La ópera prima del cineasta mexicano Arturo "Chango" Pons, "La brújula la lleva el muerto", y la migración

06/08/2013 - 1:00 am

Por Patricia Martínez Ramos

Foto: Especial
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Ciudad de México, 6 de agosto (SinEmbargo/Culturamas).– "La brújula la lleva el muerto", con una atmósfera metafórica, rayana en lo poética, un muerto en la carreta, y un niño deseoso de cruzar la frontera, es la película con la que Arturo “Chango” Pons ha debutado como cineasta mexicano, contribuyendo y enriqueciendo festivales a nivel internacional como lo son Los Ángeles Film Festival 2012 y el Tokyo International Film Festival.

–¿Qué estudiaste?

Arturo “Chango” Pons: Me gradué de comunicación en la Ibero estudié ingeniería industrial, cinco semestres más o menos, luego estudié comunicación en la Ibero, León y me titulé. Estudié también un diplomado en multimedia, luego dirección y guionismo de cine simultáneamente en la escuela de cine de Barcelona.

 –¿Cómo surgió "La brújula la lleva el muerto"?

Cuando estudié cine, lo más normal, me parecía que hiciera cine, entonces en los 4 años de la carrera estuve muy enfocado en trabajar en un proyecto largometraje que pudiera hacer, aprovechando que estaban los maestros, que tenía asesorías y que bueno, me podían dar una orientación, porque estudiando, tienes una retroalimentación constante, que ya saliendo es más difícil, a menos de que te den una residencia. La idea del guión nació de una anécdota que me contaron de unos inmigrantes que pasaron a Estados Unidos en carro.

En ese tiempo, tenía que escribir guiones todos los días, y en una de esas yo trabajaba en el bar en la noche y no sé me acordé de la anécdota ésta y salió. Al principio era para un cortometraje, y Michel Gaztambide, que es mi profe, me dijo, 'pues síguele, ¿no?' y pues eso, le seguí y estaba ya más o menos el guión que fue creciendo ya con el tiempo, como todos los guiones.

 –¿Cuánto tiempo te llevó todo el proceso?

Cerca de siete años y aún falta la salida a DVD, la distribución online, entonces digamos que todavía no se termina el proceso, le queda un rato. Este tipo de cine es menos efímero que el otro, en el sentido de que puede estar 15 días en cartelera, pero después en todo el circuito pues está un rato.

–¿Por alguna cuestión en particular escogiste el tema de la migración?

Realmente la película, en principio sí tenía este enfoque de migración, pero luego se fue transformando y al final de lo que menos habla es de la migración como tal. Claro, yo era un emigrante cuando estaba escribiéndola, pues estaba en España viviendo, pero me empecé a enfocar más en la idea de la desorientación.

Es una idea que ya traía desde algunos años atrás. Esta cuestión de que no hay ideologías dominantes, ni siquiera la religión, ni política, ni socialmente, entonces de alguna manera la falta de esos objetivos hace que la sociedad, y la humanidad esté un tanto sin rumbo, ¿no? Eso en lo general, pero en lo particular también hay una cuestión de no saber ni dónde estás ni para dónde vas; me enfoqué más en esa situación.

Un poco la metáfora de estar encerrado en sí mismo. Cuando tienes una situación de angustia, de estar desorientado en la vida, ves que pasa el tiempo, pero no avanzas hacia ningún lado, muchas veces no sabes cuanto tiempo pasa pero tu sigues ahí. Es una metáfora de lo que puede pasar en la vida personal.

–En el proceso de la producción, ¿con qué barreras te llegaste a topar?

Con muchas, porque primero, yo nunca estudié en el Distrito Federal, siempre estudié en León, y luego me fui a Barcelona, entonces cuando fui a buscar producción al DF, no me conocía nadie. Además, yo estaba viviendo en Barcelona, quizá si hubiera estado aquí hubiera sido más rápido el proceso, pero también estuvo bien para darle tiempo al tiempo.

Digamos que todos esos obstáculos, luego se convirtieron en ventajas, también el año y medio que estuvimos editándola nos tardamos tanto por falta de presupuesto. Hasta que nos seleccionaron en Tokio pudimos terminarla, pero en ese año y medio, también pudimos hacer 15 cortes de montaje y tuvimos el tiempo para ver cual era el ritmo, el tono, la cadencia que necesitaba la película. Todos esos obstáculos yo los veo como cosas que tienen que pasar y que te ayudan, finalmente.

–¿Alguna anécdota que nos puedas contar del rodaje?

El rodaje no fue nada fácil, porque fue en Sobmbrerete, una zona bastante hostil, con la situación que hay México, pero bueno el clima tampoco ayudaba mucho, llegábamos a locación a las 6 de la mañana y estábamos a menos 4ºC y luego a medio día a 28ºC, todo mundo estaba enfermo, pero de todos modos el espacio nos trató muy bien en el sentido de que era parte de la peli. En la película misma se ve que el espacio juega un papel protagónico. La verdad es que fue muy mágico, a pesar de estar rodeados de este clima de violencia, desde que llegamos sentimos que era un lugar con personalidad. Incluso decimos que el espacio nos escogió a nosotros para hacer la peli ahí más que nosotros al espacio.

–En cuanto al papel de Faciano, ¿cuál era su función?

En realidad era como jugar a la paradoja, y un juego narrativo, una especie como de rigor mortis o simplemente que nadie le intenta quitar la brújula.

Yo quería buscar un elemento narrativo que detonara a todo lo demás que seguía en la película, quería llegar a un registro más surrealista, sin llegar a ser surrealista, más de realismo mágico, más lúdico, entonces me encontré con esta imagen de un muerto llevando la carreta. Luego se fue construyendo la idea de la metáfora de que quien los guía está muerto y lleva una brújula, un paradoja con los líderes, y que refuerza esta idea de la desorientación; que refuerza toda la película.

–¿Haces algún homenaje en tu ópera prima?

Más que homenajes hay muchas referencias y hay mucha gente que me influenció. Están Juan Rulfo e Ibargüengoitia, en las cuestiones narrativas y a la hora de diseño de planos están desde Bergman, Chaplin, David Lynch, Los Coen, Reygadas, Buñuel, Felini, hay planos que son referencias a toda esta gente, incluso hay referencias a Mad Max.

También hay muchas referencias a mi abuela, a mi madre, a mi esposa, a mis amigos. Hay muchas cuestiones que son como chiste local, pero también veía la forma de que funcionaran a nivel general. Creo que finalmente este tipo de proyectos se nutren a través de esto, digo, 'no hay nada nuevo bajo el sol', entonces tú lo que haces es tomar todas estas referencias, no solo en cineastas, también en la gente que está cerca de ti. Finalmente tomas cuestiones de la personalidad. Se me hace que enriquece mucho a la película tomar todas estas referencias.

–¿Qué opinas de la situación en México en cuanto al apoyo al cine?

Pues bien, México la verdad es que es uno de los países que más apoyos da. Hay desde los estímulos fiscales hasta los apoyos directos de IMCINE. Se están haciendo entre ochenta y noventa películas al año.

 –¿Has pensado en algún nuevo proyecto?

Sí, estoy escribiendo una adaptación de una novela corta de Pere Calders, la novela se llama Aquí descansa Nevares, y más que una adaptación es un guión basado en la novela y en varios de sus cuentos.

Y estoy escribiendo otro guión que se llama El viaje del cosmonauta vaquero, esta sería una producción más grande quizá, pero estoy ahí ahorita con la libreta y la pluma.

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