Ciudad de México, 29 de diciembre (SinEmbargo).– Un aspecto cotidiano y de rutina, tiene en vilo a la organización de Brasil 2014. Unas goteras en el Estadio Nacional de Brasilia han vuelto a levantar las suspicacias sobre si el país sudamericano está verdaderamente listo para albergar la justa deportiva más esperada del año. A ocho meses de ser finalizado, el inmueble bautizado como el gran Mane Garrincha, presenta imperfectos que son inaceptables para lo que solicita la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA). Con un coste de 365 millones de dólares en su remodelación, la lluvia ha desnudado otro suceso trágico para el comité organizador.
Hace menos de un año, Ronaldo, histórico goleador en las Copas del Mundo, visitó las instalaciones del inmueble con una sonrisa esplendorosa acompañado de miembros de la organización, así como dirigentes de la compañía encargada de las remodelaciones. Con la presencia de los medios de comunicación, el gran arco que luce majestuoso por encima de la grada, hizo su labor poniendo majestuosidad al recinto de la capital administrativa de Brasil que será una de las joyas más valiosas durante el próximo verano intenso con la pelota rodando bajo el impulso pasional de la grada. Esa que hace unos días, se inundó.
La parte baja de las butacas remodeladas terminó llena de agua en el partido amistoso entre las selecciones femeninas de Chile y Brasil que disputaron un amistoso. Secopa, organización gubernamental que opera al estadio, ha exigido explicaciones a los encargados de los trabajos. Con una capacidad para 73 mil personas, se espera que los daños sean corregidos, sabiendo que los plazos puestos por la FIFA no se cumplirán. El verano pasado, la Copa Confederaciones se inauguró en ese lugar con el partido entre Brasil y Japón, además de que se han realizado eventos de entretenimiento y otros cotejos de la liga local.
La información sobre la supuesta inundación de la zona de butacas fue dada por la prensa que acudió al partido, pero minimizada por la Secopa al considerar que “debido a que es un estadio nuevo, grandioso y complejo, algunos puntos están siendo corregidos y controlados, pero no hay nada que comprometa el funcionamiento del estadio o la posibilidad de que albergue eventos”, explicaron en un comunicado. Se albergarán seis partidos de la Copa del Mundo, teniendo los más importantes uno de cuartos de final y en el que se disputará el tercer lugar. Mientras todo eso sucede, la opinión pública sigue haciéndose constantes cuestionamientos sobre lo acontecido los últimos meses.
Cinco personas han fallecido en la construcción de las 12 sedes. El desplome del techo en el estadio del Corinthians, provocó la alarma en el Comité Organizador con la presión de la FIFA latente. Con el alto costo de las construcciones y las remodelaciones, las protestas que se vieron durante la Confederaciones podrían aparecerse el próximo verano para sorpresa del mundo. Un país entregado a todo lo que provoca una pelota, se ha levantado crítico de lo que funcionarios hacen con parte de dinero público. “Necesitamos hospitales, no estadios”, decía en una de las miles de pancartas. Las goteras, en un recinto que ya estaba terminado oficialmente, le dan motivos a una sociedad que le da la espalda a su más grande pasión.
