Ciudad de México, 6 de septiembre (SinEmbargo).– Las fiestas de Jorge Luis Preciado Rodríguez en el Senado de la República no pudieron llegar en peor momento: justo cuando la sucesión en la dirigencia nacional ha dividido en “tribus” al Partido Acción Nacional (PAN). El martes pasado corrió la noticia de la celebración –con vinos y mariachis– que hizo el líder de la bancada en una terraza de la Cámara Alta, y el tema se volvió no sólo portada de los principales medios nacionales, sino razón para retomar la ola de acusaciones.
En mayo pasado se hizo evidente la división entre los panistas en el Senado, cuando el actual presidente nacional del PAN –y también candidato a reelegirse–, Gustavo Madero Muñoz, sustituyó al líder de la bancada, Ernesto Cordero Arroyo, un abierto simpatizante de las causas políticas del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Preciado llegó a su lugar en el Senado. Y tanto él como Cordero fueron cuestionados por los distintos grupos políticos panistas por supuestos manejos discrecionales de fondos destinos al partido blanquiazul a manera de partidas presupuestarias. El de las fiestas es cercano a Madero Muñoz... así como Luis Alberto Villarreal García, líder pero de los diputados federales, a quien se acusa desde hace varias semanas de condicionar recursos federales a cambio de una cuota de aproximadamente 10 por ciento. El llamado “diezmo” o “moches”.
Sobre esta acusación, el Senador Ernesto Cordero exigió que se hiciera una amplía investigación. Pero, según especialistas consultados por SinEmbargo, se frenó porque afectaba a uno cercano a Madero, actual dirigente nacional, quien no quiere revolver más las de por sí revueltas aguas de su partido.
Ante el escándalo por la fiesta del líder de los panistas en la Cámara Alta, el Senador Ernesto Ruffo Appel exigió que sea llamado a comparecer ante el grupo parlamentario para explicar los motivos y gastos del evento. Pero también afirmó que era “una llamada de atención del más alto nivel” para todos los panistas y pidió que el político colimense modere su conducta al interior del recinto legislativo.
Por su parte, el aspirante a la dirigencia nacional del PAN, José Luis Luege, dijo que si él fuera presidente del blanquiazul, Jorge Luis Preciado ya estaría fuera de la coordinación del grupo parlamentario: “Si yo fuera presidente, lo sanciono y de ipso facto cambio al coordinador”.
También el Senador Javier Lozano Alarcón, un hombre cercado al grupo de Ernesto Cordero y lejano al de Gustavo Madero Muñoz, criticó la fiesta del colimense en su cuenta de Twitter: “Hagan cosas de provecho y si van a festejar el cumpleaños de su esposa, háganlo en un restaurante, salón o en su casa. #NoSeanOrdinarios”.
Además afirmó que la "fiestecita privada" en el Senado representa "el abuso del poder político y el uso excesivo y grotesco de recursos públicos".
Lozano, también presidente de la Comisión de Comunicaciones, expresó su rechazo contra los diputados de Acción Nacional que son señalados por cobrar moches a los Presidentes municipales. Y advirtió que con ese tipo de actos de corrupción, los panistas dejarán de ser distinguibles ante los ojos de los ciudadanos.
Para algunos especialistas, los escándalos panistas seguirán, pero como parte de las disputas que hay en el PAN por el control del partido, más que por transparentar y sancionar el tema de cobro de comisiones.
LAS FIESTAS DE PRECIADO
El Coordinador del Grupo Parlamentario de Acción Nacional (PAN) Jorge Luis Preciado organizó su segunda fiesta en el Senado de la República, después de la denunciada una noche antes, pero a diferencia del festejo anterior no hubo mariachis.
Según se dio a conocer sólo cuatro legisladores de la bancada panista acudieron a la comida que Preciado realizó con motivo del día de La Candelaria en la terraza de la Junta de Coordinación Política. Fue el caso de los senadores Salvador López Brito, Francisco Búrquez, Fernando Herrera y Daniel Ávila.
Durante la celebración, Preciado tomó el micrófono para agradecer la presencia de los trabajadores y también para justificar la fiesta privada que organizó en ese mismo lugar.
“Ningún gasto se cubrió con recursos de la bancada, todos los gastos corrieron por mi cuenta” sostuvo el líder panista en la Cámara Alta.
Asimismo insistió que la fiesta – amenizada con mariachi y bebidas alcohólicas– no fue para celebrar el cumpleaños de su esposa. ”Mi esposa se ofendería si la festejara en el patio de mi oficina”, sostuvo Preciado.
Antes de llevarse acabo este segundo festejo, el Senador Ernesto Ruffo Appel demandó que Jorge Luis Preciado Rodríguez sea llamado a comparecer mañana jueves ante el grupo parlamentario del blanquiazul, para que aclare los motivos y los gastos de la fiesta que realizó ayer por la noche en una terraza de la Cámara Alta.
Ruffo Appel dijo a la prensa que este hecho, más la fiesta que el Senador Preciado Rodríguez convocó para este miércoles, “es una llamada de atención del más alto nivel” para todos los panistas y pidió que el político colimense modere su conducta al interior del recinto legislativo.
“Las instalaciones del Senado son razón de una formalidad, un protocolo respecto de la operación del mismo, y eso debe de ser respetado”, expuso.
LOS “MOCHES”, OTRO GOLPE A MADERO
Por el escándalo de los “moches”, simpatizantes del Senador Ernesto Cordero exigieron una investigación que equivaldría a cuestionar a un hombre cercano a Madero: el coordinador de los diputados federales panistas, Luis Alberto Villarreal García, señalado de ser uno de los beneficiados por el cobro de comisiones a cambio de dar presupuesto a municipios. Por eso reticencia de Madero de aceptar, consideró la académica de la Universidad Iberoamericana, Ivonne Acuña.
“Hay que pensar que a los que el Senador Ernesto Cordero cuestiona son a los que apoyan a Madero. Entonces sería darse un balazo en el pie, lo está justificando y lo pensó desde esa lógica, ‘es mi gente, si vamos a cuestionar a mi gente estaría atentando contra los que me apoyan’”, dijo a SinEmbargo la especialista en ciencia política.
En lugar de investigar, Madero propuso un grupo de trabajo para analizar las acusaciones sobre los “moches”. Posteriormente justificó que en el PAN hay hombres y no ángeles.
La tibieza de Madero ya le costó ser llamado “el payaso de las cachetadas” por el Senador Javier Lozano.
