Organismo internacional pro transparencia premia a México... aunque EPN declaró a medias sus bienes

01/11/2013 - 12:05 am
México obtuvo presidencia conjunta con Indonesia en el AGA. Foto: Cuartoscuro.
México obtuvo presidencia conjunta con Indonesia en el AGA. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo).– La página web de la Presidencia de la República amaneció ayer con un mensaje videograbado en el que el Presidente Enrique Peña Nieto brinda, por primera vez en su mandato, un compromiso con la temática de Gobierno Abierto, Transparencia y Rendición de Cuentas. El mensaje se produjo minutos después de que los países miembros de la Alianza para los Gobiernos Abiertos, reunidos en Londres, Inglaterra, le otorgaran a Indonesia y México la presidencia conjunta de la organización.

La distinción es una especie de “premio” a un gobierno que no ha lucido en Transparencia, dicho no sólo por organismos y especialistas mexicanos e internacionales, sino por los hechos: el Presidente Peña Nieto no ha podido entregar completa ni siquiera su propia declaración patrimonial, en la que aparecen, por ejemplo, donativos que recibió, por montos no especificados y por individuos o empresas desconocidas, cuando fue Gobernador del Estado de México o cuando tuvo otros cargos. La Presidencia de la República ignoró las críticas de quienes demandaron al mandatario mexicano dar cantidades exactas de su fortuna. Otros funcionarios de primer nivel tampoco lo hicieron, como el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam.

Ernesto Gómez Magaña fue uno de los impulsores de la membresía mexicana en esa Alianza. Ayer, desde la ONG Contraloría Ciudadana, puso en duda que México pueda tomar el liderazgo en esta materia después de una serie de prácticas en la política nacional con tintes de opacidad. “Este nombramiento debe ser ponderado. En nuestro propio país falta impulso, contexto y exigencia para el Gobierno Abierto”.

Desde 2011, México es miembro de esta asociación internacional que describe “Gobierno Abierto” como el compromiso de los mandatos federales de garantizar que los servidores públicos puedan ser supervisados por los ciudadanos con la posibilidad de llevarlos al escrutinio. Los países interesados logran esta observación ciudadana a través de todas las herramientas tecnológicas a su alcance.

Peña Nieto anunció en su mensaje de ayer que por primera vez en la historia del país la Oficina de la Presidencia –a cargo de Aurelio Nuño- contará con una coordinación encargada de ejecutar la estrategia digital nacional y explicó: “Parte distintiva de este esfuerzo transversal es que hemos adoptado a la Transparencia como un imperativo gubernamental inaplazable”.

Y Ernesto Villanueva, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, hizo un resumen fatal basado en tal anuncio: “Con este mecanismo no habrá avances. Es simple: México no tiene nada de Gobierno Abierto. Lo que hemos tenido es un proceso de regresión. La reforma constitucional a la Ley de Transparencia le da la última palabra a la federación y hace que las peticiones de los ciudadanos se vuelvan cansadas. Es ya típico que las peticiones al IFAI, requieran amparo y luego se remitan a las instancias judiciales. Es un proceso muy largo. Información que no llega a tiempo es información que no sirve”.

El retraso señalado por el investigador puede observarse en las posiciones de México en la temática. En 2002, fue publicada la Ley de Acceso a la Información Pública, lo que puso a México a la vanguardia en Latinoamérica. De aquellos años de liderazgo, hay un ejemplo: el presidente del Consejo para la Transparencia de Chile, Raúl Urrutia, visitó nuestro país en 2005 para tomar elementos del modelo mexicano. En cinco años, las cosas habían cambiado. Era 2010 y The Corruption Perceptions Index (CPI), un reporte anual de Transparencia Internacional daba a conocer que México ocupaba la posición 98 y Chile, la 21.

EL AÑO DE PEÑA NIETO

El Presidente Enrique Peña Nieto agradeció el reconocimiento de AGA. Foto: Cuartoscuro
El Presidente Enrique Peña Nieto agradeció el reconocimiento de AGA. Foto: Cuartoscuro

Han transcurrido once meses de gobierno regidos por un Plan Nacional de Desarrollo que omite el concepto de Gobierno Abierto y a los de Rendición de Cuentas y Transparencia le dedica tres párrafos. Los silencios, las ausencias, la brevedad no pasaron inadvertidos para observadores civiles, académicos, periodistas y hasta funcionarios públicos que en junio, le exigieron en una carta al Presidente trazar una ruta “con objetivos y líneas de acción específicas”, pero nada hubo al respecto por parte del gobierno. Hasta ayer, cuando en su mensaje, Peña Nieto dijo: “Tengo plena convicción de que la Transparencia, la Rendición de Cuentas, la Participación Ciudadana y la Innovación deben ser las bases para todo modelo gubernamental en este nuevo milenio”.

Dijo también que México es un orgulloso miembro fundador de la Alianza para el Gobierno Abierto, por lo que asume su copresidencia con una gran responsabilidad, pero sobre todo con un gran entusiasmo.

Por lo pronto, Peña Nieto dejó grabado un compromiso que si bien está dirigido al exterior, involucra a la ciudadanía mexicana: “Deseo refrendar el compromiso de México en esta iniciativa para consolidar un Gobierno Abierto que se acerque a los ciudadanos y responda rápida, eficaz y transparentemente a sus necesidades”.

El discurso presidencial hizo que el especialista Ernesto Gómez Magaña exclamara que el nombramiento se debe a un largo proceso de la sociedad civil en México y no al gobierno. “Por protocolo, la Presidencia asumirá este liderazgo, pero no significa que se haya distinguido en el impulso del concepto”.

EL PARADÓJICO LIDERAZGO

Conforme a la Ley de Responsabilidades Administrativas de Servidores Públicos que deja a la voluntad de los funcionarios hacer pública su declaración de bienes, el Presidente Enrique Peña Nieto dio a conocer su peculio cuando tenía un mes en el poder. No reveló a cuánto ascienden sus bienes, sus cuentas bancarias, los fondos de inversión, las joyas, las obras de arte ni los vehículos que posee. El mandatario presentó una lista (la misma que divulgó durante la campaña) en la que aparecen nueve propiedades, seis de ellas adquiridas bajo donación, una por herencia y dos, compradas en efectivo en 1982 y 2005.

En esa declaración tampoco se encontraron los bienes de su esposa, Angélica Rivera. Ella nació y ha vivido en el Distrito Federal, demarcación donde ha trabajado como actriz de manera formal durante 25 años. En marzo, Sin Embargo MX solicitó las propiedades acreditadas bajo su nombre en el Registro Público de la Propiedad, pero la búsqueda arrojó que no posee nada.

En los meses siguientes a la declaración patrimonial, por parte del Presidente no hubo alocuciones sobre la Transparencia o el “Gobierno Abierto”. En paralelo, Compranet, el espacio creado para difundir licitaciones y programas anuales de adquisiciones, arrendamientos de bienes y servicios, así como de obra pública del gobierno federal, cambió de página web. Ahora, en ese producto en línea ya no es posible para un ciudadano común tener acceso a los contratos ni las asignaciones directas.

A casi un año de gobierno y cuando está por asumir la copresidencia de la Alianza de Gobiernos Abiertos, la Presidencia de la República no ha completado el contenido de su sitio cibernético, la ventana tecnológica a través de la cual puede informar a sus ciudadanos sobre el quehacer del primer mandatario y otros servidores públicos.

De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación, son 12 las unidades responsables de la Presidencia, pero en la página aparecen siete. Falta incluir a la Coordinación General de Administración, la Coordinación de Gabinetes y Proyectos Especiales,  la Coordinación General de Transportes Aéreos Presidenciales; también a la Conservaduría de Palacio Nacional, así como al Órgano Interno de Control.

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