Por Marco Antonio Martínez y Alejandro Ruiz
Ciudad de México, 1 de enero (SinEmbargo/dpa).– Hace 20 años, el 1 de enero de 1994 miles de indígenas de Chiapas, cansados de la marginación y el abandono de centenares de años, se levantaron bajo el mando del “Subcomandante Marcos”.
Mientras los soldados celebraban en su cuartel la llegada del Año Nuevo los rebeldes, armados con viejos rifles, escopetas hechas de palo y una que otra arma de alto poder en manos de los altos mandos, declararon la guerra en nombre del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
“Nosotros, hombres y mujeres íntegros y libres, estamos conscientes de que la guerra que declaramos es una medida última pero justa”, manifestaban en un comunicado firmado por la Comandancia General del EZLN.
Ataviados con pantalón verde, casaca café, con los rostros cubiertos con paliacates o pasamontañas, aquella madrugada del 1 de enero los rebeldes zapatistas dijeron “Ya basta” mediante la Primera Declaración de la Selva Lacandona.
Ante la incredulidad de la población que recibía el Año Nuevo, tomaron por asalto los municipios de Las Margaritas, Ocosingo, Altamirano y San Cristóbal de Las Casas. En este último los residentes y turistas nacionales y extranjeros que festejaban en las calles vieron pasar a cientos de zapatistas gritar arengas. Creyeron que se trataba de un espectáculo propio de la celebración, por lo que les aplaudieron y vitorearon.
Los rebeldes sometieron a decenas de policías. Otros comandos liberaron a cientos de indígenas que estaban recluidos en las prisiones. Tomaron como prisionero de guerra al ex Gobernador Absalón Castellanos Domínguez, a quien liberaron a mediados de febrero de ese año.
Los combates entre rebeldes del EZLN y fuerzas regulares duraron los primeros 12 días de enero de 1994. Los más cruentos ocurrieron en Ocosingo.
Decenas de cadáveres de indígenas y militares quedaron tirados en caminos, montañas, en calles de Altamirano, de San Cristóbal y en el mercado de Ocosingo.
El 21 de febrero de 1994 comenzó un proceso de diálogo en la catedral de San Cristóbal de Las Casas entre el gobierno y la guerrilla, donde el mediador fue el Obispo de San Cristóbal de las Casas, el fallecido Samuel Ruiz. El proceso, que atrajo la atención de los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales, concluyó en los primeros días de marzo y no llevó a resultados.
En abril de 1995 se iniciaron los diálogos de paz en San Andrés Larráinzar y tras diez meses de intensas y ríspidas negociaciones, el 16 de febrero de 1996 el EZLN y el gobierno firmaron un acuerdo sobre derechos y cultura indígena, que reconocía el derecho de las comunidades a la autonomía.
Fue apenas en 2001 cuando la iniciativa fue finalmente enviada al Congreso por el Presidente Vicente Fox Quesada, pero se aprobó una versión diluida y el EZLN suspendió todo contacto con el gobierno, estatus que se mantiene al cumplirse 20 años de iniciado el conflicto.
Fue así también cómo quedó al descubierto la incapacidad de Fox de cumplir su promesa hecha como candidato presidencial de que en 15 minutos resolvería el tema de Chiapas.
Los zapatistas siguieron adelante, por su cuenta, con sus planes de autonomía con la creación de cinco "caracoles", sedes de las "juntas de buen gobierno" de las comunidades autónomas zapatistas.
A dos décadas de su alzamiento los rebeldes zapatistas celebrarán este 1 de enero en sus cinco "caracoles" y lo harán con una fiesta que estará "abierta a todos, menos a la prensa", según anunció en un comunicado el “Subcomandante Moisés”.
FIN DE FIESTA SALINISTA
La aparición del EZLN fue un balde de agua fría para el gobierno federal, encabezado entonces por el Presidente Carlos Salinas de Gortari, que promovía como uno de sus mayores logros la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que convertía a México en socio comercial de sus dos poderosos vecinos del norte, Estados Unidos y Canadá.
El TLCAN entró en vigor el mismo día que el EZLN le declaró la guerra al gobierno mexicano.
"El zapatismo provocó una gran fractura al proceso de fantasía que se estaba llevando a cabo al creer que México entraba al primer mundo con el TLC", dice Gonzalo Ituarte, quién integró la extinta Comisión Nacional de Intermediación entre el gobierno y la guerrilla.
Empero, desde mayo de 1993 se registraron incursiones del Ejército mexicano en Los Altos de Chiapas, en busca de grupos guerrilleros. La irrupción el 1 de enero de 1994 resultó sorpresiva porque los servicios de inteligencia desestimaron la determinación del EZLN.
La entrada del Ejército Zapatista en la escena nacional también modificó la agenda política de aquel año de elecciones presidenciales y que a la postre resultó ser turbulento.
Le dio protagonismo a quien fuera precandidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el ahora Senador perredista Manuel Camacho Solís, quien a inicios de 1994 fue designado por el Presidente Salinas como Comisionado para la Paz en Chiapas, en detrimento del candidato, Luis Donaldo Colosio, quien el 23 de marzo fue asesinado, crimen cuya autoría aún no queda aclarada.
Pero quizá el mayor aporte del EZLN fue dejar al descubierto la situación de marginación y pobreza padecida por los indígenas.
“Antes de 1994 la situación era de absoluta marginación. Los más empobrecidos e ignorados eran ellos y lo mejor que se les podía ofrecer es que dejaran de ser indígenas, que abandonaran sus lenguas, costumbres, tradiciones y con el EZ hubo una forma de resistencia, era mostrar la diversidad y orgullo de que fueran pueblos indígenas con sus propias costumbres y tradiciones. Dejaron de ser sujetos de caridad, de decir ‘ay pobres inditos hay que darles caridad, despensas’. Si ahora están en situación de empobrecimiento es porque la política ha decidido mantenerlos en marginación y mantener el uso de recursos naturales contra ellos”, dice Edgar Cortez, investigador del Centro Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.
Gracias al movimiento del EZLN los pueblos indígenas son más visibles cuando se resisten a proyectos económicos que afectan negativamente a sus comunidades, agrega el ex director del Centro Pro de Derechos Humanos.
“Una cosa que ellos sí aportaron a los pueblos indígenas es que asumieran por ellos mismos el trabajo en favor de sus derechos y ahí se inscriben las policías comunitarias, los procesos locales con democracia directa, la lucha de los Yaquis por defender su agua, muchos de sus movimientos se nutrieron e inspiraron por el movimiento zapatista, y entonces reivindican sus derechos, su lugar, lo que quieren y eso es una contribución de los zapatistas”, dice Cortez.
SIMPATÍA MUNDIAL
“Es territorio zapatista, es Chiapas, es México, es Latinoamérica, es la Tierra. Y es diciembre del 2013, hace frío como hace 20 años, y, como entonces, hoy una bandera nos cobija: la de la rebeldía”, escribió en un comunicado fechado el 28 de diciembre de 2013 el “SupMarcos”.
El movimiento indígena llamó la atención a nivel mundial y recibió el apoyo moral de organizaciones de muchos países y de México. Su popularidad se debió a la habilidad y el carisma de su jefe militar y vocero, el “Subcomandante Marcos”, para comunicar “desde las Montañas del Sureste de México” las demandas de los indígenas del sureste de México.
Enfundado en su uniforme, con sus desgastadas botas, paliacate, boina y su tradicional pipa, sin faltarle su metralleta y la pistola al cinto, el moderno líder guerrillero, que desde hace cinco años no aparece en público, se convirtió en un ícono.
Su atracción mediática apenas se vio raspada cuando en febrero de 1995 el entonces Presidente Ernesto Zedillo develó que detrás de esos ojos verdes que cautivaban a mujeres simpatizantes de su movimiento, estaba Rafael Sebastián Guillén Vicente, originario de Tamaulipas, egresado de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ex catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Tampoco hicieron mucha mella en él las acusaciones formuladas por distintos gobiernos de que recibía millones de dólares de donaciones enviadas por organizaciones extranjeras, y que se ignoraba su destino.
Aunque se retiró hace cinco años del envío continuo de comunicados, a punto de cumplir las dos décadas de su movimiento ha vuelto a emplear su pluma para criticar a la clase política, entre quienes está el Presidente Enrique Peña Nieto, al referirse sobre lo que debería decir la biografía del mandatario.
“Enrique Peña Nieto será un presidente culto e inteligente (“bueno, es ignorante y tonto pero hábil”, es el nuevo perfil que se le construye en los corrillos de analistas políticos), y no un analfabeto funcional (ni modo, como dice el proverbio popular: “lo que natura no da, Monex no lo compra”)…?”.
LOS RETOS
El retiro de Marcos de la escena pública se dio para no concentrar liderazgos sólo en torno suyo, observa Cortez.
“Ciertamente el discurso de Marcos es que no querían reproducir liderazgos por encima del movimiento y con esta menor presencia de Marcos la voz de los pueblos tiene el reto de que se mantenga presente” dice.
Otro reto para el EZLN es la marginación y pobreza que aún prevalece en las zonas zapatistas. Las comunidades rebeldes avanzaron en la construcción de gobiernos autónomos y los analistas afirman que el movimiento zapatista contribuyó a generar una transformación en México.
"Siguen existiendo sectores del país oprimidos y marginados, pero los indígenas de México nunca volverán a estar como antes de 1994", dice en entrevista Ituarte.
“El movimiento zapatista generó una dinámica en los pueblos indios del país que alteró y cambió la realidad” en cuanto a su desarrollo económico, la conciencia nacional sobre el tema indígena y en las leyes, afirma.
Sin embargo, según el sociólogo Daniel Villafuerte, del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica, la lucha zapatista no ha valido la pena porque las cifras oficiales indican que los indígenas siguen igual o peor de marginados y empobrecidos.
"Se movió todo durante estos 20 años pero no cambió la condición de vida de muchísima gente en Chiapas", señala.
Es algo innegable, admite por su parte Cortez.
“Respecto al cambio siguen viviendo una situación de pobreza y marginación enfrentada de otra manera, pero están exigiendo tener lugar en las decisiones, contar con la palabra decisiva de cómo hacerlo y no están esperando migajas, sino ser tratados como personas que tienen derechos”.
En los últimos 13 años, los rebeldes entraron en una fase de reconversión de su condición original militar a una de organización civil, política y territorial, afirma Villafuerte.
Para Gerardo González, investigador del Colegio de la Frontera Sur, el EZLN está en una fase de transición con un cambio generacional, de mandos y de nuevos cuadros y su silencio actual interrumpido apenas este mes dice mucho. En su opinión los rebeldes zapatistas sí viven mejor que antes, gracias a su proceso de autonomía.
PIDEN RETOMAR EL DIÁLOGO
Apenas el 30 de diciembre el Obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi pidió al gobierno federal y al EZLN retomar el diálogo suspendido en 1996 para plasmar en la Constitución los derechos de los “pueblos originarios”.
Expuso que la autonomía zapatista ha dividido a las comunidades, y a quienes están de acuerdo en recibir ayuda gubernamental se les excluye. La consecuencia es que hay una menor militancia zapatista en los municipios de dominio zapatista, como es Guadalupe Tepeyac. “Prácticamente todos eran zapatistas y ahora muchas familias no lo son”.
Agregó que en el ejido Morelia ya no hay muchos y en la Garrucha están divididos.
“Muchos allí se hicieron protestantes para salirse de la organización; en Roberto Barrios están muy divididos, pero en San Andrés Larráinzar sí tienen presencia”, aseguró.
Entre los logros de los zapatistas es que hay más escuelas, clínicas y carreteras y más alumnos indígenas en las universidades, aseguró el representante católico, sucesor del querido Samuel Ruiz.
TENSIÓN EN LAS MONTAÑAS
De acuerdo con el centro de derechos humanos Fray Bartolomé de las Casas desde hace tres años grupos partidistas han atentado y agredido a la autonomía zapatista de la comunidad de San Marcos Avilés del municipio de Chilón.
Según un comunicado del 26 de diciembre del año pasado, las agresiones han sido dirigidas contra el proyecto de educación y son orquestados por funcionarios del municipio y del gobierno estatal encabezado por el verde ecologista Manuel Velasco Coello.
Las más recientes agresiones se registraron en diciembre de 2013 luego del robo de 200 matas de café, del cual las Bases de Apoyo del EZLN (BAEZLN) hicieron responsable a dos militantes priístas, Juan Pérez Cruz y su esposa María Elena Cruz. Según el comunicado del Centro de Derechos Humanos, Pérez Cruz le avisó a un BAEZLN que su casa ya no le pertenecía.
-Te vine a avisar que tu cafetal ya no te pertenece, ya es mío, porque tú no pagas el impuesto predial, ya no vayas a volver a tu cafetal y a tu milpa, porque si no, allí te voy a matar con machete- lo amenazó.
Las BAEZLN dieron a conocer en un comunicado, reproducido por el Fray Bartolomé de las Casas, que su paciencia se les agotaba.
“Hoy decimos ¡ya basta! de todos los males que nos están haciendo, ahora por acuerdo de los bases de apoyo de la comunidad de San Marcos Avilés decimos que ha llegado el momento de defendernos cueste lo que cueste, pase lo que pase y a como dé lugar nos vamos a defender y ya no vamos a permitir que nos estén faltando el respeto y negando el derecho a vivir en nuestra propia comunidad (...) A partir de estos momentos todo lo que vaya a pasar en la comunidad de San Marcos Avilés lo responsabilizamos a los tres niveles de gobierno oficial por no haber hecho caso del asunto (…)”.
Empero, las agresiones a las BAEZLN han continuado, denunció el Fray Bartolomé de las Casas.