Ciudad de México, 12 de abr (Sin Embargo).- En un panorama artístico que se orienta principalmente a figuras más que a propuestas, el que una feria de arte destine un espacio específico para proyectos con fondo social, es un gran mérito.
La selección de obras para Zona Maco Sur de este año representa una geografía de migración moldeada por la historia de la segunda mitad del siglo pasado. África, Europa y América Latina se ven unidos por el ojo crítico y su posterior transformación estética.
De esta manera, las obras de los artistas que se presentan en esta sección refieren a la conciencia histórica que se ha ido formando a partir de procesos y movimientos culturales y políticos y que provocan una reflexión sobre el lugar que ocupa la historia en la actualidad.
En abril de 2012, seis mil 700 armas decomisadas por las autoridades federales fueron inutilizadas y cortadas en partes. Su destino: ser convertidas en instrumentos musicales.
Surgidas de las calles de Ciudad Juárez, lo que alguna vez fueron instrumentos de muerte se convirtieron en flautas, xilófonos, bajos, mediante un ejercicio de apropiación que logró el milagro: transformarlos en instrumentos de vida, gracias a la labor de seis músicos comandados por Pedro Reyes, un artista mexicano que transita estos días por los corredores de Zona Maco 2013.
La obra de Reyes "siempre tiene algún compromiso social o explora temas de utopías... siempre está buscando nuevos territorios en la realidad", explica Niki Nakazawa, de la galería Labor.
A diferencia de otras secciones de esta feria de arte, Zona Maco Sur está mucho más empapada de la problemática social y política en el mundo. No en balde, el proyecto de Reyes figura aquí como una de las principales propuestas en la que, a través de la música, trata de "generar nuevos espacios de convivencia y una idea de lo qué es posible si dejamos las armas".
Las armas, un tópico recurrente en el México actual, inevitablemente se vuelven un tema político, sobre todo después de las consecuencias que seis años de lucha contra el narco dejaron en este país.
"Siempre se trata de tener un impacto sobre la política", dice Nakazawa. "En este caso (Reyes) está tratando de mandar un mensaje sobre las armas, en la manera de transformarlas y pensar de otra manera sobre su uso", finaliza.
Sin embargo, a la par del elemento reflexivo, no sólo se trata de darle un nuevo giro al tema bélico. En esta ocasión, el artista se ha apoyado desde el proceso hasta su exposición con músicos que le han ayudado a concretarlo.
COCOLAB en la Ciudad de México trabajó en conjunto para la creación de esos instrumentos. No obstante, Reyes también ha colaborando con otros músicos en los últimos meses, como John Coxon de la banda inglesa Spiritualized, quien armó un ensamble que se presentó en la Lisson Gallery de Londres.
Siguiendo esta tendencia, el día de hoy a las 12:30 horas, se presentará en Zona Maco un ensamble integrado por músicos mexicanos, integrantes de bandas como Liquits y Fobia quienes armarán un "palomazo" con temas compuestos precisamente para esta ocasión, con los instrumentos realizados por el artista.
EL HILO VIOLENTO
La violencia, sin embargo, no es un tema exclusivo de una zona geográfica o de una época determinada y, aunque éste no es el hilo conductor de los artistas mostrados en Zona Maco Sur, esta aparece recurrentemente este año.
Pueden ser las desapariciones de personas ocurridas en décadas pasadas en Brasil mostradas bajo el ángulo de Paulo Bruscky, quien combina lo terrible de las abducciones con la ternura propia de un álbum de fotografías; o bien, la instalación de Edgardo Aragón que remite a las mutilaciones corporales a las que fueron sometidos los habitantes de El Congo durante casi 60 años.
Sin embargo, la obra de los artistas no sólo habla de una violencia explícita sino de represión ideológica, como Amalia Pica quien explora las restricciones de la dictadura argentina y su repercusión en la educación y en la comunicación misma.
Pica, que además expone actualmente en el Museo Tamayo, describe en su obra la dinámica entre conjuntos y las relaciones lógicas de inclusión y exclusión, mediante un al gráfico matemático creado por el británico John Venn y su traducción en fenómenos sociales.
En este caso, la artista retoma con su propuesta la teoría matemática para recrearla visualmente y contraponerla un hecho histórico de Argentina. La represión como un elemento de control velado que incluso puede ser más violento que cualquier arma.