The Economist: Reformas, la posible recesión y protestas ponen a EPN en “un viaje desafiante y lleno de baches”

06/09/2013 - 12:47 pm

Ciudad de México, 6 de septiembre (SinEmbargo).– El Presidente Enrique Peña Nieto vive en septiembre “un viaje desafiante y lleno de baches”: pese a que este mes en México es el de “mayor pompa” presidencial, el Jefe del Ejecutivo federal enfrenta protestas en las calles que podrían agravarse ante el “espectro de una recesión técnica” que “puede ser agravada por la amenaza de mayores impuestos”, plantea hoy The Economist.

Un despacho de la revista británica desde la Ciudad de México destaca como Peña Nieto llegó a septiembre, su décimo mes en la Presidencia de la República, con un cúmulo de protestas sociales, principalmente de los maestros disidentes a su Reforma Educativa.

También se refiere al movimiento de Andrés Manuel López Obrador, quien el 8 de septiembre tiene previsto convocar una manifestación masiva en la Ciudad de México para tratar de descarrilar la Reforma Energética. En los últimos meses, él ha recorrido el país avivar la oposición a esa reforma y lo hizo argumentando que el petróleo es un símbolo de la soberanía.

Sin embargo, plantea la revista, ahora ha cambiado la base de sus argumentos y ahora ataca las reformas por motivos económicos: “Sostiene que desde México comenzó una ola de privatizaciones en la década de 1990 la economía apenas ha crecido. También dice que la introducción de la competencia privada en el sector de la energía reducirá los ingresos fiscales del petróleo, lo que obliga al gobierno a aumentar los impuestos a las empresas y los individuos para financiar la diferencia. Eso, dice, hará que los mexicanos más pobres”.

“Ambas afirmaciones están abiertas a discusión. Pero su discurso ante los mexicanos –de los cuales 53 millones (casi la mitad de la población) viven en la pobreza– serán apuntalados por un inesperadamente fuerte desaceleración de la economía este año. El espectro de una recesión técnica en el segundo y tercer trimestres sólo puede ser agravada por la amenaza de mayores impuestos”, expone The Economist.

La publicación cita al historiador y analista político Lorenzo Meyer, quien satirizó el discurso de EPN por su Primer Informe de Gobierno, por no dirigirlo en el Congreso o en Palacio Nacional, como era costumbre, sino “bajo un dosel frente a su casa”, lo que debió ser “mortificante” para su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), alguna vez llamado “la dictadura perfecta”.

El otro gran acto de septiembre, plantea la revista, es la ceremonia del Grito de Independencia, pero por estos días el balcón central de Palacio Nacional está en obras de seguridad y cualquiera que trate de llegar ahí tiene que tropezar con las tiendas de campaña y las lonas de miles de maestros que protestan contra las reformas de Peña Nieto en el Zócalo de la Ciudad de México.

Además, destaca la publicación, también el Congreso “se ha parapetado por placas de acero y policía antidisturbios tras semanas de manifestaciones de los profesores”.

“No es sólo el señor Peña que se ha visto obligado a tomar una acción evasiva. Salvajes bloqueos de avenidas de la capital y el aeropuerto por parte de los maestros han causado estragos en todo el mundo. Los maestros argumentan que las protestas son la única manera de llamar la atención a la escolarización atroz para los oprimidos al sur del país, región de la cual la mayoría de ellos viene, y que creen que merece un tratamiento especial”, plantea The Economist.

“En el último momento, el señor Peña ganó un indulto. El día antes de su discurso anual, la Cámara Baja del Congreso aprobó, por una impresionante mayoría, el aspecto más polémico del proyecto de ley de reforma educativa, lo que haría que el empleo de los docentes esté sujeto a evaluaciones anuales. Eso puso a los manifestantes a la defensiva y le dio al Presidente algo tangible para celebrar en su discurso. Luego llamó al país para respaldar las reformas de energía y fiscal, que él dijo que iba a pasar en los próximos 120 días”, añade.

La “piedra angular” de esos éxitos, expone la revista británica, ha sido el Pacto por México, un “acuerdo para pasar reformas por la vía rápida”, firmado por los tres principales partidos en diciembre. “Pero la aprobación de la ley de educación puede ser el apogeo de ese esfuerzo. El Pacto se está desgastando”, destaca.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD), añade, se opone firmemente proyecto de ley de Peña Nieto para permitir la inversión privada en la industria del petróleo y gas. También se resistirá los intentos de gravar con el Impuesto al Valor Agregado a alimentos y medicinas, que puede ser parte del proyecto de ley de la Reforma Fiscal que debe ser enviado al Congreso el 8 de septiembre.

El PRI y el Partido Acción Nacional (PAN), describe The Economist, tienen suficientes escaños en el Congreso para reunir la mayoría de dos tercios que es necesaria para sacar adelante las reformas constitucional en materia de energía y los impuestos. “Pero sin el PRD, es probable que la protesta social aumente”, considera.

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