de los casos, en falsas ventanas que pueden causar malinterpretaciones, suposiciones o dar paso a una vida que puede ser más interesante que la real, producto de una persona que le guste pretender, engañar o en pocas palabras, exponer su lado egocentrista.
La idea de recabar o encontrar información sobre alguien que nos interesa, antes de conocerlo personalmente, no es nada nuevo. Sólo que ahora gracias a la era digital, el trabajo de buscar se ha simplificado, evitando preguntar a los amigos o hurgar entre sus cosas para averiguar sobre su pasado. El término es googlear, una actividad que de hecho no es mal vista. Sobra decir que unos sostienen que es para tomar precauciones o les funcione para romper el hielo e interactuar con mayor facilidad.
La tentación de ver fotografías, posts, relacionar a sus amigos, es difícil de vencer, pero algunos expertos en el tema aseguran que esto simplifica algunos pasos y ahorra tiempo. Desde ahí se hace una preselección de compatibilidad, pero ojo pues nunca puede ser 100 por ciento certera. El tema aquí sería cerrarse a la oportunidad de conocer a alguien personalmente cuando ya se le está enjuiciando desde su perfil personal en la red.
De acuerdo con un estudio publicado en el blog de El País Semanal, «son las mujeres la que más búsquedas hacen en la red sobre sus citas antes de salir con ellas. Es normal en ellas, son más selectivas, quieren sentirse seguras y descartar candidatos que, en principio, no resulten interesantes. Los hombres lo hacen menos. Si es solo un ligue, a él le basta con que la chica sea guapa, pero cuando busca algo más serio también sondea las redes sociales. Podría decirse que el hombre lo hace a posteriori, cuando ha estado ya con alguien, le gusta y quiere pasar a mayores, o cuando busca pareja estable”, Ligar es fácil si sabes cómo (Anaya Multmedia, 2012).
Otro punto que hace rechazar al otro, es el tema de la religión. Samuel un chico que estuvo interesado en una joven que le presentaron en una fiesta, se dio a la tarea de buscar su perfil en Facebook, pero al darse cuenta que ella pertenecía a otra religión ya no insistió. «La verdad es que no tenía caso iniciar una relación con ella, pues no hubiera funcionado, creo que me ahorré tiempo pues no hubiera habido compatibilidad de inicio».
Ante esto Álvaro Bonilla (1978) Maestro de La Seducción y Psicólogo de la Pontificia Universidad Javeriana-, habla en su blog sobre el encanto que tiene el darse la oportunidad de conocer a una persona sin ideas preconcebidas, pues «intercambiar contacto visual es un estadio fundamental en la seducción y resulta en una ventaja tremenda», lejos de pararse en el jucio y cerrarse a la oportunidad de conocer al alguien.
«Contrario a la creencia popular de que las mujeres son más auditivas, las mujeres son mucho más visuales que los hombres. Mientras los hombres admiramos, las mujeres inspeccionan. Los hombres notamos los contornos y las curvas, las mujeres son sensibles a la forma y a la estructura. También notan los ojos de un hombre, las manos, los dientes, la sonrisa y la clase. Las mujeres con una mirada más profunda a las cualidades buscan con un sensor la honestidad, la apertura, la confianza, el estilo y el sentido del humor. Los hombres que reúnen estas cualidades son percibidos como deseables, amigables y genuinamente interesados en otros. Son hombres que desarrollan y mantienen un amplio rango de contactos personales».
También otro de los aspectos que se pierden es la química entre dos personas. Y es que desde el punta de vista puramente químico u orgánico, la responsabilidad de tener esas sensaciones hacia determinada persona, es de las feromonas, sustancias que segrega el organismo y que se perciben de manera muy sutil a través del olfato. Cuando una persona segrega gran cantidad de feromonas, mayor será el interés que despierte en otras. El olor de las feromonas es imperceptible. Es una mezcla de secreciones exudadas por el organismo de manera inconciente. Y la mejor forma de comprobarlo es arriesgándote a conocer a la otra personas, ya que podemos afirmar que estas sustancias químicas intervienen en el juego de la seducción y regulan la atracción entre dos personas.
La edición estadounidense del Huffington Post publicaba otro artículo sobre el tema titulado Facebook stalking your date isn’t such a good idea. Here’s why, en el que su tesis fundamental se resumía en esta máxima: “demasiada información hace difícil el enamoramiento”.
De alguna forma, la tecnología digital ha promovido la sustitución de ciertos protocolos. Ante la pregunta si es bueno echarle un vistazo a los perfiles de las personas que se está interesado (a) en conocer, es lanzar una moneda en el aire porque el contacto visual y físico da mayor información que un perfil en el ciberespacio. Pero también no hay que ser estrictos ni categóricos con la información que hayamos obtenido en la red sobre nuestro futuro acompañante, habría que analizarnos a nosotros mismos y preguntarnos si el perfil que vemos nos hace o no justicia y qué aspectos deberíamos añadir o quitar para evitar que otros se lleven una mala primera impresión en el face-to Facebook antes de pasar al cara a cara.
CUIDA TU PRIVACIDAD
Ahora viene la contraparte, qué tanto te expones, qué tanto dices de ti. Para aquel que haya hecho uso de las redes sociales como una carta de presentación personal y profesional requiere ser cuidadoso en este aspecto. Mejor no compartas demasiada información sobre ti. Por eso es que el sitio eumed.net describe los peligros de compartir demasiado:
Daño a tu carrera:
Publicar información embarazosa puede dañar tu futuro. Muchas organizaciones, como parte de la revisión de antecedentes de un nuevo empleado, consultan en las redes sociales todo lo que haya sido publicado sobre él. Cualquier publicación embarazosa o incriminatoria, sin importar lo antigua que sea, podría evitar que obtengas ese nuevo empleo. Además, muchas universidades realizan revisiones similares para estudiantes de nuevo ingreso.
Ataques en tu contra:
Delincuentes cibernéticos pueden recolectar tu información y utilizarla para atacarte. Por ejemplo, podrían adivinar las respuestas a “preguntas secretas” que los sitios web utilizan para restablecer tu contraseña o quizás solicitar una tarjeta de crédito utilizando estos datos. 13
Ataques contra tu empresa:
Cuando los criminales buscan información empresarial o preparan un ataque contra tu empresa, pueden obtenerla a través de lo que compartes en redes sociales. Por otra parte, tu actividad en línea puede, involuntariamente, reflejar una mala imagen de tu empresa. Asegúrate de consultar las políticas sobre redes sociales de tu empresa para guiarte sobre cómo se espera que protejas sus datos y reputación. La forma más efectiva de protegerte de estos peligros es ser cuidadoso con la información que publicas sobre ti. Ten en cuenta que los datos que compartes ahora podrían ser de utilidad para algún hacker. 14
Lo mejor será:
Prestar atención cuando publiquemos y subamos material:
Pensar muy bien qué imágenes, vídeos e información escogemos para publicar
No publicar nunca información privada
Usar un seudónimo
Escoger cuidadosamente a nuestros amigos:
No aceptar solicitudes de amistad de personas que no conozcamos
Verificar todos nuestros contactos
Proteger nuestro entorno de trabajo y no poner en peligro nuestra reputación:
Al registrarnos en una red social, usar nuestra dirección de correo personal (no el correo de la empresa)
Tener cuidado de cómo representamos en Internet a nuestra empresa u organización
No mezclar nuestros contactos de trabajo con nuestros amigos
No dejar que nadie vea nuestro perfil o nuestra información personal sin permiso
No dejar desatendido nuestro teléfono móvil
No guardar nuestra contraseña en nuestro móvil
Usar las funciones de seguridad de que disponga nuestro móvil
Proteger nuestro teléfono móvil y la información guardada en él:
Tener cuidado con lo que publicamos sobre otras personas
Informarnos:
Leer con atención y de principio a fin la política de privacidad y las condiciones y términos de uso de la red social que escojamos
Protegernos con la configuración de privacidad:
Usar opciones orientadas a la privacidad (comprobar quién puede ver nuestras fotos, quién puede ponerse en contacto con nosotros y quién puede añadir comentarios)
Informar inmediatamente si nos roban el teléfono móvil
Tener cuidado al usar el teléfono móvil y estar atento a dónde lo dejamos
Prestar atención a los servicios basados en la localización y a la información de nuestro teléfono móvil:
Desactivar los servicios basados en la localización geográfica cuando no los estemos usando.