Por Erika Montoya
“¿Qué te atrajo a mi? ¿Fue mi ternura o la inocencia de mi sonrisa? Tenía sólo cinco años, era una niña y sólo quería jugar. Respóndeme inútil”, le pregunta Jennifer Salinas, la campeona mundial avalada por la Federación Internacional de Boxeo, a la persona que la violó durante cuatro años en un video que ella misma difundió.
A sus 31 años de edad, y a 27 años de lo sucedido, la boliviana que reside en Virginia hizo catarsis y le pregunta a Raúl – amigo de su familia – qué elementos vio en ella para que ahora pueda proteger a sus hijos de personas como él.
La 'Reina Boliviana', como le apodan en el ring, agradeció a su atacante la “huella que dejó” y reveló que una de las razones principales por las que empezó en el boxeo.
“Me traumaste. Pienso en ti todos los días. Es por eso que boxeo, arriesgando la vida. Pero te agradezco y te agradece un pueblo entero. ¿Qué sientes cuando me ves en la televisión?”, abundó.
Jennifer debutó en el 2003 y tiene 15 victorias, cuatro nocauts y tres empates. Conquistó el título mundial en noviembre pasado al vencer a Yolis Marrugo Franco.
La monarca que defenderá su campeonato el próximo 28 de mayo, atravesó momentos difíciles en su juventud como describió a El Deber de Bolivia. En entrevista admitió que intentó suicidarse y se involucró en peleas callejeras.
"Crecí muy dañada, muy dolida, muy herida", se lee en la publicación.
“Este esfuerzo (de ser boxeadora) no vino porque estaba aburrida en mi casa o porque no me gustaba mucho la natación. El intercambio de golpes, el dolor físico, esas ganas de ganar la pelea, todo eso viene a raíz de lo que me pasó, cuando yo era niña perdí esa pelea, él (Raúl) me noqueó una y otra vez y esta es la revancha, ahora me toca a mí noquearlo, sea como sea, le guste a quien le guste, he ido tomando fuerzas toda mi vida para llegar a esto. (El video) es un ‘knockout’ que lo va a dejar en coma emocionalmente, hasta por el temor de salir de su casa, siento que gané la pelea”, explicó al diario boliviano sobre su decisión de publicar tan compleja confesión.
