EU: EL FRACASO DE LA PROHIBICIÓN

01/11/2011 - 12:00 am

En los 80, Robert Sabbag publicó Snow Blind, un complejo ejercicio de periodismo de investigación expuesto a manera de intrépida novela, sobre la vida Zachary Zwan, nombre falso de un pequeño traficante verdadero, de los primeros que empezaron a llevar cocaína, desde las playas del Pacífico mexicano o las mismas entrañas de Colombia, hasta múltiples apartamentos, bares y demás sitios insólitos de la Gran Manzana. La novela basada en su totalidad en grabaciones donde Zwan narraba sus aventuras, es tan violenta como entrañable, por los inusuales y generalmente sórdidos escenarios en los que suele darse el comercio de drogas, como por la encantadora personalidad de Zwan y sus ingeniosos (casi científicos) métodos de pasar kilos de cocaína frente a las narices de los policías de aduanas.

Después de estar a punto de perder a su chica en manos de un pequeño dealer esquizofrénico y pisar la cárcel, Zwan se retiró del negocio. Pero Sabbag, todo lo contrario, se quedó al tanto.

Sin embargo, 30 años después, el negocio de las drogas parece haber cambiando, si no es que se ha invertido. Y mientras en México la violencia relacionada con la guerra desplegada por el gobierno de Felipe Calderón contra el crimen organizado y un complejo tráfico de drogas aumenta de forma cruda, los estadounidenses siguen fumando marihuana y esnifando cocaína sin saber exactamente cómo es que esas pequeñas dosis llegan a sus manos. Sabbag sabe de eso, de pequeños traficantes, consumidores ocasionales, policías corruptos y moralidades gringas.

¿Qué rayos está pasando con el consumo de drogas en Estados Unidos?

Desde su apartamento en Massachusetts, Robert Sabbag descuelga el teléfono y sostiene una conversación en exclusiva con SinEmbargo.mx tratando de explicar cómo se vive esta estrategia contra las drogas, desatada por el gobierno federal de México, en una pequeña esquina perdida en los suburbios estadounidenses, donde un trailero con gorra de beisbol y chamarra de mezclilla o cualquier otro hijo de vecino, compra un gramo de cocaína.

 

–En este momento estás viviendo en Massachusetts. ¿Cómo son las noticias  que reciben de México, que percepción tienen de este país?

–Bueno, creo que en Massachusetts no es diferente a cualquier otro estado o región del país. En donde sí creo que se ve una diferencia es en los estados fronterizos, en el sur, donde la noticia tiene más resonancia. Mi respuesta a esto es que creo que la mayoría de los estadounidenses ignoran –no totalmente, pero ignoran–, y las noticias sólo llegan a tocar a una audiencia americana mayor cuando hay grandes fragmentos de violencia cubiertos por los medios y esa cobertura, en mi experiencia, generalmente sólo se muestra en reportajes especiales en la televisión. Estamos alejados de las noticias locales, las cuales son más escuchadas en la frontera del sureste, pero creo que en general lo que se puede afirmar es que la mayoría de los americanos piensa: “Bueno, es tu problema y no es nuestro problema”, y eso está muy lejos de la verdad. No quiero hablar por todos, es muy difícil generalizar y esta pelota ha estado en el aire desde hace mucho tiempo, casi desde que se hacen reportes del tiempo. Esto no es nada nuevo, lo que está pasando en la frontera con México no es nada nuevo. Colombia pasó por esto durante la década de los ochenta del siglo pasado y en Chicago pasó en 1920 en la prohibición.

 

–¿Crees que es una especie de ciclo?

–No creo que haya una especie de ciclos de violencia que ocurren naturalmente en sí, pero pienso que probablemente lo más importante que hay que entender es que en Estados Unidos existe un gran apetito por las drogas y mientras esa demanda esté ahí va a haber personas que cubran ese apetito, que le sirvan drogas a americanos, a lo mejor me equivoco. Mi experiencia se remonta desde 1980 y a la violencia que sufrió durante ese tiempo Colombia, fue por casi una década y al final desistió; es decir la violencia desistió, pero el tráfico de drogas no. Lo que pasó es que el negocio maduró, se transformó en una industria bien afianzada. Los líderes de los cárteles entendieron que la violencia es mala para el negocio. Podemos decir que la violencia que se dio en Colombia, la más visible y obvia, ya terminó, pero eso no ha disminuido la cantidad de cocaína que proviene de este país y que llega a Estados Unidos.

 

–La historia de Zachary Swan  es la historia de un pequeño traficante de drogas. ¿En qué momento, durante las últimas décadas en la historia, surgió el fenómeno del crimen organizado, cómo explicas eso?

–Creo que una de las cosas que sucedieron durante los 70 es la siguiente: Yo recuerdo que cuando estaba escribiendo ese libro tuve una conversación con… Mejor déjame empezar diciéndote que Zachary Swan es, de acuerdo a los estándares de hoy en día, un traficante de cocaína leve, transportaba tres ó cinco kilos de cocaína cuando todavía en Estados Unidos no había mucho mercado para vender cocaína. Platicando con la gente que, en ese entonces, estaba en el negocio de la marihuana y que contrabandeaban la hierba de Colombia durante ese tiempo, me decían que traficar cocaína era un negocio pequeño, la verdadera ganancia está en traficar marihuana. Y eso se debe a que, claro, el mercado para la marihuana en Estados Unidos era muy grande, cuando el mercado para la cocaína, en comparación, casi ni existía. Y lo que pasó es que volaban la marihuana por toneladas en aviones desde Colombia, y la mandaban por toneladas en barco, en un periodo donde se traficaba tres, cinco, diez kilos de cocaína. Yo me atrevería a decir que lo que sucedió es que el negocio de la marihuana en Colombia creó una clase criminal que no existía y que el mercado de marihuana en Estados Unidos ayudó a crear. Los esfuerzos de prohibición de Estados Unidos fueron tan exitosos en el Caribe que prácticamente clausuraron ese nicho, lo cerraron de forma muy exitosa a un gran nivel. Podemos hablar de los métodos que utilizaron, pero esa es otra historia. Lo que pasó es que el resultado de ese esfuerzo de prohibición fue doble: primero, porque creó por primera vez una gran producción doméstica de marihuana en Estados Unidos. La marihuana colombiana y la de otros países como México aunque sí se encontraban disponibles en Estados Unidos, no eran tan cotizadas en cantidades tan grandes como el producto doméstico. Pero el segundo resultado de este esfuerzo de prohibición y probablemente el más relevante es que éstas organizaciones criminales en Colombia, que estaban haciendo tanto dinero con la marihuana, vieron su negocio; es decir, eran criminales, no eran hippies, estaban en el negocio por el dinero no por la marihuana, ni siquiera fumaban ellos la marihuana y sospecho que es lo mismo en México hoy en día. Estas eran personas que tenían sus raíces en Estados Unidos y también distribuían un producto mucho más pequeño que la marihuana, que podían vender en Estados Unidos, que no tenían que mandar en grandes aviones y barcos; es decir, podían mandar paquetes de cocaína muy pequeños ganando la misma cantidad de dinero. Lo que hicieron en ese punto fue crear un mercado de cocaína que comenzó a crecer y luego lo comenzaron a abastecer. Creo que hoy todavía se importan pocas toneladas de cocaína a Estados Unidos, esto es fue un contrabando que tuvo las mismas raíces que el tráfico de marihuana pero con un nuevo producto. Así que los colombianos crearon un mercado en Estados Unidos para la cocaína al tener, en primer lugar, el producto disponible y de forma muy efectiva, transportándolo y luego como sabes, lo que hicieron es que había dos ó tres carteles: el de Cali, que probablemente todavía sigue activo, que no era tan visible para nosotros porque no estaba tan relacionado con la violencia, a diferencia del cartel de Pablo Escobar, cuyo nombre se me escapó de la mente por ahora.

 

–¿Cuál es la diferencia en Estados Unidos entre la marihuana y la cocaína?

–Bueno la percepción es que la marihuana hace mucho menor daño que la cocaína. La cocaína en este país se ve casi igual que la heroína. La marihuana se considera en cierto punto inocua. La prohibición de la marihuana es probablemente mucho más una cuestión moral, pero lo que vemos en Estados Unidos es que están surgiendo, como sabes,  esfuerzos para despenalizar la marihuana en varios estados, y la marihuana medicinal se está volviendo algo común. Sin embargo, no es muy probable que pase eso con la cocaína; jamás, a menos que lo que está pasando en México cambie algo el panorama. No te tengo que decir la historia, pero el Cartel de Cali en Colombia descubrió que la manera más efectiva para hacer llegar la cocaína a Estados Unidos es a través de México y eso fue lo que creó los grandes cárteles, como el Miguel Ángel Félix Gallardo, que pienso fue el primero y pasó de pagarles en pesos mexicanos a pagarles con el producto, y es ahí donde nos encontramos hoy. Y me sorprendí recientemente cuando descubrí que la mitad de las ganancias de los cárteles de México proviene de la marihuana. Siempre pensé que la mayor parte del dinero provenía de la cocaína que trasladaban de Colombia, pero ahora es marihuana y anfetaminas, y heroína también. México ha sido productor de heroína desde la Segunda Guerra Mundial.

 

–Publicaste Snowblind en los 70, ¿crees que el uso de las drogas, principalmente la cocaína, ha aumentado durante las últimas décadas?

–Bueno, fue hace mucho tiempo. El consumo de drogas en Estados Unidos tuvo su auge, probablemente entre los 70 y los 80, y tal vez hasta los principios de los 90.  Ahora creo que se ha nivelado un poco. No creo que haya disminuido, la guerra contra las drogas no ha reducido la oferta de las drogas; es decir, en estos años de prohibición de drogas y de lo que llamamos la guerra contra las drogas no ha pasado gran cosa: hoy las drogas son más fáciles de conseguir que nunca, la calidad es mejor y son más baratas.

 

–¿Por qué es mejor la calidad ahora?

–Creo que es porque está más disponible, hay competencia por la calidad. Tienes que tener un buen producto y que sea de alta calidad para poder venderlo, porque sino alguien más lo va a ofrecer, porque no es algo escaso. Si no te gusta el producto que te ofrece tu traficante local vas a buscar a alguien más, puesto que tiene que ser de buena calidad. Es un mercado muy competitivo, igual de competitivo que por ejemplo las VCR’s, que han bajado de precio como todo, pues la tecnología ha mejorado, disminuye su precio conforme la competencia y la disponibilidad va aumentando, así que no sólo se vuelve más barata, mejor y de más alta calidad sino que puedes pedirla a domicilio; ¿sabes?, no tienes que ir al ghetto a conseguirla, la llevan a tu casa.

 

–En 2011, hoy en día, ¿qué tan ilegal es traer contigo cocaína en pequeñas cantidades en EU?

–No hay ningún cambio. Ha habido reformas en las leyes de la marihuana, pero con las leyes de la cocaína no se ha movido nada, excepto en casos aislados y recientes, pero no se ha aprobado nada. Existe un esfuerzo para reducir la disparidad que existe entre las sentencias de la cocaína de crack y la cocaína en polvo. Como probablemente sabes, la cocaína de crack siempre conducía a sentencias más severas, porque realmente emergió en los 80 cuando se empezaron a establecer medidas más duras por la violencia que se relacionaba con ella. Pero no, la cocaína no es como la marihuana en este sentido. Por ejemplo, ahora en Massachusetts si traes contigo menos de una onza de marihuana te dan una multa más que un cargo de ofensa criminal.

 

–¿Cuál es la penalización para la cocaína?

–Bueno, varía de estado a estado, cada entidad tiene sus propias leyes. A un nivel federal me gustaría poderte decir, pero no sé cuál es el estatuto. Sin embargo tiene que ver con el código criminal y con la cantidad de droga que posees, o si es tu primera ofensa, si incluyó violencia, entre otras cosas, así que varía. Hay sentencias obligatorias mínimas, pero los lineamientos de esas ofensas tienen ciertas condiciones; como dije, si en el caso hubo violencia o si la cantidad que tienes contigo es alta o si es tu primera o segunda ofensa. Si es tu primera ofensa y traías un par de gramos de cocaína no te va a ocasionar mucho problema, pero vender cocaína hace que te metan a la cárcel y probablemente de cinco a 40 años, es una gama muy amplia. No sé, depende, si estás traficando 30 kilos de cocaína a través de la frontera te darán una sentencia muy larga, más si ya te han arrestado anteriormente.

 

–¿Quién consume cocaína hoy en día en Estados Unidos, qué tipo de personas?

–Esa es una muy buena pregunta. Las tres fuentes de ese tipo de información son el gobierno, los medios y mis investigaciones, déjame te digo que con las tres tienes que ser escéptico, es anecdótico en gran parte. Creo que está bien decir que 75% de la cocaína en Estados Unidos la consumen los blancos y no los negros, esto es la cocaína en polvo. Cuando la cocaína de crack se convirtió en este gran tema en los medios y en el gobierno, cuando lo retomaron los políticos, durante los 80 y 90, la verdad de las cosas es que la gente a la que estaban arrestando eran los traficantes de crack en el interior de la ciudad, aunque ellos sí la estaban vendiendo y eran los proveedores criminales de la cocaína, realmente los compradores eran 75% blancos, que provenían de las mejores zonas de la ciudad y de los suburbios para comprarla. Así que la cocaína –como bien sabes probablemente de leer mi libro–, antes de que estuviera afianzada en Estados Unidos, particularmente durante los 70, era una droga que la gente rica, las estrellas de cine y los diplomáticos consumía, y era gente así porque el producto era muy caro.

 

–¿En Estados Unidos sigue siendo cara la cocaína?

–Ya no. Es decir, ahora cuesta menos de lo que costaba en los 70. Cuando estaba escribiendo Snowblind, la cocaína costaba entre 75 y 100 dólares por gramo. Hoy, probablemente la consigues por 65 dólares el gramo. Cualquiera pensaría que con la inflación aumentaría, pero en realidad ha bajado de precio. Considerando la inflación de los últimos 40 años se esperaría que estuviera mucho más cara. Otro elemento que hace que se vea tan barata es que estamos hablando en términos relativos, me refiero a barata en un sentido relativo, lo estoy comparando a ese entonces. En ese entonces, sólo la gente rica podía comprar cocaína, cuando costaba hasta 100 dólares el gramo, y entonces es más barata que un par de tenis. Pero lo otro, que realmente me sorprendió, es que la marihuana es más cara que la cocaína. En Estados Unidos, la marihuana sembrada en casa es considerada cara y la cocaína es considerada como relativamente barata. Solías comprar una libra de marihuana que costaba a lo mejor, no sé,  40 dólares por onza; ahora puedes comprar esa misma libra por 600 dólares, sobre todo la que viene de California. Sí, la marihuana doméstica y la mota importada de Canadá, por ejemplo, y el término que usan para ello es que esta hierba es de muy alta calidad y, por tanto, muy cara. Creo que lo que hace México es que provee al mercado una marihuana de tipo mucho más comercial. Así que, de nuevo relativamente, uno puede comprar marihuana que no es tan cara. Creo que una buena forma de verlo es la siguiente: la cocaína durante los 70 era lo más gourmet de los ricos en el mundo de las drogas, ese lugar se lo ha quitado hoy en día la marihuana gourmet. La marihuana realmente cara que la gente compra es la gourmet. Por ejemplo, escribí un artículo para Playboy sobre mota canadiense. Ahí descubrí que una libra de marihuana gourmet, proveniente de Canadá o cultivada en EU, cuesta entre 3 mil y 4 mil dólares, mientras que una onza normal ronda entre los 360 y 400 dólares. Una libra de marihuana proveniente de Colombia, por ejemplo, debe costar de 350 dólares a 80 dólares la onza.

 

–¿En qué parte de Estados Unidos consumen más cocaína?

–Ese es otro cambio respecto a los 70. Hubo un tiempo donde fue un fenómeno mucho más urbano, ahora la encuentras en todas partes, incluso en la parte rural del país. Recuerdo haber platicado con un agente de la DEA que estaba escribiendo un artículo sobre la heroína para la revista Rolling Stone, y él decía que la heroína realmente ha conservado su lugar, pues es estrictamente un fenómeno urbano, la población que utiliza la heroína en Estados Unidos no ha crecido mucho en 50 años. Ese mismo personaje comentaba que puedes encontrar 600 libras de cocaína en Keokuk, Iowa… ese tipo de cosas. Entonces, realmente la encuentras en todas partes. Y otra cosa de la cocaína en Estados Unidos hoy es que es mucho más clandestina que antes; hasta los ochenta era algo que la gente presumía, y lo mostraba en las fiestas, pero ahora la consumen carpinteros, pescadores y abogados, agentes de seguros y es como el café, la gente lo tiene para disfrutar, no es algo que comparten públicamente. Como lo menciono en mi libro, antes era algo que se presumía, como hacer un viaje a París sólo para ir a desayunar, era publicitar tu estatus. Ahora es lo contrario, es algo negativo; si la gente sabe que consumes cocaína no eres bien visto, por supuesto no quieres que tu jefe se entere que consumes cocaína, tampoco deseas que tus vecinos sepan. No es como la heroína en ese sentido, pero anunciarlo sí es un gran problema, ya que el castigo legal es muy estricto y, por ejemplo, en el ámbito laboral conservar un trabajo se ha vuelto mucho más difícil, y si encuentran una excusa para correrte lo harán.

 

–Tal vez esta pregunta suene tonta pero, ¿crees que la gente que consume cocaína en Estados Unidos estén conscientes de la violencia relacionada a la guerra contra las drogas en México?

–No es que no tengan idea es que creo que la violencia en México es un resultado directo del uso de cocaína en Estados Unidos, de la gente que compra cocaína en territorio estadounidense. Los políticos y los policías siempre mencionan este caso, que la violencia en México y a nivel mundial en el mundo de las drogas es responsabilidad de la gente en Estados Unidos, que casualmente consumen drogas y que no piensan lo que están perpetrando, y a nivel gubernamental si hay preocupación, pero no en los consumidores. Así que, respondiendo a tu pregunta, los usuarios en Estados Unidos ignoran esa conexión.

 

–En México, uno de los problemas más terribles en este asunto es la corrupción, a diferentes niveles, ¿Cómo es la corrupción en Estados Unidos?

–No es tan visible en Estados Unidos, pero creo que las drogas han corrompido todos los niveles de la sociedad. Lo que han hecho las drogas en Estados Unidos es que han convertido a ciudadanos cumplidores de la ley en criminales, tan solo por el consumo. Y lo que ha corrompido todo es, por supuesto el dinero, eso es lo que corrompe a los policías, jueces,  guardias en las fronteras, ya que hay tanto dinero involucrado. Ya desde los 70 cuando escribí sobre esto, si un tipo tenía 10 millones de dólares en drogas,  en el muelle o en algún punto de intercambio de mercancías y había algún guardia costero o agente aduanal, lo único que tenía que hacer el guardia es ver para otro lado, lo podían sobornar. El dinero que le podían pagar para mirar hacia otro lado podía ser incluso un año de salario y eso era muy poco dinero para los traficantes, sería menos caro que lo que les cuesta la gasolina del avión para transportar la cocaína desde Colombia. Así que, el agente aduanal, y todo esto es hipotético por cierto, pues se convence moralmente que lo que hace no esta mal: ‘bueno es sólo marihuana, qué tan mala puede ser, mis hijos probablemente la están fumando en la escuela y aquí si miro para otro lado les puedo dar mejor vida’, etcétera… Pero esto un paradigma, pues una vez que sobornan a ese agente ya está comprometido, ya puede ser sobornado por cualquier cosa, incluyendo homicidio. Y es ahí donde la corrupción aumenta, una vez que se soborna a alguien queda a merced de esas organizaciones. Cuando la gente dice que la guerra contra las drogas no tiene consecuencias, esas son las primeras derivaciones de criminalizar un comportamiento inocuo.

Si observas lo que pasa en Estados Unidos cuando prohíben algo entiendes como se sobredimensiona. Por ejemplo, donde la gente toma alcohol desde hace un siglo, nadie lo considera un crimen y de repente la policía local y todos en la comunidad, la jefatura de policía, el juez, ellos miraban para otro lado cuando se arrestaba a la gente por alcohol. No se preocupaban tanto por eso, sino por los criminales. Una vez que sobornan a alguien por alcohol, ya lo hacen para lo que sea y es así como el crimen organizado consiguió sus grandes alas.

Déjame agregar algo: no creo que en Estados Unidos haya un alto grado de corrupción a un nivel local, a nivel de la calle, en esos grupos no hay suficiente ganancia para que valga la pena. No tenemos ese tipo de corrupción en Estados Unidos, creo que puedo decir con certeza que el nivel de corrupción no es nada comparado con el de México; no tenemos un sistema endémico de corrupción, de sobornos, que es tan sofisticado o tan amplio como lo es en México. Realmente no es algo que forme parte de la vida diaria del comercio de drogas en el país y no quiero hablar en términos generales. Cuando el contrabando estaba en su auge, cuando los americanos lo estaban haciendo pues a lo mejor, pero ahora los americanos no lo hacen así, no están volando hacia Colombia, y creo que cuando la mafia trae heroína a Estados Unidos probablemente ya tienen a gente sobornada, pero ahora ya es una industria madura y afianzada. La corrupción que tiene Estados Unidos en la guerra contra las drogas es pequeña en comparación con la de México, no es algo que a los americanos les preocupe, no es un problema acá.

 

–¿Crees que legalizar la droga sea una buena solución?

–Bueno, es una pregunta complicada, pero yo diría lo siguiente: ¿qué tenemos qué perder? Ese es mi sentimiento. Creo que los derechos de las personas no es algo que otorga el gobierno, hay cosas que el gobierno no puede quitarte. Y si la gente quiere drogarse, pues déjenlos que se droguen, no entiendo el por qué prohibir el alcohol y las drogas; eso nunca funciona, crea más problemas de los que resuelve, yo sí estaría a favor de la legalización.

 

–¿Piensas que el impacto de la legalización en México tenga una repercusión diferente que en Estados Unidos?

–Me he enterado que ha habido charlas en México sobre legalizar la marihuana, despenalizarla por completo, y parece que México ha estado coqueteando con la idea en discusiones políticas de que esto sea una opción. Creo que una vez que Estados Unidos escuchó sobre esto se alarmó, pero no sé cómo repercutiría; creo que probablemente una forma amable de aterrizarlo sería que México despenalizara las drogas , hay que ver qué pasa en Estados Unidos después.

 

–¿Cuál es tu opinión sobre por qué el gobierno persigue y castiga tanto las drogas?

–Déjame ponerlo de esta forma: en la víspera del 11 de septiembre, cuando el gobierno estaba haciendo su presupuesto de antiterrorismo de 10 billones de dólares al año, se estaba gastando 18 billones de dólares a nivel federal y un tanto igual a un nivel estatal local en refuerzos de drogas. Ahora se gastan 68 millones de dólares al minuto en refuerzos de drogas y 10 billones de dólares al año en antiterrorismo. Quién sabe si hubiera pasado lo del 11 de septiembre si ese dinero no hubiera estado destinado a refuerzos antiterroristas, que es algo mucho más serio. Otra cosa que le ha pasado a Estados Unidos es que, puede que las cifras no sean las mismas, pero durante toda la historia del país la población estaba relativamente estable; había 41 mil personas en la cárcel en 1980 por ofensas de drogas y ahora tenemos a medio millón de personas en la cárcel por ese mismo delito. En este país se encarcela a un ritmo más acelerado que en cualquier otro. Creo que la prohibición de las drogas es sólo un desperdicio de tiempo y dinero, eso es lo que yo diría, y yo no soy el único que piensa esto, hay muchas personas en Estados Unidos que comparten esta opinión. A eso conduce el tema, si vas a gastar el dinero de una forma tan tonta entonces el próximo paso es la legalización.

 

–¿Cuál es el futuro de México en relación al fenómeno de la guerra de drogas y el consumo?

–Creo que de los que se trata es de hacer un cambio en las leyes de las drogas en Estados Unidos y en México; es decir, un movimiento hacia su legalización. Creo que lo que va a pasar en México es lo que pasó en Colombia: la violencia eventualmente va a desistir porque la gente se dará cuenta que es mala para el negocio y que el tráfico de drogas en México se convertirá en una industria madura, bien afianzada, probablemente muy lucrativa para un pequeño grupo de personas.

 

–Por último, ¿crees que la cocaína es mala?

–¿Que si creo que la cocaína es mala? Creo que el abuso de cualquier cosa te traerá problemas, pero también pienso que si la gente quiere consumir pequeñas cantidades de cocaína de forma recreativa durante el fin de semana hay que dejarlos. Sobre si la cocaína es buena o es mala, una cosa que vale la pena mencionar es que… cuando salió la cocaína por primera vez y yo no sabía nada de ella hasta que escribí el libro, la gente compraba cocaína por gramo y le duraba todo el fin de semana, no la compraban por un cuarto de onza, no lo estaban convirtiendo en pasta base. Sigmund Freud descubrió eso él mismo. Lo que pasa con las drogas y con la adicción, y esto surge de investigaciones, es que la calidad adictiva de las drogas se da en proporción directa a la velocidad que las consumas y la forma más rápida de consumirla es mediante una aguja o fumándola, así que si sólo inhalas cocaína de vez en cuando nos vas a tener esos problemas, y bueno no quiero promover que la use nadie.

Yo, por ejemplo, soy adicto al café en las mañanas y solía fumar dos paquetes de cigarros al día. En Estados Unidos se pelea la guerra contra las drogas no porque pueda ganarse, ni porque es efectiva, sino porque crea una recaudación de fondos. Así que es también una postura política muy fácil de mantener y es una guerra que se patrocina de forma muy fácil, así que es una cuestión donde la gente trata de legislar la moral de los otros.  Al comenzar el siglo XIX había guerras contra el opio, creo que China ejecutó a todos los adictos al opio en el país y no sé si es ahí a donde vamos a parar, ¿es esa la respuesta? Creo que vamos bien, no creo que nos tengamos que preocupar sobre si la gente va a presentarse en el trabajo o no porque consumen muchas drogas, ya lo están haciendo. La droga más difícil de obtener para un adolescente en Estados Unidos es el alcohol, porque tienes que tener 21 años, y ahí el gobierno controla, no la mafia.

 

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