Río de Janeiro, 21 ene (dpa) - La violencia policial y las precarias condiciones carcelarias constituyen los principales desafíos de Brasil en el campo de los derechos humanos, afirma un informe divulgado hoy por la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW).
En el capítulo del documento dedicado al país sudamericano, la entidad elogia algunas iniciativas del gobierno brasileño para enfrentar violaciones crónicas de derechos humanos, como la reciente creación de un Mecanismo Nacional de Combate a la Tortura.
Además, destaca las investigaciones sobre los asesinatos y torturas de presos políticos durante la dictadura militar (1964-85) realizadas por la Comisión de la Verdad y el "papel constructivo" que juega el país en las Naciones Unidas en debates sobre problemas globales de derechos humanos, como las denuncias de espionaje masivo por parte de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos.
No obstante, el informe enfatiza que persisten en Brasil problemas graves en el campo de derehos humanos, como el uso de fuerza excesiva por parte de la policía en el control de las protestas anticorrupción que sacudieron el país en junio pasado, y las "condiciones degradantes" que enfrentan los presos en comisarías y penales del país.
"La cuestión carcelaria refleja un problema crónico de negligencia del poder público. El poder público ignora la superocupación, con penales operando un 45 por ciento por encima de su capacidad y con los propios presos controlando el acceso", afirmó la directora de HWR en Brasil, Maria Laura Canineu.
En una entrevista exclusiva que publica hoy el diario "Zero Hora", la representante de HRW -que antes trabajó como asesora jurídica de la presidenta Dilma Roussef- recordó en este sentido la situación en el complejo penal de Pedrinhas, en el norteño estado de Maranhao, donde desde el año pasado 63 reclusos fueron asesinados -muchos de ellos decapitados- en el marco de una guerra entre facciones rivales.
No obstante, enfatizó que las malas condiciones carcelarias no son un problema exclusivo de Brasil: "Son un tema preocupante en varios países, incluso en los latinoamericanos, como Venezuela y México, principalmente. Pero no todos los días uno ve decapitaciones degradantes como las que se vieron en el caso de Maranhao. Uno no espera de un país como Brasil ese nivel de violación de los derechos humanos".
Según Canineu, HRW desea que Brasil pase a aplicar en su sistema carcelario las normas internacionales: "La Convención Internacional de Derechos Civiles incluye algunas normas que deben ser observadas por el país, como por ejemplo el trato humano a todos los presos, la separación de reclusos en condición provisional de los condenados definitivamente, la posibilidad de reinserción social".
Además, expresó preocupación ante la violencia de la policía brasileña y ante el uso excesivo de la fuerza en la represión a las masivas manifestaciones que estallaron durante la última Copa Confederaciones, en protesta contra los gastos millonarios del país para preparar el Mundial de fútbol y en demanda de mejores servicios públicos de educación, salud y transporte.
"Observamos con mucha preocupación el uso de la fuerza por parte de la policía en esas ocasiones", dijo Canineu, quien apuntó al mismo tiempo que esos excesos no son "una acción aislada", sino que refleja la "falta de preparación" de la policía para hacer frente a manifestaciones multitudinarias.