Ciudad de México, 19 de diciembre (SinEmbargo).- Alrededor de cien argentinos esperaban al Chino Maidana en el hotel sede escogido por su equipo para recibirlo con cánticos. Cuando el pugilista pampero arribó al Marriot, la emoción invadió el recinto. ¡Argentina, Argentina! Se escuchó fuerte. La victoria de un boxeador era un triunfo nacional en un país donde cada representación deportiva implica envolverse en la bandera albiceleste. Exagerado en sus formas, el sábado pasado se escribió uno de los capítulos más importantes en el pugilismo latinoamerciano. En un lugar lleno de representación latina, un oriundo de este mal llamado tercer mundo puso a la prensa especializada de cabeza.
A sus 30 años, el Chino Maidana consiguió su victoria 35 en 38 peleas, tal vez la más importante de su carrera. Aspirante al título Welter de la AMB, se subió al ring para medirse a un baluarte del boxeo estadounidense como lo es Adrien Broner con ese parecido con Floyd Mayweather, con el que se le ha comparado incluso en el estilo. Halagado por esa comparativa, su egocentrismo aumentaba conforme cada pelea. El fin de semana pasado, salió del vestidor sabiéndose favorito y cantando junto a un cantante de hip-hop. Su sonrisa era de suma confianza, sintiéndose superior al contendiente latino con ganas de escribir su propia historia.
Cualquier indicio de una pelea destinada a un festejo estadounidense se diluyeron en el primer minuto del combate gracias al poderío de Maidana mezclado con las ganas naturales de quien tiene claro que aprovechara la oportunidad de oro que tiene enfrente. El Alamo Dome, con la estela de los Spurs de la NBA se entregó al Chino como lo hizo durante muchos años a Manu Ginóbili. Broner, invicto en 27 peleas, supo lo que era caer a la lona por primera vez en su carrera apenas en el segundo asalto cuando su cara se desfiguró por unos instantes debido a portento de golpe desde el brazo izquierdo del argentino.
Nacido en Cincinnati hace 24 años, Adrien pasó de la etapa amateur con el apabullante registro de 300-19, demostrando un poderío inusual en la mayoría. A los 19 años ingresó al protagonismo estelar que implica ser profesional. Sus tres primeras peleas fueron nocauts certeros. Conforme su crecimiento iba en rápido ascenso, ingresó al top 10 de numerosos rankings de revistas prestigiosas especializadas en boxeo. El 22 de junio de este año, subió dos divisiones para poder enfrentarse a Paulie Malignaggi por el campeonato Welter de la AMB. En Nueva York, en el nuevo Barclays Center, ganó por decisión, sorprendiendo al mundo por no haber noqueado a su contendiente.
Marcos Maidana llegó con ese antecedente pero con su mano izquierda bien entrenada. La defensa del estadounidense, a la que el mismo había definido como “infranqueable”, sucumbió ante el poderío entrenado del sudamericano. Tras derribarlo dos veces durante el combate, la decisión unánime fue un premio gordo para un boxeador ilustre, poniendo a todo su país de cabeza. “Fue una pelea dura, él es buen boxeador, pero me salió conforme a lo planeado”, declaró emocionado el argentino. Maidana mantuvo la mesura a la hora de descrbir el combate, pero la prensa le quitó el mote del nuevo Mayweather a un boxeador que durante mucho tiempo se sintió intocable. Un latino, hambriento, le mostró la realidad.
