Ciudad de México, 24 de marzo (SinEmbargo).- Fue una de las gestoras principales de que la Universidad de Texas ganara 6 títulos de atletismo en la Asociación Nacional Colegiada Atlética (NCAA), pero el romance que tuvo con una deportista le ocasionaron los suficientes problemas para renunciar en 2013, así como levantar una queja por discriminación racial y de sexo.
Es la historia de Bev Kearney, entrenadora afroamericana con preferencia sexual por las personas de su mismo sexo. La misma que en el 2007 fue entronizada con letras imborrables del salón de la fama de la Asociación estadounidense de entrenadores de atletismo (USTFCCCA por sus siglas en inglés), pero que salió por la puerta de atrás de los campos de la universidad de los Cuernos Largos de Texas, donde pulió el talento atlético por 20 años.
Según AP, Kearney levantó un acta de inconformidad ante la Comisión Federal de Oportunidades Equitativas de Empleo, así como en la Comisión de Texas de Fuerza de Trabajo, luego de que fue «congelada» desde el año pasado en su trabajo como entrenadora en la Universidad de Texas.
«Este es el requisito legal previo a levantar una acusación de discriminación», dijo a ESPN, Derek Howard, abogado de la coach que tuvo una relación sentimental, que ni la entrenadora ni la universidad detalló el nombre de la deportista con quien estuvo, y que duró algunos meses de 2002.
Fue 10 años después cuando la escuela tuvo conocimiento de la relación, tras lo cual optó por comenzar una investigación sobre la entrenadora y su relación en octubre, seguido por una suspensión de sus labores al siguiente mes.
«La universidad le dijo a la coach Kearney que la relación que tenía con una estudiante-atleta no es profesional, y cruza la línea de confianza puesto en una entrenadora para todos los aspectos del programa atlético, así como a los mejores intereses de los estudiantes que también son atletas en el equipo», comentó la vice-presidente de la Universidad de Texas en asuntos legales, Patti Ohlendorf.
Luego de un par de meses «congelada» en el ámbito laboral, Kearney optó por renunciar en enero del 2013, tiempo en que la relación sentimental de la coach encabezó diversos medios estadounidenses.
«La coach Kearney es una buena persona y ha sido muy importante para la universidad. Sin embargo ha cometido este terrible error y usado un juicio inaceptable y pobre al estar en esta relación», añadió Ohlendorf.
