Ciudad de México, 19 de noviembre (SinEmbargo).– La prensa norteamericana, inglesa y canadiense de dieron vuelo ayer con el resbalón de Justin Bieber en México. Sí se reunió con la familia deEnrique Peña Nieto, pero no con él, según Presidencia de la República. El cantante de fama internacional tuvo que reconocerlo vía Twitter.
El lunes dijo que había conocido a Peña Nieto. Luego, la oficina del mandatario lo desmintió. Después, Bieber se desdijo.
Al parecer entre tantos agentes de seguridad –se supone que de la familia presidencial– pensó que estaba el hombre fuerte de Los Pinos.
Muy a su estilo, el sitio de espectáculos PerezHilton habló del “misterioso caso” de la reunión supuestamente no efectuada. “Esto es más misterioso que los frijoles saltarines mexicanos”, dijo en tono de burla.
Otros sitios de farándula similares se rieron del cantante, pero además fue consignado por la prensa general –no sólo de espectáculos– porque el tour del cantante canadiense por América Latina ha estado marcado notas amargas, controversias y escandalos.
La sensación juvenil del pop, de 19 años, se enfrenta a dos demandas formales por incumplimiento de contrato en Argentina, además de problemas en Brasil con la policía; uno de ellos, por supuestamente haber hecho graffiti en un lugar público.
Bieber enfureció a los argentinos al abandonar un concierto en menos de una hora y no presentarse a una sesión de fotos por la que algunos fans pagaron cientos de dólares extras.
El manager del cantante, Scooter Braun, dijo que Bieber se vino abajo por una clásica “intoxicación alimentaria” después de un concierto en sábado, y “a pesar de ocho horas de líquidos por vía intravenosa”, insistió en tratar de hacer el concierto del domingo “contra el consejo de los médicos”. Pero quedó mal.
Además, un abogado argentino acusa a Bieber de enviar a sus guardaespaldas para atacar a un fotógrafo afuera de un club nocturno de Buenos Aires.
Y además se le acusa de profanar el símbolo nacional por arrastrar dos banderas argentinas fuera del escenario con los pies y un soporte de micrófono durante el primero de dos conciertos en el estadio de River Plate.
En Brasil las cosas o fueron mejor. Bailarinas aseguran haber estado en una fiesta con él, mientras que una joven lo grabó con su celular antes de abandonarlo, rendido, en su cama.
La supuesta reunión con Peña Nieto, y luego el desmentido, se unieron a su gira como un episodio más de malos momentos para la estrella pop.