Poco a poco, sin información oficial, testigos de Paso de Ovejas en Veracruz reconstruyen con terror la matanza ocurrida apenas el miércoles pasado por la noche.
Ni las autoridades federales ni las estatales, mucho menos las locales, han emitido información más allá del comunicado jueves pasado, en el que se dice que se investigan los hechos. Otros sitios y medios veracruzanos tampoco reportan desde el lugar de los hechos. Sólo se supone, con la información disponible, que una fuerte movilización de agentes de varias agencias de seguridad federales andan tras los asesinos.
El alcalde y principal víctima, el priista Adolfo de Jesús Ramírez, no ha acudido a las oficinas. E-Consulta, sitio poblano, afirma que sus subordinados lo esperan afuera de la presidencia, pero no hay quien les abra el palacio municipal.
E-Consulta dice hoy que “a unas horas del ataque de un comando armado en la cabecera de Paso de Ovejas, los ciudadanos no dejan de preguntarse qué pasó y por qué. En cada rincón, los colonos lamentan la tragedia que ha tocado al pueblo. Se trata de una masacre contra ocho miembros de la familia Ramírez Coria: desde el abuelo hasta la más pequeña, una bebé de meses de nacida”.
Aún con vida, agrega E-Consulta, los verdugos condujeron a sus víctimas en camionetas hasta la entrada de la comunidad de Mata Mateo, frente al panteón municipal. Los bajaron de las unidades, los echaron al suelo y, a pesar de que suplicaban por sus vidas, les dispararon en varias ocasiones.
Testigos contaron esta historia a los reporteros: que cuando llegaron los agresores al panteón municipal, dicen, la gente tuvo que correr a esconderse entre las tumbas cuando comenzaron a escucharse los disparos. “Las víctimas gritaban pero los asesinos no tuvieron piedad. En una acción rápida, los agresores se apoderaron de una unidad de la línea de transporte AU, así como de un tráiler, los cuales fueron colocados en la entrada sur del pueblo, sobre la carretera federal. Los pobladores cuentan que por esto, las autoridades policiacas tardaron en llegar, al menos una hora, cuando los delincuentes ya iban muy lejos”.
"Escuchamos los disparos, y nos metimos a la casa a esperar que todo pasara. No sabíamos de qué se trataba esto. Sólo mirábamos a la gente armada que iba corriendo, sin saber de qué se trataba ni quiénes eran o qué estaban haciendo", dijo un hombre a E-Consulta.
“Un coche que anuncia la noticia en el periódico local, se aproxima a la cabecera y una nube de colonos lo rodean para comprarle un ejemplar, por 10 pesos, y enterarse sobre lo que había pasado anoche. Todos quieren saber más detalles de lo ocurrido, y los nombres de las víctimas. Hay sentimientos encontrados entre los habitantes de Paso de Ovejas, en especial por la agresión contra una bebé de a penas meses de nacida, quien también murió. En el pueblo, nadie quiere despertar a la realidad, y se nota. Las principales actividades fueron suspendidas. No hay clases ni oficinas municipales abiertas. Es más: ni si quiera elementos de la policía se aprecian por los rumbos. Es como si los uniformados hubiesen sido los primeros en escapar”, dice.
Antes, el alcalde de La Antigua, Veracruz, Arturo Navarrete de Escobar, lamentó la agresión contra la familia de su vecino, el edil de Paso de Ovejas y exigió que el gobierno del estado realice una investigación sobre los hechos para sancionar a los agresores.
El edil reconoció que la inseguridad ha aumentado en su demarcación, pero indicó que, gracias al gobierno federal y sus operativos, se está dando mayor certeza a los ciudadanos.
“Me están informando y, la verdad, es un hecho muy lamentable. No me atrevería a comentar algo más porque estoy consternado con lo que pasó con la familia de mi amigo, Adolfo Ramírez, y de su esposa”, comentó Navarrete de Escobar.