En la calle Matamoros 216 de Tlaquepaque, Jalisco, está la casa de don Margarito Núñez Martínez, hogar que también es su taller. Ese taller, además, es el génesis de la vida de los políticos mexicanos. Ahí, como padre creador, toma el barro, le da forma y en menos de 15 centímetros sintetiza la figura de un presidente mexicano siguiendo la tradición de formar una colección de mandatarios en miniatura que inició su padre, gracias al talento heredado incluso de su abuelo.
Todos los presidentes de México, juntos aunque muchos no quisieran, se reúnen en una colección de 66 que inicia con el México independentista hasta concluir con Felipe Calderón Hinojosa. Este artesano de 82 años elabora a cada uno de los que ocuparon la silla presidencial, cuidando que sus rostros sean realistas y con aquello que los distinguía como los lentes de Ernesto Zedillo o la capa de Agustín de Iturbide.
Aunque a ninguno de ellos los parió, los quiere como a sus hijos, salieron de sus manos. Sin música, sin noticias y sólo acompañado por la humedad del barro, don Margarito trabaja haciendo el cuerpo del Presidente, que nunca es el mismo porque cada uno llevaba su uniforme o traje predilecto. Ahí está Venustiano Carranza ataviado con su indumentaria militar.
De la parte del cuerpo, este artesano, comienza hacer los cilindros de barro que serán los brazos. De las extremidades superiores pasa a detallar las manos de apenas un centímetro. La banda presidencial, que tantos desean y añoran, la hace sobre el traje.
Para hacer la cabeza toma uno de los moldes que hizo él o incluso su padre –más de 80 años atrás– y los rellena con el barro. Parece sencillo pero requiere de paciencia para que cada surco, nariz u ojos queden marcados perfectamente. Saca la pieza y comienza a pulirla con sus palitos de madera, que son sus principales herramientas de trabajo. La cabeza de la figura no queda hueca, pero sí llena de barro.
Así le acomoda el peinado a Benito Juárez o le pule la calva a Carlos Salinas de Gortari. Es el momento de los zapatos, también de un centímetro, aunque con Vicente Fox tarda un poco más porque él lleva botas vaqueras y hasta más barro en las piernas por aquello de la altura.
Durante la entrevista, sus ojos se centran en la figura, contesta sin perder de vista lo que hace. Es un perfeccionista. Se remoja los dedos y con los palitos elimina cualquier error. A los presidentes les cuida el rostro, lo hace con respeto aún cuando muchos de ellos no se lo merecen. Los hace con sus defectos pero no los acentúa, como en el caso de la prominente dentadura de Gustavo Díaz Ordaz.
Cuando los Presidentes hechos en barro se secan es momento de llevarlos al horno. Entran al fuego, sin embargo no mueren ni se retuercen en el infierno, como muchos desearían, al contrario, quedan firmes para que al salir con la brocha y las pinturas tomen color sus trajes y la banda presidencial que les cruza el pecho.
Como la que lleva en eventos oficiales el presidente Felipe Calderón, quien al conocer su figura diminuta hecha en barro por don Margarito lo invitó a él y a su hija Pilar a Palacio Nacional durante los festejos del Bicentenario, en especial al Desfile Cívico Militar.
Ese día, el artesano vio de cerca a quien sólo había conocido por fotografías y a quien retrataba con barro. A cambio de la visita, el artesano le obsequió una figura de él y también la de Francisco I. Madero con su sombrero negro
Margarito Núñez Martínez –por su técnica, precisión y creatividad– ha recibido decenas de premios a nivel nacional e internacional, entre ellos y durante varios años el Premio Nacional de la Cerámica y reconocimientos municipales, estatales y nacionales.
UNA DINASTÍA DE ARTESANOS
Con las manos resecas por el barro y el frío que hace en su taller, don Margarito comienza a sonreír recordando que a los siete años su papá lo enseñó a moldear. Inició con pequeñas figuritas hasta que un día su progenitor se levantó del taller cuando aún no concluía una pieza y Margarito la acabó de moldear: “Yo vi como iba la figura y la completé como él quería”. Su padre llegó y sorprendido descubrió que la pieza estaba terminada. De esta forma se ganó la autorización para dedicarse al oficio que su bisabuelo inició.
En una mesa con varias capas de pintura, grumos de barro seco y una base gastada este artesano da forma a pequeños políticos. Es la misma mesa en la que trabajó su padre Margarito Núñez Panduro, nieto del gran artesano reconocido a nivel mundial Pantaleón Panduro, quien al conocer a Porfirio Díaz paseando en una calandria le dijo: “Señor Presidente quiero retratarlo”. Él le respondió: “Bueno, súbete”.
“Mi bisabuelo se fue viéndole las facciones y retratándolo, tomó un trozo grande de barro y comenzó a modelar”. Emocionado y recordando como si estuviera ahí cuenta que unas horas después el presidente Porfirio Díaz le preguntó: “¿Cómo vamos en el trabajo?”. Su bisabuelo le mostró el busto que llevaba modelado, advirtiéndole que aún la faltaba. Porfirio Díaz impresionado respondió: “No le muevas nada, yo soy, ya no le hagas nada estoy bien”.
Y lo invitó a Palacio Nacional para que le diera el retrato final, al llegar incluso lo invitó a sentarse en la silla presidencial. “Mi bisabuelo contaba que el Presidente lo sentó en la silla y que le regaló unas medallas de oro”. Fue tomando fama a nivel nacional e internacional y transmitiendo sus conocimientos a sus hijos y nietos como el padre de don Margarito.
Este artesano sentencia que como él sus hijos y nietos dominarán el oficio con la infalible técnica de “viendo se aprende”. Así lo hizo su hija Pilar Núñez. En ese taller del municipio de Tlaquepaque conservan aún los moldes que hizo el bisabuelo y que siguen utilizando para realizar los mini presidentes. La colección completa de 66 dignatarios la hace él ayudado de su hija. Ella elabora los presidentes del México independentista y su padre los del México contemporáneo. El único Presidente que se repite es Benito Juárez, a quien lo hacen en un periodo joven y resplandeciente para, al final, ponerlo con la mueca caída por los años.
Don Margarito da la lista completa de Presidentes de México, se sabe sus nombres sus rasgos, algo que ni los mismos ex presidentes o aspirantes podrían contestar con agilidad.
EL «TATA CÁRDENAS»
Habla y se remontan a la época de la Expropiación Petrolera en 1938 cuando “llegó una vez un señor del gobierno que era militar, yo lo pasé al taller”. Traía un libro y preguntó: “¿Pueden hacerme una figura de Lázaro Cárdenas?”. Respondieron que sí y comenzaron a modelar el barro. Les solicitó dos piezas, al verlas se quedó sorprendido de la exactitud de la figura: “Está muy bien, háganme unos 30 Lázaros Cárdenas que le voy a regalar a mis amigos y al propio Presidente”. Esa vez se quedaron con el libro que contenía las fotografías de todos los presidentes mexicanos que aquel militar les había entregado como guía y que satisfecho por el trabajo les obsequió. Con esas páginas se guiaron para ser más precisos en las facciones de los mandatarios.
Si don Margarito tiene a un Presidente favorito ese es el “Tata Cárdenas”. De él recuerda la expropiación que hizo para que el “petróleo fuera de nosotros los mexicanos”.
LA FOTO
La exposición completa de don Margarito se exhibe en museos de Asia, Europa y Norteamérica, especialmente su colección de Oficios Tradicionales compuesta por “carteros, aguadores, leñeros, hombres vendiendo leche cargando los tambos en la espalda”.
Sus clientes son historiadores, coleccionistas y políticos, estos últimos suelen comprar la colección completa y regalarla entre ellos. Por 200 pesos la pieza o con precio especial si se compra la colección completa, quienes la adquieren poseen figuras únicas hechas a mano que, como dice Pilar, “ a los chinos no les interesa copiarlas porque esas no las compran las masas”.
Don Margarito, como el resto de los artesanos hace su trabajo y se desprende de él sin saber exactamente en casa de quién se encuentra. Una de sus asiduas compradoras es la antropóloga e hija del ex presidente Luis Echeverría, quien también forma parte de la exposición, María Esther Echeverría Zuno.
Como la que le obsequiaron al ex Presidente Vicente Fox. Don Margarito y su familia supieron que él tenía una colección en su rancho, gracias a una fotografía que publicó la revista Quién en el reportaje “Los Fox, su vida después de los Pinos”, realizado por el periodista Alberto Tavira Álvarez. En una de las imágenes, Fox sonríe a la cámara y en el fondo se ven las colecciones de los presidentes en miniatura. Entre los pequeños hombrecitos sobresale la cabeza del propio ex presidente guanajuatense, que las manos de Don Margarito dio forma.
Gracias a esa revista él y su familia supieron hasta dónde había llegado esa colección que, no saben con exactitud, quién les compró para obsequiarla al ex presidente.
LOS PRESIDENCIABLES
Pilar Núñez también artesana con reconocimiento nacional es quien contesta las llamadas y los pedidos de los clientes. Este año, meses atrás, recibió la petición de hacer en miniatura al fallecido Francisco Blake Mora, secretario de Gobernación, pero como Presidente con su banda tricolor. Así que ella modeló su rostro para entregar el pedido.
También le solicitaron al “ tapado”, con un cuerpo vestido de traje sastre y portando la banda presidencial pero con una bolsa de papel cubriéndole la cabeza, dejando al aire la pregunta ¿quién será? No es el único al que le encargaron sin ser Presidente; también hizo a Enrique Peña Nieto como si fuera ya el primer mandatario.
Tomó el barro puso un poco más en la cabeza para dar el efecto de copete con gel, en este caso lo que se gastó en barro en el peinado se lo ahorró en las piernas debido a su baja estatura. Confiesa la artesana que Peña Nieto tiene pocas arrugas y eso obliga a cuidar que no quede ninguna fisura del barro.
¿Habrá que pulirlo para 2012? Pilar no se adelanta, cumplió el capricho pero al verdadero Presidente lo hará su padre en 2012. Mientras, él no se entretiene con los que sueñan con llegar a Los Pinos, no les dedica ni barro ni esfuerzo aquellos que brinca en la olla ansiosos de colgarse la banda presidencial.
Si lo hago “se salan”, advierte. Prefiere dedicarse a trabajar en quienes ya están sentados en la silla o lo estuvieron, ese es el requisito para formar parte de su colección. Cuando sea 2012, como su padre y abuelo, continuará con la tradición de moldear los rostros de la historia de México e incluso también está preparado para moldear falda y zapatillas, si una mujer llegara a la Presidencia.
Por lo pronto, su hija hace a los suspirantes y don Margarito reproduce en miniatura a los que ya fueron presidentes o siguen en el cargo. Cuando por fin se sepa quién será el próximo Presidente de México, entonces sí, cual Dios, tomará barro para crearlo.