¿POR QUÉ LOS RICOS SON AÚN MÁS RICOS?

02/12/2011 - 12:00 am

El estudio titulado “Trends in the Distribution of Household Income Between 1979 and 2007” (Tendencias en la Distribución del Ingreso de los Hogares entre 1979 y 2007), publicado en octubre de 2011 por la Congressional Budget Office (Oficina Presupuestaria del Congreso, CBO), obtuvo –como conclusión más sobresaliente– que el hecho de que 1% de los hogares de Estados Unidos concentre los mayores ingresos del país es la causa más importante para explicar la desigualdad del ingreso en dicho país, antes y después de impuestos. El estudio comprende el periodo que va desde 1979, posterior a la crisis de 1973-1975 y la era de bonanza de posguerra, hasta 2007, previo a la crisis financiera global detonada por la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos.

En concordancia con los resultados obtenidos por la CBO, el estudio cita otras investigaciones que llegan de manera general a resultados similares; particularmente se señala a los economistas Piketty y Saez, quienes encuentran que la concentración del ingreso en Estados Unidos disminuyó dramáticamente en la era de posguerra, manteniéndose así  hasta 1975, año en el que empieza a incrementarse hasta que en 2000 alcanzó niveles de concentración previos a la Primera Guerra Mundial.

El fenómeno, que parece denotar un comportamiento cíclico, no es exclusivo de Estados Unidos. El informe cita un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que estudia la evolución del ingreso para sus 30 países miembros. Durante el periodo que inició en la segunda mitad de los ochenta hasta mediados de 2000 se concluye que “el patrón dominante es un incremento bastante generalizado de la desigualdad (en dos terceras partes de todos los países)… Los incrementos son más fuertes en Finlandia, Noruega y Suecia (considerando una base baja), así como Alemania, Italia, Nueva Zelanda y los Estados Unidos (considerando una base alta)”.

La tendencia en la concentración del ingreso, posterior a la crisis de 1973, coincide con el inicio de una fase que los economistas definen como de larga duración y de carácter descendente, explicada por el agotamiento del paradigma fordista o de producción en masa, que se acompañó del Estado de Bienestar, garantizando el consumo en masa posterior a la Gran Depresión de 1929-1933 y dando lugar a la llamada Edad de Oro del capitalismo. La contracción del ingreso estaría expresando la necesidad de reconstruir el fondo de acumulación/inversión necesario para iniciar una nueva fase de larga duración y de carácter ascendente, basada en la revolución informática y de telecomunicaciones, que no necesariamente implicará una Neo-edad de Oro del sistema económico, ello dependerá no sólo de la capacidad para generar riqueza, sino de la función del Estado en la reasignación de los recursos a través de la política económica. De acuerdo al informe aquí citado, dicha reasignación no arroja los mejores  resultados.

 

Concentración y composición del ingreso en EU

Durante el periodo de 1979 a 2007, el ingreso de los hogares en Estados Unidos creció 62%, todos los grupos considerados en el estudio y medidos en quintiles (un quintil es la quinta parte de la población, o 20%, ordenada de menor a mayor en función de alguna característica, en este caso el ingreso de los hogares; por tanto, el primer quintil se refiere a 20% de la población con ingresos más bajos y el último quintil al 20% de la población con mayores ingresos) experimentaron un crecimiento en su ingreso. No obstante, los quintiles con ingresos mayores crecieron más rápido que los ingresos de los hogares ubicados en los primeros quintiles.

Las diferencias en las dinámicas de crecimiento son bastante significativas, si consideramos que el ingreso de los hogares después de transferencias e impuestos del 20% de la población más pobre creció 18%, mientras que el ingreso de los hogares del 20% de la población con mayores ingresos, a excepción del 1% más rico, creció en 65 por ciento. El ingreso de los hogares del 1% de la población con mayores ingresos, creció en 275% en las últimas tres décadas. Para los hogares ubicados entre el 20% de la población más pobre y el 20% de la población más rica, es decir aquellos entre el 21 y 80%, el crecimiento del ingreso fue ligeramente inferior a 40 por ciento.

Como resultado de este crecimiento desigual, la participación en el ingreso total de los hogares de cada uno de los grupos o quintiles mencionados se modificó, mostrando claramente el incremento de la desigualdad y la ineficacia del efecto compensatorio de las transferencias e impuestos federales en la distribución del ingreso de los hogares. El último quintil, o el 20% con mayores ingresos, aumentó su participación al pasar del 43% del ingreso total de los hogares después de impuestos en 1979, al 53% en 2007; mientras que el 1% más rico elevó su participación del 8% en 1979 al 17% en 2007; esto es, el 1% de los hogares con mayores ingresos en Estados Unidos, capturan casi 20% del ingreso total de los hogares en ese país, y el 20% más rico concentra más de 50% de este ingreso. El resto de los quintiles, del primero al cuarto, redujeron su participación, mostrando que los ingresos de los hogares obtenidos entre 1979 y 2007 se concentraron antes y después de impuestos en el grupo de hogares más favorecido.

Pese a señalar un incremento general del ingreso de los hogares del orden de 62%, todos los grupos seleccionados experimentaron una reducción en la participación del ingreso total, a excepción del quintil más alto (highest quintil), más significativo aún el comportamiento del 1% que dobla su participación.

 

La distribución del ingreso de mercado es más desigual por definición, debido a la no intervención del Estado (ingreso de los hogares antes de transferencias e impuestos); es decir, deberíamos esperar que una vez que el Estado interviene, la distribución del ingreso sea más equitativa. Considerando el ingreso de mercado, el estudio señala que para el quintil más alto los ingresos se incrementaron de 50 a 60% –antes habíamos señalado que después de impuestos lo hizo de 43 a 53%–; la reducción, de 60 a 53%,  representa la intervención del Estado, los pagos por transferencias recibidas (seguridad social, medicare, seguro de desempleo, gasto federal en general, etcétera) menos los impuestos pagados por los hogares. No obstante, no se altera el incremento de la participación de 10 puntos  porcentuales en ambos casos. Para el resto de los quintiles o grupos de hogares, la participación disminuyó, antes y después de impuestos,  lo que nos muestra que si bien la política fiscal afectó ligeramente la distribución, no resolvió la inercia a la concentración que se refleja en el cambio de composición del ingreso total de los hogares después de impuestos.

El estudio explica que la concentración del ingreso, y por consecuencia la distribución desigual del mismo, se debe a que en el periodo estudiado todas las fuentes de ingreso (ingresos de trabajo –sueldos, salarios y otras compensaciones– ingresos netos de las empresas, ganancias de capital e  ingresos de capital, y otras fuentes) se concentraron, alterando con ello la composición del ingreso en favor del quintil más alto, específicamente el 1% de  la población con  mayores ingresos.

 

Las fuentes de ingreso de los hogares en Estados Unidos se concentraron en orden decreciente como sigue: ganancias de capital, ingreso de capital, ingreso neto de las empresas e ingresos del trabajo. Es decir, las fuentes de ingreso de los hogares aumentaron, de ahí que el ingreso de todos los quintiles –como lo señalamos al principio– aumentó. Pero dicho aumento mostró comportamientos desiguales para cada una de dichas fuentes, mientras que las ganancias fueron el ingreso más concentrado, del que participaron un menor número de hogares; el ingreso por trabajo fue el menos concentrado, participaron de éste un mayor número de hogares.

 

El ingreso del 1 por ciento

El rápido crecimiento del ingreso de mercado para el 1% de los hogares con el ingreso más alto fue el factor principal que explicó el crecimiento de la desigualdad del ingreso de los hogares en Estados Unidos entre 1979 y 2007. El ingreso real medio de mercado para el grupo con ingresos más altos casi se triplicó durante el periodo (crecimiento de 275%), como resultado de este crecimiento desigual, la participación porcentual en el ingreso de mercado proveniente del 1% creció más del doble en el periodo señalado. El estudio asegura que sin el crecimiento del ingreso experimentado por este grupo de hogares, la desigualdad hubiera crecido, pero no en los niveles alcanzados, dado que, como expusimos al inicio, mientras que el crecimiento porcentual del ingreso de los hogares después de impuestos del 1% creció en 275%, el resto del quintil más rico, del 81 al 99%, sólo lo hizo en 65 por ciento.

La CBO argumenta que las razones de este crecimiento desigual no están bien definidas. Diversos investigadores ofrecen multiplicidad de causas que ubican a las innovaciones tecnológicas como perturbadoras del mercado de trabajo, generando brechas entre los segmentos de trabajadores, que ha conformado un “Top de Estrellas“ con sueldos millonarios. Se alegan, por otro lado, cambios en la gobernabilidad y estructura en las compensaciones ejecutivas, el incremento en el tamaño y la complejidad de las firmas y el incremento en la escala de las actividades financieras. En relación a estas múltiples causas las tesis más sobresalientes son:

1. La composición del ingreso del 1% de la población más rica se modificó en favor de los ingresos de trabajo e ingreso neto de las empresas, mientras que el ingreso de capital se redujo. El análisis destaca que este hecho es consistente con una tendencia observada a lo largo de todo el siglo XX, en la que se advierte que los ingresos del trabajo fueron incrementando su importancia en los hogares con mayores ingresos. El crecimiento de superestrellas en diferentes ámbitos, destaca conocimientos y características únicas, ofertando servicios que se revaloran frente a los cambios tecnológicos que incrementan los canales de difusión y alcance, a una audiencia cada vez mayor.

2. Otro grupo de investigadores explica el crecimiento del 1% por los grandes pagos que reciben los ejecutivos de las empresas, como resultado del crecimiento de las firmas. Se afirma que el tamaño y la complejidad de la firma aumentan la importancia de los ejecutivos en la toma de decisiones, las grandes compensaciones reflejan la competencia por encontrar y conservar a los más capacitados en el mercado.  Por otro lado, el aumento de los ingresos también se explica por las compensaciones por medio de acciones y diversos activos financieros, que incrementaron su valor antes de la crisis de 2007.

3. Una tercera explicación se centra en los  profesionales de las finanzas y el derecho. De acuerdo con el estudio realizado por Kaplan and Rauh, “Wall Street and Main Street: What contributes to the rise in the highest income” (Wall Street and Main Street: Qué contribuye al incremento de los ingresos más altos), los cambios técnicos han revalorado ciertas habilidades profesionales frente al crecimiento de las actividades financieras y empresariales. El nuevo paradigma económico basado en la informática facilitó la evolución del sistema financiero creando un sinnúmero de nuevos instrumentos, al mismo tiempo abrió la posibilidad aún no agotada de crecimiento empresarial, que acompañada de la apertura económica que caracteriza a la globalización, tiene como límite el globo. No obstante, la curva de aprendizaje para enfrentar los nuevos desafíos sigue en ciernes, sobre todo si consideramos las tres décadas anteriores, ello incrementó el valor de los profesionales capaces de proveer los nuevos conocimientos para entender las nuevas realidades, profesionales escasos en un mercado creciente.

4. La cuarta tesis presentada por la CBO explica que el aumento en la participación del 1% de los hogares más ricos en el ingreso se debe al incremento en el precio de los activos en el mercado financiero y, posiblemente, por la evolución del sector empresarial y el espíritu empresarial, más allá de las teorías de superestrellas o la revalorización de ciertas habilidades ante el cambio tecnológico. Ejecutivos, gerentes, supervisores y profesionales financieros representaron 60% del aumento en los ingresos obtenidos por el percentil (1%) más alto de la distribución del ingreso entre 1979 y 2005.

5. La quinta tesis presentada en el informe sugiere que la complejidad del sector financiero ha demandado nuevas habilidades de la fuerza de trabajo, esto ha producido una brecha creciente desde 1990 entre las remuneraciones de los trabajadores del sector financiero y el resto de la economía. Los autores Philippo y Reshef creen que la desregulación financiera, las actividades empresariales y el crédito de riesgo, son los factores que explican la brecha entre remuneraciones; no obstante, el estudio no se centra en los ingresos más altos, es por ello que la CBO no puede determinar hasta qué punto dichos factores explicaron el crecimiento del 1 por ciento.

6. La última explicación argumenta que el crecimiento en la conversión de las corporaciones C (símil de la sociedad anónima por acciones) en corporaciones S (sociedad de responsabilidad limitada) ha contribuido al rápido crecimiento del ingreso en los hogares con mayores ingresos. Las corporaciones S están obligadas a entregar la totalidad de sus beneficios a sus accionistas en el año en que estos fueron generados, son los accionistas quienes pagan impuestos, no la corporación. En el caso de las corporaciones C, este requisito no es solicitado. Este fenómeno, la inyección de ingresos a los accionistas de corporaciones S, puede ser un factor contribuyente para explicar los ingresos de mercado del 1%, que provendría de aumentos en las ganancias y no de salarios y  remuneraciones.

 

Impuestos y transferencias en la desigualdad del ingreso

Considerando que tanto las transferencias como los impuestos son progresivos en Estados Unidos, la distribución del ingreso de los hogares después de impuestos es más equitativa que la distribución del ingreso de mercado. Sin embargo, este efecto fue más pequeño en 2007 que en 1979. El efecto compensatorio de las transferencias depende de su tamaño relativo al ingreso de mercado y su distribución a lo largo de la escala de ingreso. El tamaño de las transferencias aumentó en una pequeña cantidad en el periodo de estudio, y su distribución cambió, ¡moviéndose desde los hogares con ingresos bajos hacia los hogares con ingresos más altos¡ En 1979, los hogares en el quintil más pobre recibían más de 50% del pago de transferencias, en 2007 dicho porcentaje disminuyó a 35 por ciento. Este cambio refleja el crecimiento del gasto en programas orientados a la población de edad avanzada (como seguridad social y medicare) en los que los beneficios no se limitan a los hogares de bajos ingresos, favoreciendo a los quintiles superiores, conformados generalmente por personas de edad avanzada sin dependientes económicos.

De la misma forma, el efecto compensación de los impuestos federales depende de la cantidad de impuestos relativos al ingreso de mercado (la tasa promedio) y la distribución de estos a través de la escala de ingresos. Durante el periodo de 1979-2007, la tasa real promedio de los ingresos del gobierno federal cayó por una pequeña cantidad; en la composición de los ingresos federales, los impuestos sobre nómina, menos progresivos, desplazaron a los ingresos sobre la renta, considerados más progresivos.

 

¿Por qué los ricos se hicieron más ricos?

El incremento en la concentración del ingreso es una tendencia natural del sistema económico. Si dividimos el ingreso de la población en ingresos del trabajo y el resto de los ingresos (ganancias, ingreso de capital, ingreso neto de las empresas, etcétera) veremos que existe un proceso perenne de concentración; los ingresos de las empresas, además el retorno de las inversiones y los dividendos de los activos, son afectados, al igual que el ingreso de los trabajadores, por el cambio tecnológico y la competencia.

Para los primeros,  los diversos ingreso de la actividad empresarial, el cambio tecnológico modifica las condiciones materiales en las que se produce, se distribuye y se consume, alterando la lógica de los negocios. La competencia entre los jugadores por captar la mayor proporción de ingresos ocasiona con el tiempo quiebras, fusiones, adquisiciones, etc., sobre todo en contextos de crisis, estancamientos y dinámicas de crecimiento ralentizadas; además la concentración de las empresas complejiza la estructura de éstas, hasta que hoy en día tenemos grandes corporaciones globales con control de actividades alrededor del mundo participando en diversas industrias. Por otro lado, como lo sostenía la tesis número tres citada en el estudio de la CBO, el cambio tecnológico modifica las habilidades demandadas de la fuerza de trabajo, ¿quién necesita en estos tiempos una secretaria que sólo opere una máquina de escribir y sea una experta en caligrafía?

Los nuevos conocimientos obtenidos por nuevas generaciones desplazan a generaciones de trabajadores pasadas, explicando un nivel de competencia intergeneracional, otro nivel de competencia se da entre los nuevos trabajadores (intra-generacional) que observan, gracias al desarrollo tecnológico y al incremento de la productividad, que los espacios y los ingresos de trabajo se reducen relativamente, en segmentos que se hiper-especializan.

La dinámica descrita expresa en cierto nivel la forma en la que la riqueza es creada por este sistema económico. La tecnología y competencia, son elementos fundamentales del crecimiento, y derivan como tendencia general en la concentración del ingreso. No obstante, el ingreso derivado de la actividad económica, no sólo es distribuido por la acción de los elementos señalados, el ingreso de mercado es sometido a afectaciones por medio de las transferencias, los impuestos y el destino del gasto público, estos elementos ejecutados por el Estado, tienen como objetivo, en teoría, contrarrestar la tendencia a la concentración antes descrita. ¿Falló el Estado norteamericano en su tarea en el periodo que analiza la CBO?

Es un hecho que el sistema económico generó ingresos: el ingreso de los hogares en Estados Unidos creció 62% en el periodo de 1979 a 2007; no obstante, como describe el estudio, las acciones fiscales dejaron de ejecutar el gasto focalizándose en los grupos de hogares menos favorecidos, al mismo tiempo que la progresividad de los impuestos –es decir, los impuestos crecen en función del crecimiento del ingreso– disminuyó, se desplazaron los ingresos sobre la renta, por los ingresos sobre nómina. ¿Qué es lo que se pretende con acciones como éstas? En teoría, impulsar la inversión y el ahorro por encima del gasto de los hogares, cuando se beneficia el ingreso disminuyendo el impuesto sobre la renta, se supone que se eliminan las inhibiciones para que estos ingresos crezcan, al crecer, supondríamos que serían ahorrados para proveer de fondos de inversión, o bien, invertidos directamente, pero nada garantiza que esto sea así.

El crecimiento sin precedentes del sistema financiero, durante el periodo de análisis, garantizó por un tiempo, altos ingresos de corto plazo que inhibieron las inversiones productivas (acumulación de capital) a pesar de las bajas tasas de interés. La concentración de los ingresos parece haberse destinado a la especulación, que terminó sus días felices con la crisis de 2007, dejando tras de sí desigualdad, deuda y estancamiento económico. La apuesta no funcionó.

Sin embargo, siguiendo al Nobel de Economía Paul Krugman, quizá haya algo bueno que sacar de todo esto, para atenuar el déficit público de Estados Unidos: “¡Gravemos a los ricos y las transacciones financieras¡”. Aunque parece una salida tonta, como muchos de los lectores del economista han señalado, la respuesta de Krugman contiene un argumento que valdría la pena meditar. “Amigos, estamos viviendo en el pasado. Hubo un tiempo en el que Estados Unidos era una nación de clase media, en el que la super-élite de ingresos no era gran cosa. Pero eso era otro país”. Los individuos con altos ingresos se han convertido en una super-elite con ingresos combinados de un millón de millones de dólares, de modo que “no sería difícil diseñar impuestos que aportarían una cantidad significativa de ingresos provenientes de los super altos ingresos individuales”, afirma el economista, quien calculó, usando los datos del informe de la CBO, que un tasa impositiva a los  ingresos altos por encima del 35% actual, en niveles de los ochenta; por ejemplo, podría reducir el déficit en un millón de millones de dólares en una década, de los 15 millones de millones actuales. Bastante significativo, si consideramos que sólo es el 1% de los hogares los que aportarían dicha cantidad.

La deuda, la crisis y la desigualdad en los Estados Unidos no es un buen caldo de cultivo para las expectativas políticas de Barack Obama en 2012, una vez que la consigna del movimiento Occupy Wall Street se ha demostrado. Podríamos esperar que la contradicción se repita y los electores estadounidenses, como lo hicieron los españoles, lleven a la oposición conservadora al poder; en este sentido, no se esperaría un cambio en la estrategia fiscal, solidificando la tendencia en la desigualdad hasta nuevo aviso, aunque la sorpresa siempre es posible, después de todo la política económica, sobre todo en momentos de crisis, no entiende de ideologías sino de pragmatismos.

 

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