EPN abandona al campo y a la cultura en su primer año de gobierno; les da presupuesto, pero no tiene proyectos

03/01/2014 - 12:05 am

Ciudad de México, 3 de enero (SinEmbargo).- El 2013 transcurrió sin que el Presidente Enrique Peña Nieto definiera la política que regirá dos ámbitos que él mismo ha señalado como piedras angulares de otras de sus metas: el campo y la cultura.

Si se siguen los discursos que el primer mandatario pronunció el año pasado, el agro nacional será el punto nodal de la Reforma Financiera cuando se facilite el acceso al crédito para los pequeños productores; en tanto que la cultura servirá como esencia del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, el cual fue presentado en febrero.

Pero ninguno de estos ámbitos cuenta con programas de acción, lo que no impidió un aumento en sus presupuestos para este año con respecto al que apenas terminó. El agropecuario –que consolidará los gastos de 13 secretarías, los tribunales agrarios y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en el denominado Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable (PEC)- contará con 326 mil millones de pesos, 3.9 por ciento más. Es un aumento que fue aprobado pese al subejercicio de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en el primer semestre de 2013. Esta dependencia dejó de ejercer en inversión física 5 mil 15.1 millones de pesos, entre enero y septiembre, según la Secretaría de Hacienda.

El sector cultural, por su parte, tendrá un aumento de 3.4 por ciento, lo que equivale a más de 600 millones de pesos, con un monto total de 18 mil 347 millones de pesos. De acuerdo con el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, en reunión de trabajo con la Comisión de Cultura y Cinematografía, en septiembre pasado; ese organismo no incurrió en subejercicio y por el contrario, aún no se han pagado 162 proyectos.

EL AGRO

Las lluvias de septiembre pasado dejaron graves inundaciones en el agro. Foto: Cuartoscuro
Las lluvias de septiembre pasado dejaron graves inundaciones en el agro. Foto: Cuartoscuro

Agonizante. Suspendido en el milagro del temporal. Sin esperanzas de salir de una prolongada sequía. En crisis. Así recibió el Presidente Enrique Peña Nieto al campo mexicano.

En 2012, el año de la campaña, la migración de los campesinos por miedo al flagelo de la violencia y la corrupción en el reparto de los programas de subsidios como Procampo ya eran las respuestas más socorridas ante la pregunta: ¿Por qué está detenida la productividad del campo mexicano? Sin embargo, el entonces candidato no dio a conocer cómo pensaba hacerle frente a este panorama de desolación y sobre ello, tampoco recibió muchas preguntas.

El 4 de marzo, Peña Nieto asistió al primer evento de su gobierno relacionado con el sector agropecuario, en Sinaloa. Ahí, tuvo que escuchar del líder de la Liga de Comunidades Agrarias, Germán Escobar Manjarrez, que por lo menos ese estado ya no iba a resistir más. El agricultor  –fuera del discurso que llevaba escrito- le pidió al primer mandatario que detuviera el acaparamiento de maíz. Le hizo ver que Sinaloa ya no era el generoso granero que fue hasta entrado este siglo y que había una crisis.

Pero el Presidente no le contestó nada. Sin especificar acciones, Peña Nieto indicó que refrendaba el compromiso del gobierno federal para la modernización y tecnificación del campo sinaloense. Después, el sector no volvió a ser tema de los discursos de Peña Nieto. Y aunque la siembra de maíz en Sinaloa quedó inundada por los huracanes “Ingrid” y “Manuel” de septiembre, Peña Nieto sólo dijo que había llegado un alivio de la sequía que en los dos últimos años había azotado al país.

Al finalizar el primer semestre de 2013, el desplome ya era evidente: el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario fue sólo de 0.4 por ciento, inferior al de por sí bajo crecimiento promedio de 1.8 de los dos gobiernos de la alternancia del PAN (2001-2012), según datos del Inegi. En octubre, la representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dio a conocer que el crecimiento agropecuario observado en México estaba por debajo al de los países latinoamericanos, cuya media es de 2.5 por ciento.

A la par de la falta de políticas, la resistencia de campesinos creció en todo el territorio nacional. El año amanece con luchas en contra de los megaproyectos mineros, eólicos e hidráulicos, al tiempo que ocurren movilizaciones de productores de café, caña de azúcar y granos básicos por la caída de los precios. Pese a todos los pesares, el Presidente Enrique Peña Nieto se guardó la definición de su política para el agro nacional.

Sobre el campo está la espera. En noviembre, en un hotel de Polanco, durante la entrega del Premio Nacional Agroalimentario, el primer mandatario anunció que enviaría al Congreso de la Unión en 2014 una iniciativa a través de la cual, se realizaría “una gran reforma” del campo mexicano. Uno de los anuncios destacables fue la transformación de Procampo en un programa denominado Proagro Productivo. En la primera semana de enero, en Veracruz, se conmemorará el 99 aniversario de la Ley Agraria, un acto público que puede ser idóneo para que Peña Nieto defina cómo realizará este cambio.

¿Y LA CULTURA?

El Conaculta no sólo carece de programa; sino que está atenido al del ex Presidente panista, Felipe Calderón Hinojosa, pues en el sitio aún aparece el plan 2007-2012. Foto: Cuartoscuro
El Conaculta no sólo carece de programa; sino que está atenido al del ex Presidente panista, Felipe Calderón Hinojosa, pues en el sitio aún aparece el plan 2007-2012. Foto: Cuartoscuro

La aportación de contenidos culturales para la creación de un programa de prevención del delito y el aprovechamiento de las bandas anchas en materia de telecomunicaciones fueron los aspectos más importantes del discurso del presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, al tomar posesión, en diciembre de 2012.

Que la Cultura sería parte medular para inhibir la delincuencia fue refrendado por Peña Nieto en febrero, cuando presentó el plan de acción encaminado a ello. Pero fue la Cultura la que se quedó sin programa. Y el discurso de Tovar y de Teresa se convirtió en la única pieza que dio luces sobre los planes del gobierno peñanietista para este sector. Del propio Presidente no se obtuvo mucho. El Plan Nacional de Desarrollo, el documento que rige y marca la impronta del Presidente, apenas si se refiere a este ámbito en un apartado de seis párrafos en el que también se incluye al Deporte y en la línea discursiva del Presidente el tema no fue nada relevante.

De hecho, en su primer informe de gobierno del 1 de septiembre, ni si siquiera lo mencionó. Si se siguieran los parámetros de la ética de la Transparencia y Rendición de Cuentas que indica que las páginas cibernéticas son el espejo de los organismos gubernamentales, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes no sólo carece de programa; sino que está atenido al del ex Presidente panista, Felipe Calderón Hinojosa, pues en el sitio aún aparece el plan 2007-2012.

Diciembre de 2013 llegó sin el programa de trabajo para las decenas de instituciones culturales y pese a la ausencia, Peña Nieto se presentó en la entrega del Premio Nacional de Ciencias y Artes, un galardón instaurado en 1945 por la Presidencia de la República y que le otorga reconocimiento a los intelectuales con aportaciones al desarrollo cultural, científico y tecnológico del país.

Ese acto ocurrió pocas horas después de que el Senado de la República aprobara la minuta de la Reforma Energética. Fue el momento en que integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se manifestaba desde la Avenida Reforma –donde se encuentra la Cámara Alta- hasta San Lázaro, el sitio de la alta. Y en ese ambiente, el sociólogo Roger Bartra tomó el micrófono y habló por los hombres de Artes y Ciencias reunidos en Palacio Nacional. Le dijo a Peña Nieto que los impulsos reformistas se quedaron cortos en algunos casos y en otros, se excedieron. Con la mirada hacia Peña Nieto quien lo escuchaba con la cabeza en alto, Bartra exclamó: “No sólo de reformas viven los mexicanos”.

En total, el Presidente ha acudido hasta ahora, a tres actos con intelectuales. El primero fue con motivo del 70 aniversario de El Colegio Nacional, el 28 de octubre, días antes de que cumpliera un año de gestión, y dos durante diciembre: uno fue la entrega del Premio Nacional de Ciencias y Artes y el otro, la inauguración de la exposición “Mayas: revelación de un tiempo sin fin”.

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