Ciudad de México, 23 de abril (SinEmbargo).– La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) favorece únicamente a las empresas de refrescos y de alimentos procesados, con el nuevo etiquetado para refrescos y pastelillos. Así lo denunció Alejandro Calvillo Unna, director de la organización El Poder del Consumidor.
Dijo que con esta norma, el logro que tuvieron los consumidores con que los refrescos y productos chatarra tuvieran un impuesto para combatir la obesidad, podría venirse abajo.
El activista afirmó que con este etiquetado las empresas tratan de aminorar el impacto que tuvieron con el impuesto al refresco y a los productos "chatarra" aprobado el año pasado.
"No pudieron con la Secretaría de Hacienda, pero sí pudieron en la Cofepris", dijo.
En este contexto organizaciones no gubernamentales presentaron un amparo en contra del nuevo etiquetado frontal de alimentos y bebidas propuesto por la Cofepris. Por medio de un comunicado de prensa, El Poder del Consumidor y la Fundación Interamericana del Corazón de México informaron que el amparo fue presentado el pasado 15 de abril y turnado al Juez Décimo Cuarto de Distrito en materia administrativa en el Distrito Federal.
El contenido del amparo expone que el etiquetado no es entendible por la mayor parte de la población mexicana, que los criterios establecidos en el nuevo Decreto van en contra de lo que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como los que retoma la Estrategia Nacional contra la Obesidad y a Diabetes, ya que su requerimiento diario de azúcar es de hasta de 90 gramos.
“Las adiciones al Decreto citado, que se reclaman en el amparo, no jerarquizan el derecho a la salud de las personas, pues carecen de sustento científico. De hecho, la emisión de estos criterios es contraproducente, pues ‘desinformará’ a los consumidores, pudiendo crear falsas apreciaciones, al esconder el contenido de azúcares añadidos y poner los azúcares totales, creando la fantasía al consumidor de ‘tener mayor flexibilidad’ de consumo de estos productos sin afectar su salud al poner una ingesta recomendada diaria y no un máximo tolerable”, dicen las organizaciones civiles en el documento.
Calvillo explicó que con el nuevo etiquetado se pretenden burlar las recomendaciones. “Le pones impuesto a un refresco porque argumentas que es un producto que contribuye a la obesidad y a la diabetes, luego le pones a ese refresco un etiquetado que dice que tiene 70 por ciento del requerimiento diario de azúcar”, dijo. Luego, la Cofepris avala una ingesta diaria de 18 cucharadas cafeteras de azúcar, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda cinco y advierte que 10 ya están en el límite permitido.
Asimismo, el experto envió una carta abierta a la Secretaria de Salud, Mercedes Juan López, para pedirle que derogue el etiquetado.
“Doctora Mercedes Juan, la aberración de estos criterios llega al extremo de que tendremos productos en el mercado que tienen un impuesto de 8 por ciento por contener una alta densidad calórica y considerar que contribuyen a la epidemia de sobrepeso y obesidad, productos que a la vez tendrán un sello distintivo de la Secretaría de Salud como opción saludable y podrán ser publicitados en los horarios infantiles”, se lee en el documento.
La intención del nuevo etiquetado es que los consumidores mexicanos consuman más productos y tengan complicaciones para leer la información del etiquetado, aunque estén más expuestos a la obesidad y a la diabetes, afirmó Calvillo en conferencia de prensa.
“La Cofepris le hace el juego a las empresas con un etiquetado hecho con base a criterio de ellas”.
Además, el nuevo etiquetado no contempla mostrar al consumidor la separación entre azúcares naturales y azúcares añadidos, lo que el activista consideró es una trampa, ya que los refrescos contienen más de los añadidos, los cuales son los más dañinos. La etiqueta aprobada por la Cofepris sólo hablará de “Azúcares totales”.
Calvillo acusó que este etiquetado salió aprobado sin consultas suficientes con la sociedad civil.
“En otros países el aprobado del etiquetado es con decenas y decenas de reuniones. Esto va contra el derecho del consumidor y se lleva entre ‘las patas’ a la Secretaría de Salud y al Presidente Enrique Peña Nieto”, dijo.
EL ENGAÑO
Según lo mostrado en un sketch realizado por un actor vestido de “Doctor Einstein”, una botella de 600 mililitros de Coca Cola con el nuevo etiquetado podrá decir que contiene 70 por ciento del requerimiento diario recomendado de azúcar. Eso significaría que si 63 gramos de azúcar, lo que contiene dicho refresco, equivale a 70 por ciento de la “ingesta recomendada”, 90 gramos es el 100 por ciento de dicha ingesta, pero eso no lo recomienda la OMS.
De acuerdo con el etiquetado aprobado por la Cofepris, lo recomendado sería consumir 18 cucharadas cafeteras de azúcar. Pero para la OMS, 10 cucharadas serían las tolerables y cinco las recomendadas.
Con el etiquetado de la Cofepris los mexicanos consumirían en un año más de 32 kilogramos de azúcar con la idea de que es parte de la ingesta recomendada, de acuerdo con el “doctor Einstein”.
A la engañosa cantidad de azúcar recomendada, se suma la falta de información sobre azúcares añadidos, explicó por su parte Calvillo.
Las empresas aprovechan que no están obligadas a informar de dichos azúcares, para poner en sus néctares que contienen menos azúcares, pero son los añadidos.
Entender el etiquetado resulta complicado. De acuerdo con Calvillo, el que se usa actualmente, hecho de manera voluntaria por las empresas, es más claro que el aprobado por la Cofepris. Lo que no significa que sea comprensible, explicó, pues trata de un etiquetado que de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) a los estudiantes de nutrición les cuesta trabajo interpretar.
“El [nuevo] etiquetado hasta por tipo de aviso es de la misma forma e incluso le quitan información voluntaria de las empresas”, criticó Calvillo.
El Poder del Consumidor ya había criticado el etiquetado de 2010 ante el entonces Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, pero no les dieron respuesta, recordó.
Dijo que la Cofepris se basó para el etiquetado en las Guías Diarias de Alimentación (GDA) de las empresas, que resulta confuso y favorable para los productores de refrescos.
El activista recordó que la organización desde 2010 ha pugnado por el etiquetado con semáforo, que es más claro, donde el color verde es lo recomendado y con poca azúcar; amarillo, en el límite del consumo de azúcar recomendado; y rojo, no recomendado por contener demasiada azúcar.
Con el sistema del semáforo en Reino Unido ha bajado la obesidad, afirmó. El problema es que las refresqueras buscan cabildear que no se repita en otros países. Por ello, desde el 15 de abril interpusieron un amparo ante juzgados en materia administrativa contra el etiquetado.
“No es entendible el etiquetado y por ello debe rechazarse”, dijo.
DAÑOS A LA SALUD
El estudio realizado por el Dr. Simón Barquera, Dalia Stern y Lizbeth Tolentino titulado "Revisión del etiquetado frontal: análisis de las Guías Diarias de Alimentación (GDA) y su comprensión por estudiantes de nutrición de México", que había sido publicado en 2011 por el INSP, concluyó que ni los estudiantes de nutrición entendían el etiquetado y que el criterio que utiliza para el azúcar no tiene sustento científico, contradice las recomendaciones de la OMS y puede llevar a la ingesta de altas cantidades de este ingrediente.
Calvillo detalló que "el GDA era hasta entonces un etiquetado frontal que habían desarrollado las empresas y que había recibido críticas de la comunidad científica y de las organizaciones civiles que hemos venido trabajando el tema", sin embargo, el etiquetado aprobado por la Cofepris, no ha tomado en cuenta lo expresado por los científicos especialistas.
"El nuevo etiquetado promovido por la Cofepris retoma los criterios del GDA, es decir, informar a partir de porcentajes de ingestas diarias recomendadas –que sabemos no son comprensibles para los consumidores, incluso, ni para los estudiantes de nutrición– y retoma el criterio de azúcar desarrollado por las empresas que representa un riesgo a la salud de los mexicanos, y que contradice las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud", reiteró.
Por su parte, el lunes pasado la Cofepris, dependiente de la Secretaría de Salud, defendió mediante un comunicado, el nuevo etiquetado y dijo que “Las nuevas etiquetas le dan más poder al consumidor ya que le dirán cuánta azúcar, grasa y sal contiene el producto que está consumiendo; así como el porcentaje de kilocalorías que representa en su ingesta diaria, haciendo más claro y fácil de entender”.