Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).– Aquella tarde, Richard Smith le dio una dura lección a la Selección Mexicana de futbol comandada por el argentino César Luis Menotti. El portentoso delantero costarricense anotaría dos goles que ayudarían a su selección para vencer a quien se le consideraba el rival fuerte de la zona. Era el 29 de noviembre de 1992, casi 21 años han pasado sin que los "ticos" hayan vuelto a festejar una victoria como locales frente a los aztecas.
Hoy por la noche, dos realidades muy distintas se enfrentan para cerrar el proceso eliminatorio de la CONCACAF para Brasil 2014. Por un lado, lejos de las expectativas, Víctor Manuel Vucetich y los suyos buscan aferrarse a la última oportunidad de clasificar directo a la fiesta mundialista, aunque dependen de lo que deje de hacer Honduras frente a la débil Jamaica.
Por el otro, la selección costarricense, ya clasificada, disputará el partido bajo un ambiente de fervor nacional. Eliminar a los mexicanos es un deseo que nadie esconde en las calles. La derrota podría dejar al "Tri" sin su sexto Mundial consecutivo. México se ha ganado un lugar como una de las naciones que aspiran dar el salto de calidad definitivo. Una ausencia mundialista, sería un duro revés.
Javier es un ferviente costarricense amante por la pelota. En junio, vino al Azteca para apoyar a su selección y terminó enamorado de Garibaldi. En medio de la extensa borrachera, pudo festejar un empate que dejaba bien parado a la selección tica, mientras que México se adentraba en una racha negativa sin precedentes. "¡Ojalá los dejemos fuera! Sería una lección de humildad bien merecida", cuenta desde el teléfono con emoción evidente. Hoy, en el Estadio Nacional de San José, habrá un lleno total. "No me lo pierdo por nada del mundo, va a ser una victoria histórica", declara el optimista aficionado.
Costa Rica vive momentos tensos en política. Inmersos en una campaña de elecciones presidenciales, la gente está al pendiente del futuro mandatario. Al igual que en México, el futbol es visto por muchas personas como una distracción social. "El Gobierno de Laura Chinchilla está hundido en la impopularidad y esta clasificación también le ayuda a mejorar el ánimo colectivo", cuenta para SinEmbargo, Álvaro Murillo, periodista de La Nación. En febrero del próximo año, el país centroamericano tendrá nuevo gobernante. Mientras tanto, la "Sele" mantiene la atención en un terreno de juego.
Joel Campbell tiene 21 años. La nueva joya del futbol costarricense pertenece al Arsenal inglés, pero juega prestado en Grecia. Fiel al discurso nacional, hace unos días declaró que para México esto era "una lección de humildad para que aprendan a respetar a los rivales de la zona. A veces se creen España". El técnico colombiano Jorge Luis Pinto dirige a los ticos desde 2011 por segunda ocasión. El viernes pasado, su equipo perdió como visitante frente a Honduras. Ayer, un periodista mexicano le preguntó sobre una posible relajación a propósito frente a los catrachos para perjudicar al Tri. Enfurecido, contestó sin tapujos que en México había muchos "payasos disfrazados de periodistas". Después argumentó que si el cuadro azteca se queda fuera del mundial, era culpa propia. "No respetan a nadie", concluyó.
"Costa Rica se ha sentido derrotada por México en años, porque así ha sido en el futbol. ¿Humillado? Algo de eso hay cuando en medios mexicanos dan por descontada la clasificación o dicen que deberían competir en Conmebol", opina Murillo. David Faitelson es un referente deportivo en México. Su voz ha traspasado fronteras. En Centroamérica se ha convertido en un odiado personaje que muchos medios toman constantemente. "Creo que ha afectado mucho al periodismo deportivo mexicano porque cuando aquí se dice en el mundo futbolístico "México" se refieren a "periodistas" y cuando se dice "periodistas" se piensa en Faitelson, sobre todo", lamenta Álvaro.
Con un refrescante Vucetich, estrenando indumentaria y un golazo de Raúl Jiménez en la memoria, México arribó a San José con 200 personas pendientes del Tri en el aeropuerto. Obligados a ganar, con solo seis goles en nueve partidos, la selección nacional necesita sumar en suelo donde no ha perdido en los últimos cinco cotejos de índole eliminatorio. Un empate les asegura disputar el último boleto en repechaje para la justa brasileña. Una victoria podría calificarlo directamente si Honduras pierde en Kingston frente a Jamaica, pendientes de la diferencia de goles. Perder sería catastrófico para el futbol mexicano si Panamá vence a un relajado Estados Unidos ya calificado.
Un negocio multimillonario está en riesgo de derrumbarse, con la pasión de millones de aficionados que se sienten defraudados por el refrescante social. En 90 minutos, la selección mexicana podría extender su proceso eliminatorio hasta Nueva Zelanda. "¡Nada, nada! Se van a quedar fuera, por tener ejército y por ser tan prepotentes. Confiamos en los hermanos panameños, este mundial tendrá puro centroamericano acompañando a los gringos", pronostica Javier quien también odia a Faitelson. Con más ilusión que buen fútbol, el equipo de Víctor Manuel Vucetich juega hoy en territorio hostil con la necesidad de no salir derrotado, sin la prepotencia de los últimos años, esperando no recibir una lección de humildad sin Mundial.