Ciudad de México, 3 de abril (SinEmbargo).– A pesar de su continua observación, el comportamiento de las galaxias se mantiene impredecible ante los ojos humanos y, para los astrónomos en particular, no deja de deparar sorpresas. Ahora, el Observatorio Austral Europeo (ESO) logró reconstruir en una imagen el historial de anexiones de una pareja de galaxias: NGC 1316 y su compañera, de menor tamaño, NGC 1317, las cuales se encuentran a 60 millones de años luz, lo que podría ayudar a entender mejor estos procesos.
Una imagen reciente obtenida por el telescopio MPG/ESO deja ver el contraste entre dos galaxias. Estas galaxias están muy cerca la una de la otra, pero tienen historias muy diferente. Así, mientras que la pequeña galaxia espiral NGC 1317 ha tenido una vida tranquila, NGC 1316 ha engullido a otras galaxias en su violenta historia, mostrando sus marcas de guerra, dio a conocer ESO en un comunicado.
Varias claves en la estructura de NGC 1316 revelan que esta galaxia tuvo un pasado turbulento, puesto en evidencia, sobre todo, por varios rastros de caminos de polvo poco comunes incrustados en un envoltorio de estrellas mucho mayor, así como por una población de cúmulos globulares estelares inusualmente pequeños. Esto sugiere que pudo engullir con anterioridad una galaxia espiral rica en polvo, en concreto hace unos tres mil millones de años.
Alrededor de la galaxia también se han observado colas de marea muy débiles, las cuales consisten en volutas y cáscaras de estrellas que fueron arrancadas de sus ubicaciones originales y lanzadas al espacio intergaláctico. Estas formas se producen por complejos efectos gravitatorios en las órbitas de las estrellas que tienen lugar cuando otra galaxia se acerca demasiado. Todas estas señales son evidencia de un pasado violento en el que NGC 1316 anexionó otras galaxias y sugiere que este comportamiento disruptivo continúa.
Esta galaxia se encuentra a unos 60 millones de años luz de la Tierra, en la constelación austral de Fornax (El Horno). También tiene el nombre de Fornax A, reflejando el hecho de que se trata de la fuente emisión en ondas de radio más brillante de la constelación y, de hecho, la cuarta fuente de ondas de radio más brillante de todo el cielo. Esta emisión de radio es producida por material que cae en el agujero negro supermasivo del centro de NGC 1316 que, probablemente, ha obtenido combustible extra gracias a la interacción con otras galaxias.
Esta nueva y detallada imagen, obtenida por el Telescopio MPG/ESO de 2.2 metros, que se encuentra en el Observatorio La Silla de ESO, en Chile, fue creada combinando otras capturas individuales del archivo del Observatorio Austral Europeo, mientras que el objetivo de las observaciones originales era revelar las características más débiles y estudiar la perturbación de este interesante sistema.
Un extra, gracias a la nueva imagen, es que la observación también proporciona una ventana al universo distante más allá de las dos brillantes galaxias en interacción que se puede ver en primer plano. Así, la mayor parte de los débiles puntos difusos de la imagen son galaxias aún más distantes, y hay una concentración especialmente densa justo a la izquierda de NGC 1316.