Ciudad de México, 5 de octubre (SinEmbargo).- ¿Qué tan complicado es para cada persona responder si es hombre o mujer? Probablemente no se necesite mucho tiempo para pensarlo. Sin embargo, no todos responden con rapidez. Cuando una persona no encuentra empatía entre su cuerpo y sus gustos, la transexualidad se presenta como una alternativa, con el fin de identificarse. No obstante, una decisión de este tipo lleva consigo varias interrogantes.
Una persona transexual es aquella que, a través del consumo de hormonas o mediante tratamiento quirúrgico, altera sus condiciones biológicas con el fin hacer una transición hacia el sexo opuesto.
Para este grupo minoritario, la pregunta inicial no fue fácil de responder, y ahí empieza todo. Aparece una duda interna, cuando el cuerpo del sexo biológico no es el adecuado para comportarse y actuar de forma libre. Entonces llega el momento de decidir si cambiar o no de sexo es lo óptimo.
Además de la complejidad que la decisión personal implica, la familia y la sociedad son factores externos que resultan clave para la concreción de la transexualidad. Estos dos puntos son importantes, debido a que el humano es un ser gregario y la asociación es vital tanto para para hombres y mujeres.
No obstante, la aceptación ante el círculo social de las personas transexuales tampoco es sencilla. Los estereotipos y preconcepciones de lo masculino y lo femenino, son un obstáculo más para romper el código establecido, dando paso a la transfobia, que es la práctica de la discriminación de personas transexuales.
De acuerdo con el doctor en Sociología, Eduardo Reyes, la perspectiva sobre las minorías sexuales se ha abierto más, a partir de ciertos derechos jurídicos; no obstante, aún existen en la sociedad actual tabús que generan presión social, que ocasiona que muchas personas opten por ocultar sus preferencias sexuales, dio a conocer Radio Nederland.
No obstante, a pesar de que los grupos y asociaciones en pro de la diversidad sexual se esfuercen por hacer como ver como natural situaciones como el cambio de sexo, aun existen quienes buscan una explicación absoluta de lo que mueve a las personas a transicionar.
La Clasificación Internacional de Enfermedades, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés), consideraba la transexualidad como un “padecimiento”, calificado como un trastorno de identidad de género.
Sin embargo, luego de que el 1 de diciembre de 2012 se aprobara, en mayo de este año esa tipificación terminó.
No obstante, aunque lo anterior signifique un avance, logrado entre otros factores por la presión de activistas y personas transexuales, la sociedad aún no parece comprender completamente el tema.
Existen en la actualidad otro tipo de problemas que vuelven delicado el tema, sobre todo por el morbo que genera y los prejuicios que aún prevalecen en muchos sectores de la sociedad, lo que ocasiona situaciones extraordinarias.
Recientemente el caso de un transexual belga que decidió morir por eutanasia tras insatisfacción con operaciones, reabrió el debate sobre las intervenciones quirurgicas para cambiar de sexo, además de la muerte asistida.
Sin embargo, existen también casos más optimistas que muestran que, poco a poco, la sociedad se va mostrando más abierta y tolerante con este tema, como el caso de la exposición que se presenta ahora en el Museo de Liverpool, llamada "April Ashley: Portrait of a lady", en donde se rinde homenaje a April Ashley, pionera de la lucha por la libertad de la elección de género.