Ciudad de México, 7 de abril (SinEmbargo).– Los primeros 15 meses de gobierno del priista Enrique Peña Nieto han sido catastróficos para la economía. Las quejas apuntan hacia la Reforma Hacendaria, que aumentó los impuestos tanto a ciudadanos como a empresarios, lo que golpeó el consumo y las inversiones, coinciden expertos del sector privado, de la banca y académicos.
Desde finales de marzo pasado, bancos y calificadoras empezaron a recortar sus previsiones de crecimiento para este año, lo que fue el preludió para lo que días después confirmaría el Banco de México (Banxico): la economía en 2014 empezaba igual que en 2013, con pesimismo y pronósticos a la baja.
El viernes pasado, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México coincidieron en que será necesario bajar la proyección de crecimiento para 2014, fijada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en 3.9 por ciento.
Durante 2013, el gobierno federal tuvo que ajustar tres veces el crecimiento de Producto Interno Bruto (PIB). Su primer ajuste fue de 3.9 a 3.5 por ciento, luego de 3.5 a 1.8 por ciento y finalmente de 1.8 a 1.7 por ciento, tras argumentar el impacto de la escasa recuperación económica en Estados Unidos, además de los efectos meteorológicos de "Ingrid" y "Manuel" que ocasionaron daños en 21 estados del país durante septiembre pasado.
Ahora, los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico dijeron que esto se debe a que el consumo y la inversión privada no muestran señales claras de recuperación, pese a un mayor gasto público. El documento divulgado por el propio Banco Central precisa que las perspectivas de corto plazo para la economía mexicana se han deteriorado y prevalecen condiciones de “holgura” en la actividad productiva en general.
Analistas entrevistados por SinEmbargo coinciden en que 2014 es la prueba de fuego para el proyecto económico del actual gobierno, pues si bien es cierto que el año pasado la incertidumbre por el cambio de sexenio y la crisis en Estados Unidos fueron dos factores que influyeron de manera negativa en la economía nacional, este año, ninguna de estas condiciones existe.
Coinciden también en que el crecimiento no va de la mano con las reformas estructurales impulsadas por Peña Nieto, ya que siempre quedó claro que su alcance se vería hasta 2015.
REFORMA HACENDARIA DE PEÑA
“Es indudable que una de las razones por las que no estamos creciendo y que las expectativas no se van a cumplir tiene que ver con que, además, la Reforma Fiscal también fue equivocada: no solamente no estimuló la inversión sino que castiga el gasto en inversión real y especulativa”, opinó Luis Foncerrada Pascal, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Con la reforma, las ganancias de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tendrán un impuesto de 10 por ciento; los empleados con ingresos superiores a medio millón de pesos al año pagarán un Impuesto Sobre la Renta (ISR) de 31 por ciento, cifra que se incrementará progresivamente hasta 35 por ciento.
También se avaló el incremento de 11 a 16 por ciento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en zonas fronterizas.
Diputados y senadores avalaron además elevar el porcentaje de deducibilidad de prestaciones laborales –tanto para empresas como individuos– a 53 por ciento desde 47 por ciento, y la creación de un mecanismo de control que evite que el empleador transfiera a los trabajadores el costo de este impuesto.
El Congreso determinó la desaparición del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) y el Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE), con el objetivo de que los ingresos empresariales estén gravados solo con el ISR.
Todo, en conjunto, a juicio de Foncerrada Pascal, tiene detenida la economía del país, pues el consumidor no gasta ante la incertidumbre, la iniciativa privada no invierte porque no encuentra las condiciones para hacerlo y el gobierno tampoco abre la cartera.
“La Reforma Hacendaria, lo que provocó es una importante reducción en el ingreso disponible de las familias y de las empresas por el incremento en ISR y por los otros en alimentos y bebidas más los incrementos en gasolina y gas que redujeron el poder adquisitivo”, abundó.
En enero, según datos del CEESP, el consumo tuvo una caída de 24 por ciento, principalmente en el índice de la posibilidad de adquirir bienes de consumo duradero y en febrero volvió a caer en 22 por ciento.
Jorge Gordillo Arias, director de Análisis Económico de CIBanco consideró por su parte que la expectativa que la administración federal despertó en torno a las reformas estructurales, principalmente la Energética y la de Telecomunicaciones, “ya le están jugando en contra” al Presidente.
Lejos de generar crecimiento, consideró, las reformas han generado incertidumbre en los agentes económicos porque “en cuanto a su implementación, todo mundo dice: ‘me gusta, es muy fuerte la idea’, pero nadie sabe a quién le van a beneficiar o cómo se van a implementar y esto está generando que empresas e inversionistas estén reteniendo sus inversiones”.
A juicio de Haydeé Moreya García, coordinadora ejecutiva de la Maestría en Negocios de la EGADE del Tec de Monterrey, Campus Santa Fe, señaló que desde 2013 empezamos a “tener una inercia por la Reforma Fiscal; en enero la gente lo sintió en el bolsillo y ahí están los precios que alcanzaron los productos agropecuarios. Tenemos un consumo deteriorado que no ha impactado en el Producto Interno Bruto (PIB)”.
EPN YA PIENSA EN 2015
En su edición del 3 de abril, el diario estadounidense The Wall Street Journal advirtió que las reformas Hacendaria y Energética pasan por uno de sus peores momentos.
Mientras que la discusión sobre las leyes secundarias de la Reforma en Telecomunicaciones ha enfrentado al gobierno con dos de los principales magnates del sector en el país: Carlos Slim Helú, de América Móvil, y Emilio Azcárraga Jean, de Televisa, cuyas empresas interpusieron juicios de amparo contra la resolución del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), que los declara agentes económicos preponderantes, junto con Teléfonos de México (Telmex) y América Móvil, como grupo de interés económico, basado en los términos de la citada reforma.
Por su parte, Steve Forbes, presidente y director de Forbes Media advirtió hace unos días que la economía mexicana tiene un desempeño pobre, además de que la receta fiscal “es una barrera para el crecimiento económico”.
La violencia también permanece como uno de los factores que inhibe el crecimiento en algunas entidades como Michoacán y Guerrero.
Un estudio reciente de la firma consultora Aregional reveló que Apatzingán, Zitácuaro y La Piedad, en Michoacán, así como Chilpancingo y Acapulco, en Guerrero, están entre las ciudades mexicanas menos competitivas del país, en gran parte por el impacto de la violencia.
De acuerdo con el “Índice de Competitividad Sistémica de las Ciudades Mexicanas 2013”, estas localidades se caracterizan por mostrar un rezago a nivel empresarial, fomento tecnológico, escasa profesionalización de sus habitantes, falta de infraestructura, entorno laboral difícil, poca capacidad recaudatoria y problemas de inseguridad.
El estudio se realizó durante 2013, un año donde se agudizó la violencia en Michoacán debido al levantamiento en armas de las llamadas autodefensas y en el que Acapulco, resultó ser la tercera ciudad más violenta del mundo de acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal.
“Dado a que el fenómeno de la violencia en Michoacán es relativamente reciente, los indicadores no lo alcanzan a capturar en su totalidad, aunque el año pasado sí se alcanzaban a ver tendencias en el sentido que usamos ciertos indicadores como son delincuentes, homicidios y robo de vehículos. Sin duda este tema de violencia impactó en los resultados”, dijo Maritza Rosales Reyes, directora de Desarrollo Regional y Competitividad de la firma Aregional.
Las ciudades michoacanas y guerrerenses resultaron ser las peores posicionadas en competitividad a pesar de que hizo falta información sobre los muertos que arroja el narcotráfico, pues la consultora aseguró que la administración del Presidente Enrique Peña Nieto obstaculizó su trabajo debido a la falta de transparencia en los asesinatos relacionados al crimen organizado.
Sin embargo, el Presidente Peña Nieto ignoró la situación y señaló la semana pasada que “México espera en el 2015 a los hermanos latinoamericanos para compartir los avances de sus reformas, que buscan el bienestar y mayor desarrollo social de los mexicanos”.
A su vez, el Gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens Carstens, durante su comparecencia en la Cámara Alta, insistió en que las reformas estructurales contribuirán un mayor crecimiento económico.
“Esto es sumamente alentador para la sociedad mexicana en su conjunto y, en particular, para el Banco de México, debido a que al aumentar el crecimiento potencial, permitiría que la economía crezca a mayores tasas sin que ello genere presiones inflacionarias. De esta manera podemos llegar a un equilibrio donde se combine un entorno de inflación baja y estable con un crecimiento económico elevado y sostenido”, expuso.
“Las reformas necesitan estar completadas con la parte de las reglas de operación y las leyes secundarias hasta que esto no esté consolidado, los agentes económicos y empresas en general van a empezar a invertir o a planear sus proyectos hasta que estas medidas estén ya planteadas… Hay que recordar que la expectativa era muy alta en cuanto a que veríamos los resultados inmediatos”, consideró Moreya García del Tec de Monterrey.
LA EXPECTATIVA
De inicio, los analistas expusieron que es un hecho que el país no alcanzará este año el crecimiento de 3.9 proyectado por el gobierno federal; la primera revisión ya lo ubicó en 3.5 por ciento.
La recuperación de la economía estadounidense y la aceleración del gasto público pueden ser la tabla de salvación que ayude a que el crecimiento sea ligeramente superior al 1.7 por ciento de 2013, estimaron.
El director del CEESP planteó que si a partir del segundo trimestre la economía empieza a enderezase la economía podría cerrar el año con un crecimiento de 2.8 por ciento.
“Todos estamos esperando una segunda mitad de año más optimista”, dijo por su parte Gordillo Arias.
A manera de conclusión, la especialista del Tec de Monterrey coincidió en que “sin duda el panorama para todos fue complicado con la Reforma Hacendaria, pero también es un hecho que no podemos seguir rezagados en la parte de recaudación… Hay que ver cómo se va a desarrollando el año, al final Hacienda va a tener que ajustar sus expectativas de crecimiento y –a menos de que el consumo revierta la tendencia– sí va a tener que corregir sus previsiones de crecimiento”.