"Uno debe hacer cualquier cosa para cuidar de su familia", dice Miguel Sáez sobre su libro "Apaches"

19/03/2014 - 12:30 am

Madrid, España, 19 de marzo (SinEmbargo/Culturamas).– Licenciado en Periodismo, Miguel Sáez Carral (Madrid, 1968) inició su carrera como redactor de la agencia Efe para trabajar después en otros medios de comunicación. Abandona más tarde el periodismo para dedicarse a la creación de guiones. Ha trabajado en media docena de series de éxito, además de haber sido jefe de guión de Al salir de clase, responsable de la adaptación, jefe de guión y argumento de Sin tetas no hay paraíso y creador de Homicidios. Con su labor ha ganado todos los premios de su profesión, entre ellos el TP de Oro y el Ondas.

Foto: Especial
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En Apaches, Sáez Carral narra una historia un tanto autobiográfica. La familia de Miguel sufre un revés inesperado: después de la muerte de su madre, el padre pierde el control de su vida y es estafado por sus socios. En un intento por salvar la economía familiar, se endeuda hasta llevar a todos los miembros a una situación límite en la que pierden la casa, ven embargadas sus nóminas y la cárcel se abre ante sus ojos como un horizonte real. Desesperado, Miguel decide salvar a los suyos aunque le cueste la vida, tal y como le enseñó su padre. Vuelve al barrio en el que nació y, junto a su amigo Sastre, se sumerge en una espiral de robos, asaltos y asesinatos. Cuando todo cobra un nuevo orden, aparece Carol, la amante del amo del barrio, la mujer de la que se enamora y pone en peligro todo aquello por lo que Miguel ha luchado.

¿Cuánto de autobiográfico y cuanto de ficción tiene esta historia? ¿Por qué has decidido escribirla y publicarla ahora?

–Una buena parte de lo que cuenta Apaches nos ocurrió a mi familia y a mí a principios de los años 90. He tomado esa parte de mi vida, verdadera y real, para crear una historia de ficción.  Así que de biografía hay bastante, pero de ficción también hay mucho. Son más de seiscientas páginas. Hay sitio para todo.

Mi padre murió hace tres años. Unos meses después empecé a escribir la novela. Jamás la hubiera publicado si él siguiera vivo. Por nada del mundo le hubiera hecho volver a revivir aquellos momentos que fueron muy duros para todos, pero especialmente para él.

La ley de la calle en una gran ciudad española… ¿qué normas destacan en esa ley aparte de la supervivencia?

–Es la ley del barrio, convierte a esa comunidad en un grupo fuerte y unido. Se resume en que  todos cuidan de los otros. No se roba en el barrio, pero tampoco se delata a tus vecinos. Quien rompe esa ley sabe que no debería pisar de nuevo las calles del barrio. Y si lo hace se arriesga a terminar boca abajo en un descampado.

–Conforme iba leyendo recordaba aquellos famosos delincuentes de barrio de finales de los setenta. En los años noventa los tiempos han cambiado… ¿o quizás no tanto?

Apaches se desarrolla en dos momentos temporales. El grueso de la historia sucede en los años 94 y 95, pero el backstory de los personajes principales está ubicado en esos años 70. Entre un momento y otro transcurren veinte años. Sí, todo había cambiado. Ni el barrio ni la comunidad que vive en él es la misma. Pero lo cierto es que el objetivo de alguno de los personajes es una especie de intento de que las cosas vuelvan a ser como antes.

–Sin embargo, seguimos empatizando con esos ladrones que parecen delinquir por justicia social…

–Quizá simpaticemos con ellos porque si la vida no nos diera otra salida muchos escogeríamos tomar el mismo camino. De todas maneras el principio que mueve al protagonista es que  “uno debe hacer cualquier cosa para cuidar de su familia” y dentro de cualquier cosa entra todo. Cruza la frontera  y se instala en el mundo del delito para restituir los bienes y el orgullo que, unos hombres corruptos y codiciosos, les han arrebatado a su padre y a su familia. Como le dice Sastre al principio de la novela “No están cometiendo un delito. Es justicia”. Quizá si ese ejemplo cundiera, una mañana al levantarse, los poderosos verían que en las calles no hay ciudadanos, sino apaches.

¿"El chatarrero" sería una especie de Padrino al uso, pero de barrio?

–'El Chatarrero' es la persona que tiene el poder. Pero no es El Padrino. El Padrino tiene una ley, ciertamente amoral, pero tiene esa ley. 'El Chatarrero' simplemente es un arribista codicioso y sin escrúpulos que se aprovecha de su fuerza y de su posición.

Y llega Carol y trastoca todos los pilares que estaba estableciendo Miguel… ¿el amor que todo lo revoluciona?

–Carol juega el papel de la tentación. Y el protagonista cae en ella. Y creo que eso le hace mucho más humano.

El poder de la sangre, de la familia, ese vínculo que no puede romperse nunca y sin embargo sí se puede ir desvirtuando...

–Sí, porque dentro de nosotros existe una lucha continua entre lo que deseamos hacer y lo que debemos hacer.

Foto: Facebook
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Sastre representa esa amistad que por mucho que pase el tiempo y cambiemos, siempre estará ahí, para lo que sea. ¿Esa lealtad es quizás una de las bases más importantes de tu novela?

–Lealtad, sacrificio y deber. Esas son las tres patas que sostienen el código de honor de los protagonistas de Apaches. Y en cuanto a Sastre, simplemente no está en su adn darle la espalda a quién le ayudó, le cuido, le protegió y se partió la cara por él en el pasado.

–Ese barrio donde transcurre la acción de Apaches, ¿cómo crees que hoy lo encontrarías si te paseases por él?

–He vuelto hace poco y descubrí que el Tetuán de Apaches ya no existe. Es un mundo que se ha extinguido. Aunque aún quedan en sus calles algunos restos de cómo era hace unas décadas pero son como restos de un naufragio desperdigados por un acantilado.

–Estructura muy cinematográfica y escritura visual, ¿influencia inevitable de tu experiencia como guionista?

–Bueno, creo que ya escribía así antes de ser guionista. Mas bien es el resultado de una educación muy cinematográfica y televisiva.

–Tu protagonista, Miguel, representa la figura del héroe que todos buscamos alguna vez. ¿No crees que la literatura actual está escasa precisamente de héroes?

–Pues no lo sé. No tengo un conocimiento tan amplio de la literatura actual como para contestar a esa pregunta. ¿Miguel es un héroe? Creo que simplemente es un hombre que sabe que es lo que debe hacer y por qué lo debe hacer.

Benito Garrido / culturamas.es
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