Por Sergio Carrillo (dpa)
Ciudad de México, 29 ene (dpa) - Serán sus sextos Juegos Olímpicos, será el único representante mexicano y con 55 años el más longevo, pero el príncipe Hubertus von Hohenlohe no atraerá la atención por su trayectoria ni por sus cualidades en el slalom, sino por el colorido traje de mariachi con el que competirá en Sochi 2014.
"La idea es reflejar en las pistas a México lo mejor posible", afirmó Von Hohenlohe durante una entrevista con la agencia dpa en la sala de juntas del Comité Olímpico Mexicano, antes de su partida a Rusia para disputar los Juegos de Invierno.
"Ahora, como también soy cantante y músico, porque me gusta el arte, pues hemos hecho esto", explicó el esquiador los motivos por los que optó por el diseño impreso del traje de mariachi en su vestimenta deportiva.
No es la primera vez que el mexicano luce un traje extrovertido, ya que en una competencia previa eligió el diseño de una camisa campirana de mangas largas y cobartín como la que usan los mariachis debajo del traje.
El descendiente de la familia real de Württemberg, un antiguo reino de la actual Alemania, es uno de los personajes más pintorescos del deporte mexicano. Pero su pasión no se limita al esquí, ya que también se ha dedicado con intensidad a la música y la fotografía.
"Todo nace de poder hacer algo bien, porque cuanto quieras si no te salen las cosas bien luego lo dejas. En mi caso, la fotografía me gusta mucho, hago documentales de televisión; y el deporte es un sueño", comentó.
Von Hohenlohe participó en seis competiciones olímpicas desde Sarajevo 1984. "Si no tuviera pasión no estaría aún compitiendo en alto nivel", abundó el deportista, con un traje azul fuerte y una camisa floreada, casi como una estrella de rock, durante la entrevista.
Para el príncipe mexicano, el esquí es mucho más que un deporte. "Es una escuela de vida importante e interesante por haber conocido varias culturas y varias facetas de la vida, desde cómo funcionan los patrocinadores, las federaciones, las intrigas, los entrenadores, los amigos y cómo volver a competir una vez que te has lastimado", explicó.
Pero el esquí no es lo único en la vida de Von Hohenlohe, que lanzó ocho discos sencillos como cantante bajo los seudónimos de Andy Himalaya y Royal Disastre, y que además realizó varias exposiciones como fotógrafo, inspirado en Andy Warhol.
"La música la hice cuando era más joven. Hace dos meses grabé un disco porque me gusta contar historias en tres minutos que reflejan la vida de hoy y que tocan a la gente. La fotografía es muy intuitiva y muy mía y con ella quiero compartir con el mundo situaciones que a la mejor no ha podido ver. Esa es la razón por la cual soy un paparazzi del mundo de hoy", relató.
Von Hohenlohe será el único representante de México en los Juegos de Sochi 2014, que se disputarán en el balneario ruso entre el 7 y el 23 de febrero, pero aspira a tener más compañía en el futuro.
"Es importante estar presentes en unos Juegos Olímpicos invernales, porque no hay nadie que se haya calificado, y poder dar un empujón a gente joven de probar y de tener los mismos sueños", celebró el aristócrata mexicano sobre la posibilidad de volver a una competición olímpica con 55 años.
"Es interesante saber cuánto tu cuerpo puede resistir y competir en un deporte de élite, es un poco de desafío contra la naturaleza y la edad", añadió.
El también empresario y fundador de la Federación Mexicana de Esquí explicó que su participación en una justa invernal es una motivación para los jóvenes mexicanos. "Hay que darle visibilidad a los Juegos, hay que darle visibilidad a mi participación para que otra gente se entusiasme de la idea y les vengan las ganas de hacer algo así".
Hijo del príncipe Alfonso de Hohenlohe-Langenburg y de la princesa Ira de Fürstenberg, Von Hohenlohe nació el 2 de febrero de 1959 en Ciudad de México, pero a los cuatro años de edad emigró a Europa.
"Tuve una vida interesante, plena y que me ha permitido dar inspiración a otra gente", comentó a dpa el deportista, que en Vancouver 2010 terminó en el lugar 46 en slalom y 78 en slalom gigante.
Sus inicios en el esquí se remontan, sin embargo, muy atrás. Fue el esquiador austríaco Franz Klammer, que ganó el descenso en los Juegos Olímpicos de 1976 en Innsbruck, su principal motivo de inspiración.
"Cuando le vi, dije: 'Esto me gustaría hacerlo'. Fui a conocerlo y le dije: 'Me gustaría hacer lo que usted hace'. El me respondió: 'Te regalo el traje, pero no pruebes hacer estas cosas tan difíciles porque no es para gente que no está bien entrenada'. Después de cinco o seis años estaba yo en la largada con él'", recuerdó.
Al hacer una comparación entre la música, en la que se necesitan varios minutos para expresar un sentimiento, y una carrera olímpica, que toma unos pocos segundos, el príncipe invernal concluyó: "El deporte es más un ejercicio físico y mental; lo del arte es más contar una historia, una experiencia. Esquiando no puedes contar una historia, solo probar de sacar lo mejor que tienes dentro".