Autora: Natalia Arroyo Tafolla
Una de las visitas más recordadas, de un presidente de Estados Unidos a México, fue la de John F. Kennedy y su esposa Jacqueline, ocurrida durante el sexenio de Adolfo López Mateos, del 29 de junio al 1 de julio de 1962.
Emotiva por un factor esencial, Kennedy compartía la religión con el pueblo mexicano. Ha sido el único presidente estadounidense de religión católica romana, pues, incluyendo a Barack Obama, el protestantismo ha predominado en los mandatarios de ese país. "El católico J.F.K. -que estará acompañado por su esposa- al hincarse a los pies de la virgen de Guadalupe, se fundirá en nuestra comunidad y será uno con el más humilde de nuestros indios", señalaba Excélsior el 27 de junio del mismo año. “Se une el arzobispo Primado de México al homenaje a los Kennedy”, continuaba la noticia en el periódico, dos días después. Se esperó con ansia el último día de su estancia (1 de julio), pues ese día visitaría la Basílica de Guadalupe.
Sin embargo, fueron motivos políticos los que propiciaron la visita. El Mundo vivía la tensión provocada por la "guerra fría" que enfrentaba al capitalismo, encabezado por Estados Unidos, contra el comunismo de la Unión Soviética. Con el triunfo de la revolución cubana en 1959, la isla caribeña se había erigido como el único régimen comunista en América, lo cual representaba una amenaza para Estados Unidos, ya que podía alentar a otros países latinoamericanos a seguir el mismo camino.
Frente a la presión estadounidense por erradicar el comunismo de América, México había enarbolado el principio de No intervención en la Organización de Estados Americanos (OEA); de hecho, en enero de 1962, cuando se votó la expulsión de Cuba del organismo regional, México votó en contra, lo cual causó malestar y preocupación en el gobierno de Estados Unidos.
En este contexto, a un mes y unos días de la llegada de Kennedy -el 21 de mayo-, Excélsior informó: “Renace la confianza con el viaje de JFK”. Durante las semanas siguientes se preparó todo minuciosamente para la llegada del presidente estadounidense. “El pueblo mexicano, amante de su independencia y respetuoso del derecho de los demás, prodiga de esta manera un entusiasta recibimiento al presidente John F. Kennedy y a su distinguida esposa, que llegarán al Aeropuerto Central a las once de la mañana de este viernes”. Así se evaporó el rumor de que México simpatizaba con el comunismo.
No era la primera vez que la pareja presidencial visitaba México; contó Jacqueline que años atrás habían eligido el puerto de Acapulco como destino de luna de miel. El presidente estadounidense presentó a López Mateos el proyecto “Alianza para el progreso”, que contemplaba la ayuda económica norteamericana a los países de América Latina como una contención frente al avance del comunismo. Ambos presidentes se comprometieron a fortalecer las instituciones democráticas y a no ceder ante regímenes totalitarios ni ante ideologías incompatibles con los principios que ambos países defendían.
Ya turisteando, los Kennedy visitaron al Museo de Antropología; llevaron flores a los monumentos de la Independencia y Revolución; ambos presidentes inauguraron la “Unidad habitacional John F. Kennedy”, al oriente de la ciudad; en el Palacio de Bellas Artes, apreciaron el ballet folclórico de Amalia Hernández y por último, se despidieron de la Virgen de Guadalupe el día de su partida.
Publicado por Wikimexico / Especial para SinEmbargo