Ciudad de México, 21 de noviembre (SinEmbargo).– La Alianza por la Salud Alimentaria, con su activismo, ayudó a gravar los refrescos para combatir la obesidad causada por esas bebidas azucaradas. Pero ahora va por más.
El próximo martes acudirá a la Comisión Federal Para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) para solicitar un etiquetado más claro sobre la clase de azúcares que contienen los refrescos que millones de mexicanos consumen.
Aunque la mayor parte de los refrescos en su etiquetado informan el porcentaje de azúcar que contienen, sólo incluyen la leyenda de “azúcar”, sin especificar cuál es.
Todas las azúcares son dañinas. Lo es más la de jarabe de maíz de alta fructosa, que emplean la mayor parte de las refresqueras en México.
“La fructosa tiene un poder más dulce, pero a nivel metabólico se ha visto que los daños de jarabe de maíz de alta fructosa son mayores”, explicó ayer la Coordinadora del Programa de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, Xaviera Cabada.
Acompañada del director de El Poder, Alejandro Calvillo, explicaron que buscan que el etiquetado de los refrescos informe si contienen fructosa, ya que esta es más dañina para la salud, y que a diferencia del azúcar, puede causar trastornos metabólicos sin pasar por la transición del sobrepeso o la obesidad, de acuerdo con Cabada.
Por eso pedirán a la Cofepris estandarizar la NOM-051, de especificaciones generales de etiquetado, con el Código Federal de Regulaciones de Estados Unidos, que dice, según información de El Poder del Consumidor: “El nombre de un ingrediente indicado deberá ser específico y no un nombre colectivo (genérico)”.
En México, la Norma Oficial 051 establece que la etiqueta debe ser veraz y no conducir a error, pero no obliga a decir qué tipos de azúcar contienen los refrescos, sólo informan del porcentaje que contienen, indicó por su parte Katia García, investigadora en Salud Alimentaria.
Asimismo, con esta medida esperan logra que el mercado mexicano sepa qué consume, y las refresqueras no dejen de usar caña de azúcar mexicana, como han amenazado luego de la aprobación del impuesto por litro.
“No hay razón alguna por la que se deban estar importando fructosa cuando México es uno de los principales productores de azúcar”, planteó Cabada.
ENDULZANTE MODERNO
El endocrinólogo de la Universidad de California, Robert Lustig contaba el mes pasado, durante una visita a México, que en los años setenta desastres naturales ocurridos durante esa época causaron una crisis en la producción de caña de azúcar, y las compañías refresqueras sufrieron para endulzar sus refrescos, ante la carencia del principal insumo de sus productos.
Fue entonces cuando voltearon a ver la fructosa de jarabe de maíz como una opción para sustituir la azúcar de caña. En los años ochenta surgió el primer refresco con fructosa: la nueva Coca Cola.
En México el uso de fructosa se regularizó hasta 1994, con la entrada de nuestro país al Tratado de Libre Comercio (TLC), firmado con Estados Unidos y Canadá.
Los productores de refrescos en México usan fructosa y azúcar para sus productos, pero se desconoce cuánto usan.
Los especialistas reunidos ayer en el Gran Hotel de la Ciudad de México reconocieron que la fructosa no sólo se usa en refrescos y que también está presente en gelatinas y harinas, pero urge primero el etiquetado de los refrescos, ya que las bebidas por ser líquidos e ingresar más rápido son más dañinas.
Otro inconveniente que ven al consumo de fructosa de jarabe de maíz es que proviene de grano transgénico de Estados Unidos, dijo por su parte Julieta Ponce, del Centro de Orientación Alimentaria.
Recuerda que desde 2008 ya habían solicitado a la Cofepris pedir a quienes usan estos productos indicar en su etiquetado que son transgénicos aunque no pasó la propuesta. Adelantó que además del etiquetado de fructosa se volverá a pedir el de transgénicos.
Calvillo reiteró que si bien la azúcar de caña es también dañina, lo es más el jarabe de maíz de alta fructosa, y los consumidores mexicanos tienen derecho a saber qué están consumiendo.
DATOS
Las refresqueras mexicanas no informan en su etiquetado cuál azúcar usan para sus productos.
La Alianza por la Salud Alimentaria pedirá el martes 26 de noviembre a la Cofepris que obligue a productores de refresco a informar en su etiquetado cuál tipo de endulzante le ponen a sus productos. Actualmente su información sólo es genérica.
El endulzante de jarabe de maíz de alta fructosa es más dañino y causa trastornos como grasa en la sangre, ácido úrico, elevación de presión sanguínea y más grasa en el hígado. También se asocia con cálculos renales.
Además de los refrescos, gelatinas y harinas para pastelillos también contienen jarabe de maíz de alta fructosa. Pero urge más informar sobre las bebidas, ya que son absorbidas más rápido por el cuerpo, y son más consumidas por la población.